Mauricio Cabrera Galvis

Va a ser muy difícil que Trump cumpla sus promesas económicas, pero la magia de las redes sociales le permitirá seguir mintiendo con impunidad.

Por Mauricio Cabrera Galvis*. -Ha reaparecido la “economía vudú”, es decir las propuestas de política económica irreales o simplistas, que se supone tienen efectos mágicos o milagrosos en la economía, sin tener en cuenta los riesgos involucrados ni los efectos colaterales como las del candidato Ronald Reagan en 1980.

Ahora, el premio nobel de economía, Paul Krugman, afirma que muchas de las promesas electorales de Trump son una nueva generación de “economía vudú”: son mentiras que no se van a cumplir, y si lo hacen no hay magia que le sirva para alcanzar los objetivos planeados y si van a tener efectos contrarios.

Para “hacer grande a América otra vez” en materia económica Trump ha prometido bajar los precios, crear un millón de empleos y reducir los déficits gemelos, el fiscal y el externo.

Estos objetivos son impecables. El problema son los instrumentos que propone usar Trump; los más destacados son aranceles a las importaciones, recorte de impuestos a los ricos junto con recorte de programas públicos, deportar millones de inmigrantes y producir más petróleo.

La receta de recortar impuestos con la esperanza que esto acelere el crecimiento y genere mayor recaudo tributario que disminuya el déficit fiscal, es el ejemplo clásico de la “economía vudú”, que ha fracasado y ha llevado a grandes aumentos del déficit fiscal. Para no repetir ese fracaso la magia que ahora propone MAGA es la subida de aranceles a las importaciones.

La propuesta es agresiva: un arancel general de 10% a todas las importaciones, 25% a las provenientes de México y Canadá y 60% a las de China. Trump dice que este arancel es un impuesto que pagarán los extranjeros. Los mismos asesores del convicto presidente reconocen que es una medida imposible de aplicar porque generaría retaliaciones de todos los países.

Pero aún si se lograra imponer estos aranceles, es un gran error pensar que es un impuesto que pagarán los extranjeros; por el contrario, son un sobreprecio que pagarían los consumidores norteamericanos en los bienes importados, o en los domésticos que utilizan materia primas importadas. En otras palabras, presionarían la inflación en contra de la otra promesa de bajar los precios.

En cuanto al millón de nuevos empleos no parece factible en un país con una tasa de desempleo de 4% que para efectos prácticos se considera casi de pleno empleo. Lo que si sería posible es la sustitución de trabajadores tratando de llenar las vacantes que dejen los millones de inmigrantes ilegales deportados con inmigrantes antiguos ya legalizados. El problema es que esos que hoy se consideran nativos no están dispuestos a trabajar por los bajos salarios que les pagan a los chicanos y sudacas. O suben los salarios, presionando la inflación o se cae la producción por falta de trabajadores.

En economía no hay magia, vudú, ni almuerzos gratis. Va a ser muy difícil que Trump cumpla sus promesas económicas, pero la magia de las redes sociales le permitirá seguir mintiendo con impunidad.

Cali 25 de enero 2025

*Filósofo y Economista. Consultor.

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Hubert Ariza

La guerrilla ha hecho el milagro de resucitar a la extrema derecha y darle jaque mate a la solución negociada del conflicto armado interno en lo que queda del primer gobierno de izquierda en 200 años

Por Hubert Ariza*. -El año 2025 ha comenzado en Colombia en medio del terror de la guerra. Desde las selvas del Catatumbo, en el departamento del Norte de Santander, frontera con Venezuela, se escucha el grito desesperado de la población civil inerme que ha sido perseguida, masacrada, desplazada, amenazada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) un grupo guerrillero surgido en 1964 en el apogeo de las ideas guevaristas y la Revolución cubana. Esa organización hoy se ha envilecido y degradado, ha sepultado cualquier vestigio revolucionario, perdido su legitimidad política y, ante los ojos del país y el mundo, aparece como un aparato terrorista, sanguinario, asociado a las economías ilícitas, auspiciado por el régimen venezolano, que ha protagonizado uno de los más graves episodios nacionales de violación a las normas del derecho internacional humanitario de las últimas décadas y parece condenado a sumarle a su derrota política, la militar, así como al sometimiento de su cúpula a los tribunales como criminales de guerra.

Entre la tragedia de Machuca, del 18 de octubre de 1998, cuando volaron un tramo de un oleoducto en Segovia (Antioquia), que causó la muerte de 84 personas y heridas a muchísimas más, y la toma sangrienta del Catatumbo, en 2025, que deja un saldo parcial de decenas de muertos y cerca de 40.000 desplazados, el ELN ha cremado cualquier rezago de ideología y razón.

Esa guerrilla ha hecho el milagro de resucitar a la extrema derecha guerrerista y darle jaque mate a la solución negociada del conflicto armado interno en lo que queda del primer gobierno de izquierda en 200 años. Si el desafío armado de las FARC y su demencia militarista dio vida política y llevó al poder a Álvaro Uribe y permitió el fortalecimiento del paramilitarismo, durante varias décadas, el ELN pareciera estar en vía de aniquilar la reelección de la izquierda, en 2026, convirtiéndose en el gran elector de la derecha.

El ELN, además, está reemplazando a las FARC como el mayor objeto de odio de los colombianos ―de izquierda o derecha― hastiados de sus métodos criminales, ataques a la democracia y desprecio a las ofertas de paz de este y otros gobiernos. En tiempos de redes sociales e inmediatez de la información, las imágenes virales que circulan, tomadas por sobrevivientes de la tragedia en el Catatumbo, muestran montañas de cadáveres de civiles ejecutados por el ELN, recogidos en volquetas por los sobrevivientes, así como combates entre ejércitos irregulares, sometimiento de la población, desplazamiento en medio del terror, ante un Gobierno nacional que ratifica la fragilidad de su aparato de inteligencia, su incapacidad de controlar el territorio, contener a la ilegalidad y proteger a la sociedad civil, mientras el presidente daba órdenes desde Haití y República Dominicana, donde andaba en misión oficial.

En un país con una fuerza pública disminuida en sus capacidades y, en especial, los servicios de inteligencia, es imposible impedir este tipo de tragedias. Las alarmas debieron encenderse a tiempo para proteger a la sociedad civil y fortalecer la respuesta de la fuerza pública ante la amenaza de una masacre. Esta acción ha aumentado, además, la temperatura del conflicto en la frontera con Venezuela, acusada de ser protagonista del fortalecimiento militar del ELN y de prestar su territorio para la movilización de miles de guerrilleros desde el departamento de Arauca, que arribaron para desarrollar ese plan de exterminio. 

Venezuela se convierte así en actor principal de una narrativa de guerra irregular contra la democracia colombiana, usando, además, al ELN como retaguardia armada en la frontera binacional, ante un supuesto ataque contra su soberanía por parte de grupos paramilitares o fuerzas invasoras patrocinadas por Washington. La tragedia humanitaria del Catatumbo coincide, asimismo, con demostraciones de poder militar del régimen venezolano, que desplegó sus poderosos aviones Sukhoi, que sobrevolaron la frontera mientras Diosdado Cabello, el deslenguado ministro del Interior, daba declaraciones del otro lado de la frontera, a pocos kilómetros del Catatumbo. Maduro suma así más puntos para que Trump aumente el monto de la recompensa por su captura y Venezuela alcance la categoría de aliado del terrorismo.

Toda esta situación ha elevado la desconfianza ciudadana en la capacidad de reacción de las Fuerzas Militares, que acusan una fragilidad latente. Colombia, en estos primeros días del año, pareciera volver a las épocas pasadas en que era percibida como un Estado fallido en poder de las FARC, los paramilitares, los narcos y la podredumbre de la clase política aliada con la criminalidad. Pareciera como si el tiempo no hubiera pasado y disminuyera la calidad de la democracia y la búsqueda de la paz estuviera condenada al fracaso. Son tiempos de dolor y desesperanza, y, por supuesto, de una creciente percepción de ausencia de liderazgo para superar la crisis humanitaria y responder el desafío del ELN.

El discurso de la paz total hoy, más que nunca, suena vacío, estéril, inane. Los halcones del ELN han aniquilado la paloma de la paz, y empoderado a la derecha, que está de fiesta con la llegada de Trump y su narrativa de garrote y autoridad. La izquierda democrática aparece arrinconada por la crueldad de la extrema izquierda armada narcotizada, convertida en verdugo de la democracia y la reconciliación. 

Con el estruendoso fracaso de la política de paz total, el país ha dado un salto al pasado. A los peores años de la Violencia, de los años cincuenta, con sus métodos crueles de exterminio del adversario, en una tragedia humanitaria que dejó más de 300.000 muertos. La máquina de la muerte está más activa que nunca y los desafíos a la democracia aumentan con la posibilidad de que la guerra interna se profundice y la puerta de la salida negociada quede cerrada por décadas.

En la campaña electoral de 2002 los colombianos eligieron a Uribe para que respondiera con fuerza los abusos de las FARC. Ahora, con Trump en el poder y una eventual arremetida de Estados Unidos contra Maduro, la frontera pareciera ser el teatro de una guerra interminable que pone a prueba la democracia colombiana. El péndulo de la derecha viene de regreso a Colombia. La seguridad ha logrado desbancar a otros temas de las prioridades de los electores, que al momento de votar ya no pensarán en cómo castigar a la clase política corrupta, ni cómo garantizar las políticas sociales, sino cómo someter a la delincuencia del ELN, desideologizada y perdida en la mente criminal del narco, que ha condenado a la caneca de la basura de la historia toda la literatura del heroísmo guerrillerista de esa organización.

En el Catatumbo, el presidente Petro lucha por no perder el rumbo de la paz. Para su desgracia, cualquier discurso de reconciliación suena hoy hueco: el ELN masacró la paz y cruzó la frontera hacia la guerra total. Y no hay vuelta atrás. Ya su lema no parece ser vencer o morir, sino morir sin vencer.

Bogotá, D. C, 25 de enero 2025

*Periodista, internacionalista y analista político.

Tomado de EL País.

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José Félix Lafaurie Rivera

Atrás queda la política de corresponsabilidad que marcó la ayuda a Colombia contra el narcotráfico, reemplazada por la seguridad nacional, los intereses políticos y la predisposición de Trump hacia un Gobierno de izquierda y aliado de dictadores.

Por José Félix Lafaurie Rivera*. - Son tres temas que ocupan la atención de la opinión pública y están directamente relacionados. Empecemos entonces por el Catatumbo. Norte de Santander es uno de los cuatro departamentos con más de 30.000 hectáreas de coca.

El Catatumbo, con más de 27.000 hectáreas y Tibú, con más de 22.000, son la región y el municipio con mayor área sembrada y, por eso mismo, con presencia de grupos armados ilegales. Adicionalmente, limita con Venezuela y es corredor para la cocaína que sale al mundo por ese país.

En cuanto al Eln, es la última guerrilla comunista del país, con presencia histórica en el Catatumbo y 50 años de negociaciones fallidas.

Hoy es un grupo narcoterrorista binacional, que funge en Venezuela como grupo paramilitar aliado del régimen, aunque el régimen lo niegue, y en Colombia como un grupo armado ilegal, aunque insista en su condición “subversiva”.

En dos años de negociaciones con un Gobierno de izquierda, afín a la ideología que dice tener, las torpedeó con una estrategia de negociación, incumplimiento y violencia, que derivó en la suspensión de los diálogos por el ataque a la base de Puerto Rondón, supeditando su reanudación a una manifestación inequívoca de voluntad de paz que el Eln se negó a dar.

Aun así, el Gobierno insistió en los diálogos, pero la respuesta fue una guerra salvaje con las disidencias de las Farc por el control territorial para preservar sus actividades ilícitas y su condición binacional, que le permitió movilizar tropas desde Arauca, con saldo de 80 muertos y 32.000 desplazados.

Epílogo: El Gobierno suspende las negociaciones, el presidente declara que el Eln no tiene voluntad de paz y la fiscal reactiva órdenes de captura contra su delegación, anunciando que cualquiera de los 31 negociadores puede ser capturado en Colombia o en el exterior, con lo cual el proceso queda literalmente sepultado.

¿Qué tiene que ver Trump? En su discurso afirmó que los carteles serán calificados como “organizaciones terroristas extranjeras”, y una de sus órdenes ejecutivas declaró emergencia nacional para abordar el peligro de estas organizaciones que trafican drogas con violencia extrema y funcionan como entidades cuasigubernamentales en vastas regiones de sus países.

De otra parte, la demanda de cocaína en Estados Unidos sigue creciendo y Colombia provee el 90%. Por ello, frente a la orden ejecutiva que suspende la asistencia extranjera por 90 días para su evaluación, enfrentamos el riesgo de una mala calificación, pues el área sembrada aumentó 10%, hasta 253.000 hectáreas en 2023, y la producción potencial de cocaína 53%, hasta 2.664 toneladas.

Atrás queda la política de corresponsabilidad que marcó la ayuda a Colombia contra el narcotráfico, reemplazada por la seguridad nacional, los intereses políticos y la predisposición de Trump hacia un Gobierno de izquierda y aliado de dictadores.

Un cambio extremo de contexto que tendrá consecuencias.

Bogotá, D. C, 25 de enero 2025

*Presidente de FEDEGAN

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Fernando Cepeda Ulloa

Por ello no vacila en declarar sin reservas que la Edad de Oro de los Estados Unidos está comenzando ahora mismo con su gobierno.

Por Fernando Cepeda Ulloa*. - "Medimos nuestro éxito no solamente por las batallas que ganaremos sino también por las guerras a las cuales les pondremos fin y quizás, mucho más importante, las guerras en las cuales nunca participaremos. Mi legado del cual me sentiré más orgulloso será el de un pacificador y un unificador. Eso es lo que yo quiero ser un pacificador y un unificador". "Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo que ha estado furioso, violento y totalmente impredecible" (la traducción de estos y otros párrafos es mía).

Muchos dicen que Donald Trump es un presidente enemigo de la globalización. En mi opinión es un crítico del orden internacional existente, del multilateralismo que ya ofrece muy pocas soluciones. Trump concibe un nuevo orden, eso sí, presidido por Estados Unidos. Porque tiene una noción sobre su país, sobre América, que lo lleva a pensar qué su nación no solamente es la más ambiciosa del mundo, sino que no hay ninguna nación que se le compare. Y por ello hace una descripción de los Estados Unidos que es la base de la grandeza que él quiere reconstruir.

Vale la pena recoger las líneas que sintetizan esa situación. "Los americanos son exploradores, constructores, innovadores, emprendedores y pioneros. El espíritu de frontera está escrito en nuestros corazones. La vocación de la próxima gran aventura resuena dentro de nuestras almas.

Nuestros ancestros americanos convirtieron un pequeño grupo de colonias en el borde de un continente vasto en una República poderosa con los ciudadanos más extraordinarios de la tierra. No hay ninguno que se le acerque. Los americanos desarrollaron miles de millas a través de una tierra complicada y de un salvajismo difícil. Ellos cruzaron desiertos, escalaron montañas, desafiaron peligros indecibles, ganaron un Occidente Salvaje, terminaron la esclavitud, rescataron a millones de las tiranías, sacaron a millones de la pobreza, desarrollaron la electricidad, lograron dividir el átomo, lanzaron la humanidad hacia los cielos y pusieron el universo del conocimiento humano en La palma de la mano. Si trabajamos juntos, no hay nada que no podamos hacer y no hay sueño que no podamos lograr".

Y así sigue describiendo las grandes realizaciones de ese país en todos los campos hasta llegar a mencionar “la construcción de los ferrocarriles, la construcción de rascacielos, de grandes autopistas, de haber ganado dos guerras mundiales, de haber derrotado el fascismo y al comunismo y haber triunfado sobre cada uno de los desafíos particulares que tuvieron que enfrentar".

Por ello no vacila en declarar sin reservas que la Edad de Oro de los Estados Unidos está comenzando ahora mismo con su gobierno. Por eso no duda en anunciar que Estados Unidos tendrá el ejército más poderoso del mundo y anuncia lo mismo con referencia a otras materias incluido el proyecto de plantar la bandera de Estados Unidos en el planeta Marte.

Es indispensable destacar la impecable transición que pudimos observar. Un contraste formidable con la que el propio presidente Trump impidió en el 2021 al desconocer la legitimidad del presidente Biden y que tuvo como uno de sus eventos más deplorables la insurrección del 6 de enero. No sorprende que hubiera perdonado, en uno de sus primeros actos de gobierno, ahora, a quienes han sido imputados o sentenciados por los actos violentos que se cometieron en esa deplorable fecha. La de este 20 de enero es un ejemplo excelente y que enaltece, ante todo, al presidente Biden que no obstante los tremendos ataques que formuló el expresidente Trump, a lo largo de su presidencia y, ahora, en el discurso de inauguración tuvo un comportamiento de una admirable serenidad y cortesía. Lo propio se puede decir de los otros expresidentes que participaron en la ceremonia de posesión.

Bogotá, D. C, 25 de enero 2025

*Analista Político, Catedrático. Exministro de Estado 

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Gabriel Ortiz

Poco o nada parece importarle lo que sucede, a un gobierno que ha limitado y debilitado a la fuerza pública.

Por Gabriel Ortiz*. - Definitivamente la paz total hizo tránsito a guerra total, en un país cuyo gobierno desconoce los mínimos derechos que tiene una población para sobrevivir y disfrutar de libertad, honra, libre movilización y básicas comodidades.

La paz que logró el Nobel Juan Manuel Santos fue desconocida por los dos gobiernos que lo sucedieron. Este último quiso abarcar todo el conflicto que mantiene a Colombia en vilo y a sus habitantes al borde de la crisis total. El gobernante y sus oscuros asesores, poco o nada saben de paz, ya que su origen salió de la guerra y su acción política ha estado en medio de las controversias, los insultos, odios y oscuros debates que irritan.

Infortunadamente, no le alcanzó la piola, como dicen los cometeros, cuando creyó tener a los violentos en su redil. Hablaron de acuerdos, ceses al fuego, pausas, que nunca se han cumplido. Quizás le faltó preparación, fuerza y confianza para alcanzar los logros de Santos y sus asesores.

El país se llenó de guerrillas y grupos subversivos que solo buscan enriquecimiento con el producto de las exportaciones de droga que cada vez producimos con mayor ímpetu y con lo que reciben como vigilantes de los cultivos cocaleros. Estos grupos imponen su voluntad subyugando a una población a la que dicen defender.

Este gobierno tolera o teme afrontar la realidad de lo que ocurre con regiones como Catatumbo o Guaviare, de donde salen desplazados millares de compatriotas. Allí operan disidencias de Farc y Eln, a su manera, y portan listas que señalan las casas de los líderes y firmantes de paz, que deben morir fusilados. Estos grupos mantienen más de mil hombres amparados por el gobierno Maduro en territorio venezolano, cuyo objetivo consiste en mantener los “corredores” para el paso de la droga, de narcos que operan en el Catatumbo, y entregarla al “Cartel de los Soles”, que la saca por el territorio vecino hacia el mundo.

Y mientras siguen los desplazamientos, asesinatos, masacres, reclutamiento de niños y la gobernanza de los facinerosos, no aparece la anunciada conmoción interior, ni la inconstitucional emergencia económica, con la que Petro quiere fustigar al Congreso que no le aprobó la reforma tributaria.

Poco o nada parece importarle lo que sucede, a un gobierno que ha limitado y debilitado a la fuerza pública. Con toda tranquilidad el jefe se fue para Haití, sin que se sepa “a que diablos”, mientras torrentes de sangre caen por aquí y por acá. Mucho se reconoció y alabó el envío de un avión con ayuda humanitaria para Cuba, pero pocos entienden las razones por las cuales el Estado no se ha hecho presente y con apoyos a Guaviare y Catatumbo… “candil de plaza oscuridad de casa”. Por fortuna, la ciudadanía ha abierto puntos de recepción de ayuda para ellos. Esa es la solidaridad colombiana.

BLANCO: La decisión de la Corte Constitucional que obliga a minJaramillo a girar “inmediatamente” los dineros de la salud, que tiene a millones de colombianos sin atención, ni medicamentos. ¿Qué están Petro y él haciendo con ese dinero? Si no cumple irá a la cárcel.

NEGRO: En economía también vamos hacia abajo. Solo crecimos en 0.36% a noviembre, la cifra más baja desde junio de 2023. Las exportaciones de textiles también cayeron 7.3%.

Bogotá, D. C, 25 de enero 2025

*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.

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Paloma Valencia Laserna

Lo que debe cambiar no es el mecanismo de expedición de las normas, sino su contenido. No pueden seguir beneficiando guerrilleros que no son otra cosa que narcoterroristas.

Por Paloma Valencia*. - Lo que está sucediendo en el Catatumbo era previsible. Valdría la pena que de una vez saquemos lecciones todos, para no seguir cometiendo siempre los mismos errores.

Tal vez, el gobierno fue víctima de su propio sectarismo. Siempre dijo que en Colombia había guerra porque “los gobiernos de derecha no querían hacer la paz”. Por eso, Petro aseguró, en campaña, que a los tres meses de su gobierno se acabaría la guerra con el ELN porque firmaría un acuerdo de paz. Empezó la “Paz Total” y el presidente decretó ceses al fuego bilateral (que en realidad fue unilateral), removió órdenes de captura a 31 miembros y nombró gestores de paz a criminales que estaban en las cárceles y los liberó.

La “Paz Total” fracasó totalmente. Le advertimos al gobierno, a sus ministros y a sus senadores, lo que era evidente: los grupos ilegales no estaban en cese al fuego; por el contrario, estaban en expansión. Las propias cifras oficiales lo mostraban. Al año y medio de gobierno era evidente: habíamos aumentado en 3.500 el número de guerrilleros. El ELN pasó de tener 4 mil hombres en armas en 2017 a cerca de 6.200 en 2024. Pasó de estar presente en 189 municipios a 231. Hoy, solo en la región de Catatumbo tenemos 40 mil desplazados y más de 100 muertos.

El gobierno no quería reconocer su fracaso y extendió las concesiones y beneficios pese al miedo que empezó a imperar en todas las regiones. Convencidos de que la baja en la tasa de homicidio era suficiente, obviaron todos los demás indicadores. El homicidio baja cuando no hay confrontación y si los grupos están a sus anchas pues bajan las cifras. Pero aquello es transitorio y equívoco.

El motor de la violencia en Colombia es el dinero ilícito, que viene, por supuesto, de negocios ilícitos: cocaína, minería, y luego, extorsión y secuestro. Sin combate a estos negocios, los ilegales tienen recursos para financiar los ejércitos que los protegen. Cuando el gobierno proclamó el fracaso de la lucha contra las drogas y decidió optar por la mera incautación, dictó su suerte. Hoy tenemos más de 253 mil hectáreas de coca, donde 43.867 ha (17,3%) se encuentran en el Catatumbo.

El Catatumbo mostraba su continuo deterioro; casi un tercio de las violaciones al cese al fuego se daban allá. Y aunque el gobierno jamás publicó las cifras de tales violaciones, hubo otros que midieron. A finales del 2023, el gobierno recibió un informe de inteligencia que mencionaba el aumento de hombres en armas del ELN durante el gobierno y el traslado de miembros del ELN a los estados de Táchira y Zulia para llegar al Catatumbo. La Defensoría alertó sobre la gravedad de la situación en Catatumbo. El gobierno lo sabía e hizo caso omiso.

El ELN es una guerrilla binacional; de los 6 mil hombres en armas, el 20,7% están en Venezuela. Cabe recordar cómo desde Chávez, ese país viene protegiéndolos y alentándolos. Allá están los cabecillas auspiciados por Maduro, a quien ellos también protegen. Y era previsible que pronto empezarían los combates entre los grupos para determinar de quién serían los lucrativos y prósperos negocios. Unos queriendo los de otros, para crecer y acumular más riqueza. Cuando dejaron crecer el negocio de la coca a los niveles actuales, era previsible que vendrían guerras entre los ilegales para quedarse con los negocios. Catatumbo, Arauca y ahora el Huila, Cauca, Caquetá…

Y finalmente, la equivocada estrategia de “no gastar recursos en la guerra”. El presupuesto de mantenimiento y adquisición de aeronaves del MinDefensa cayó 61%. El número de generales del ejército cayó 20% y en 28% los coroneles. El 34% de las aeronaves del ejército se encuentran en tierra, el 59% en el caso de la policía, el 21% en la armada y el 25% en la fuerza aérea.

Ahora pretenden corregir 30 meses de equivocaciones con una conmoción interior. Lo que debe cambiar no es el mecanismo de expedición de las normas, sino su contenido. No pueden seguir beneficiando guerrilleros que no son otra cosa que narcoterroristas.

Bogotá, D. C, 25 de enero 2025

*Senadora del Centro Democrático

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Se ha posesionado Donald Trump como cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos de América. Todo indica que las características de la administración -al menos, las de arranque- serán el nacionalismo, el egocentrismo y el autoritarismo, todo en grado extremo.

Y está bien que defienda los intereses económicos norteamericanos, pero no agrediendo, atropellando, imponiendo, ni amenazando a otras naciones. 

Por José G. Hernández*. -Se ha posesionado Donald Trump como cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos de América. Todo indica que las características de la administración -al menos, las de arranque- serán el nacionalismo, el egocentrismo y el autoritarismo, todo en grado extremo.

Es palpable que habrá mucho incienso, desde dentro y desde fuera, como se reflejó en el afán de muchos -inclusive algunos colombianos- por figurar como “invitados especiales”, aunque no lo eran y no pudieron posar a los pies del faraón.

Llega Trump con muchas propuestas que constituyen su política territorial y económica. Es muy probable que compre y anexione Groenlandia, pero varios otros objetivos generan, desde ahora, rechazo y solidaridad en contra. Así pudo verse en Panamá el mismo día del juramento; hubo protestas y quema de banderas estadounidenses, a propósito de la anunciada toma del Canal.

El presidente José Raúl Mulino reiteró: “El Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño". Añadió que no fue una concesión de nadie, sino el resultado del acuerdo Torrijos-Carter, que lo trasladó a Panamá el 31 de diciembre de 1999. Desde entonces, durante 25 años, de manera ininterrumpida, lo hemos administrado y expandido con responsabilidad para servirle al mundo y su comercio, incluyendo a Estados Unidos".

El nuevo jefe de Estado comenzó cambiando el nombre del Golfo de México, que se llamará “Golfo de América” y declarando la emergencia nacional en la frontera sur. “Quédate en México. Todas las entradas ilegales serán bloqueadas de inmediato, para detener la desastrosa invasión existente y comenzaremos el proceso de enviar a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”. De inmediato, agentes fronterizos, en El Paso (Texas), cerraron puertos de entrada: “Cruzar este punto resultará en arresto, procesamiento y posible aplicación de la fuerza".

Ha respondido la presidenta Claudia Sheinbaum: “México no tiene que agachar la cabeza o sentirnos menos, si somos trabajadores honestos y tenemos mucho que presumir ante el mundo entero. Que se oiga bien, que se oiga lejos: México no es colonia de nadie, no es protectorado de nadie. Es un país libre, independiente y soberano".

Muchos piensan que se avecinan días (o años) de confrontación y violencia. Así, el prelado colombiano Monseñor Darío Monsalve Mejía ha escrito: “La omnipotencia, la arrogancia y la megalomanía estadounidense, encarnada en el discurso de un Trump resentido y desafiante, llenarán aún más de tensiones y antagonismos nuestro continente. ¡Involución egolátrica del régimen USA!”

A nuestro juicio, estando de acuerdo con Trump en que todos nuestros gobiernos deben empeñarse en luchar contra la delincuencia y el narcotráfico, ello debería darse mediante el acuerdo, el mutuo apoyo y la integración, dentro de las reglas del Derecho. Y está bien que defienda los intereses económicos norteamericanos, pero no agrediendo, atropellando, imponiendo, ni amenazando a otras naciones.

Nos parece, entonces, más pertinente y razonable lo expuesto por el Papa Francisco, en carta de felicitación al posesionado: “Espero que, bajo su guía, el pueblo de Estados Unidos prospere y se comprometa a construir una sociedad más justa, donde no haya espacio para el odio, la discriminación o la exclusión”. Que así sea.

Bogotá, D. C, 22 de enero 2025

*Expresidente de la Corte Constitucional

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Amylkar D Acosta M

Se ha convertido a la ANH en una empresa super poderosa, asumiendo y concentrando múltiples funciones, abandonando las suyas propias.

Por Amylkar D. Acosta M*. - El Gobierno ha dado en la flor de desbarajustar al sector energético. Como se recordará la ex ministra de Minas y Energía Irene Vélez, violando la Ley que creó la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), delegando lo indelegable, mediante la Resolución 40234, fechada el 23 de febrero de 2023, le trasladó una serie de funciones y competencias que son ajenas a su misión estipulada en la Ley que la creó, cual es “la administración integral de las reservas de hidrocarburos de propiedad de la Nación”. Esta Resolución es contraria y va a contrapelo de lo dispuesto por el Decreto 1760 de 2003, que ordenó la escisión de la estatal ECOPETROL y creó la ANH y del Decreto ley 4137 de 2011, que cambió su naturaleza.

El Ministro Andrés Camacho, quien la relevó en el cargo, continuó en el empeño de “desguazar” a la ANH, ahora que a ésta la dejaron sin oficio luego de la desafortunada decisión tomada de desembarazarse de los hidrocarburos, marchitándolos prematuramente, al descartar la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de los mismos, no obstante la precariedad de las reservas con las que cuenta el país tanto en petróleo como en gas natural. Ya hasta el nombre le cambiaron a la ANH, ahora es la Agencia Nacional de Energía de Colombia. 

En efecto, el año anterior el Ministerio de Minas y Energía expidió la resolución 40234 en la que, según el Presidente de la ANH Orlando Velandia, les “da funciones de conocimiento para algunos recursos no convencionales como son el hidrógeno blanco, la generación geotérmica, la generación eólica, y un tema que aunque no es específico de generación de energía, sí tiene que ver con la mitigación de los gases de efecto invernadero que es la captura y almacenamiento del CO2”. De esta manera, la ahora todopoderosa ANH asumirá todo lo concerniente a las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER). De hecho ya la ANH se estrenó saltando a la palestra liderando la Primera Ronda para la asignación de permisos de ocupación temporal sobre áreas marítimas para el desarrollo de proyectos degeneración de energía eólica offshore. 

Esta primera Ronda ya cuenta con una lista preliminar de empresas habilitadas por parte de la ANH para la asignación de permisos de ocupación temporal sobre áreas marítimas del mar Caribe. Según el Ministro Camacho “este es el inicio de la expansión de la transición energética hacia nuestros mares, posicionando a Colombia como un punto de referencia para Latinoamérica y el Caribe en el aprovechamiento sostenible de los recursos, diversificando la matriz energética para el beneficio de los colombianos”. Huelga decir que la ANH tiene cero experiencia y experticia, porque no ha sido lo suyo, en FNCER. 

Cabe preguntarse cuál será el futuro de este nuevo emprendimiento, porque si el Gobierno no ha sido capaz de sacar avante los proyectos de los parques eólicos onshore, debido fundamentalmente a un entorno hostil, a una ANLA que arrastra los pies para expedir las licencias ambientales y a la inseguridad jurídica, será que se le deparará una mejor perspectiva a los parques eólicos offshore. A contrario sensu de lo que ocurre en la realidad, afirma el Ministro Camacho, sin sonrojarse, llevado por su negacionismo, que dizque “los proyectos eólicos de La Guajira siguen en marcha”, en momentos en los que estos siguen empantanados, con pronóstico reservado.

Convertida por arte de birlibirloque la ANH en la Agencia Nacional de Energía, ahora el turno le llegó al Instituto de Soluciones Energéticas para Zonas no interconectadas (IPSE), que atiende las necesidades energéticas de los habitantes que no cuentan con este servicio; identificando, implementando y monitoreando soluciones energéticas sostenibles en las Zonas no Interconectadas- ZN. El propósito es absorber las funciones y competencias del IPSE, que desaparecerá al fusionarse con la ANH. Así se desprende del proyecto de Decreto del Ministerio de Minas publicado para comentarios y cuyo plazo para estos se venció el 15 de los corrientes, “por el cual se fusiona el IPSE en la ANH, se modifica su estructura y se dictan otras disposiciones”.

De esta manera se ha convertido a la ANH en una empresa super poderosa, asumiendo y concentrando múltiples funciones, abandonando las suyas propias. El camino escogido para adelantar este proceso en volandas no es muy ortodoxo y entraña riesgos administrativos impredecibles, amén de los cuestionamientos sobre la legalidad de lo actuado. 

Lo único que está quedando por fuera del radar de la otrora ANH es su función de velar por la administración de los recursos hidrocarburíferos del país que, por ministerio de la Ley, debe ejercer. Con ello se está transgrediendo la ley, violándola flagrantemente, saltándose a la torera las disposiciones legales y de paso se está incurriendo en un prevaricato, porque al funcionario público solo le es dable hacer lo que le manda la Ley, nada más pero tampoco nada menos. Es evidente que tanto la Resolución expedida por la ex ministra Irene Vélez como el proyecto de Decreto de marras transgreden la Ley, pues esta es una norma de rango superior, que sólo puede ser modificada por otra Ley. De modo que no le auguro un buen destino a estos dos actos administrativos que rayan en la arbitrariedad. El Consejo de Estado tiene la última palabra!

Y a todas esas cabe preguntarse, en dónde está el Piloto. Pues, el actual Presidente de la ANH, Orlando Velandia, como si no tuviera suficiente con la enorme responsabilidad que le implica estar al frente de esta super poderosa entidad, funge en este momento como experto comisionado de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), en calidad de encargado, contrariando lo dispuesto en la Ley 142 de 1994, la providencia de la Corte Constitucional, el fallo del Consejo de Estado y del Tribunal Contencioso administrativo de Cundinamarca, los cuales han sido enfáticos en que los expertos comisionados de la CREG, además de cumplir con unos requisitos técnicos rigurosos, que demandan la experiencia y experticia de los expertos comisionados, estos tienen período fijo y son de dedicación exclusiva, no pueden ser encargados y por tal motivo ya el Consejo de Estado ha anulado varios nombramientos, tanto del anterior como del actual gobierno!

Bogotá, enero 17 de 2025

*Economista. Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía.

www.amylkaracosta.net

 

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Mauricio Cabrera Galvis

El tema del salario mínimo es sobre todo un problema de economía política y de pugna distributiva

Por Mauricio Cabrera Galvis. -El debate sobre el aumento del salario mínimo debe darse en el contexto de un horizonte de tiempo más amplio y de la Pugna Distributiva.

La semana pasada mencionaba que una tendencia de largo plazo era la pérdida de participación del salario mínimo en la producción nacional, lo cual significaba que, en la en el pulso por la apropiación de los ingresos que se da en la negociación salarial, la tajada de los trabajadores había disminuido. Por eso la relación entre el salario mínimo anual vigente (SMAV) y el PIB per cápita (PIBpc), ha disminuido de manera impresionante en las cuatro décadas pasadas.

En 1983 el salario mínimo era de $111.132 y el PIBpc era $140.223 (ambos en pesos corrientes), es decir que el primero equivalía al 79% del segundo; para 2022 el SMAV nominal se había multiplicado por 108, llegando a $12 millones en el año mientras que el PIBpc había crecido 202 veces llegando a $28.4 millones, de manera que esta relación se había reducido a 42.2%.

Esta pérdida de participación afecta a la gran mayoría de la población, puesto que el 82% de las trabajadores colombianos ganan menos de 2 SMAV.

Así se comprueba al ver que ha pasado con la relación entre el Salario Medio de la economía (SM) y el PIBpc. En 1983 el SM era alrededor de 1.6 veces el SMAV, es decir unos $177.800 que equivalía al 127% del PIBpc. En 2022 el SM era 1.4 veces el SMAV, es decir unos $16.8 millones al año, monto que solo representaba el 59% del PIBpc

¿Qué significa que el PIBpc (es decir la producción de la economía que en promedio le corresponde a cada individuo) haya crecido casi el doble que el SMAV?. No es una pregunta fácil de responder y debería suscitar un interesante debate entre los economistas, pero me atrevo a aventurar algunas hipótesis.

La primera es que el aumento de la productividad de la economía no se ha trasladado al SMAV, es decir que no se ha cumplido uno de los parámetros para la fijación del SMAV, según la cual su crecimiento debe ser igual a la inflación más la mejora en la productividad.

Corolario de la anterior es que el aumento de la productividad fue apropiado por los dueños del capital o por los trabajadores que ganan mucho más que el SMAV, lo que podría ayudar a explicar porque en Colombia a pesar de la notoria reducción de la pobreza no ha disminuido el índice de Gini de la concentración del ingreso.

Otra hipótesis, sugerida por un colega, es el gran aumento de la oferta de trabajo, -la población trabajadora se multiplicó por 1.4 en el período considerado-, que jugó el papel del ejército de reserva que permitió mantener controladas los aumento salariales.

La única conclusión clara es que el tema del salario mínimo es sobre todo un problema de economía política y de pugna distributiva.

Cali 18 de enero 2025

*Filósofo y Economista. Consultor.

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Gabriel Ortiz

Así se maneja un gobierno tibio para lo importante, pero duro para el despilfarro y la corrupción.

Por Gabriel Ortiz*. -Desesperante es la tibieza del presidente Petro y su gobierno cuando se trata de enfrentar hechos, situaciones, decisiones o acciones que hagan referencia a su vida privada, pública u ocasional, cosa que contrasta con sus reacciones y pérdida de control si tocan sus actuaciones y decisiones.

Este país, al igual que lo hicieron importantes, medianas y pequeñas comunidades del mundo, -con excepción de grupúsculos venezolanos y efusivas minorías izquierdistas- rechazaron la forma como la dictadura venezolana siguió alterando las libertades, la democracia y las leyes que fueron implantándose desde cuando llegó el chavismo.

La camarilla, comandada por Maduro, “Dado Cabello” y un vendido ejército se fue con toda, robó las elecciones y montó un régimen de terror para seguir con el mando absoluto en Venezuela. Entre tanto el “tibio” Petro y su canciller aceptaron el robo electoral y todas las fechorías, más se abstuvieron de asistir a la usurpación del gobierno, pero se hicieron representar en el juramento carente de legalidad.

El gobernante de Colombia, tibio, suave y azulado se envalentona, insulta, enjuicia, acusa y difama a quien o quienes se atrevieron a censurar esa manera de actuar por una dictadura que aniquila las leyes y la democracia para beneficio de los millones de habitantes que aún quedan en el vecino país. Tenue e indiferentemente advirtió los perjuicios que traía para Colombia, el apoyo que le daban a la guerrilla, a la droga y demás daños que fomentan en nuestro territorio.

Petro odia a los buenos que no toleran sus terquedades, alcaldadas y errores. Con insultos, mofas y agravios descalifica al legislativo cuando se atreve a negarle la aprobación de fanáticos proyectos que solo buscan ampliarle sus poderes y caprichos.

Momento a momento quiere dejar institucionalizada una reforma a la salud a su medida y capricho, que antes funcionaba, pero que a raíz de la llegada del “cambio” y “minJaramillo” se descarriló. Las colas de pacientes son interminables, cada vez escasean hospitales, centros de salud, personal médico, tratamiento de muchas enfermedades y medicamentos. Los famosos centros de atención fueron contratados por Petro y MinJaramillo sin que se sepa cómo se hicieron y negociaron. Y si se mira el caso de la UPC, todo se vuelve más crítico, porque ese dinero no alcanza para su funcionamiento. La tibieza de Petro ha impedido alcanzar los niveles reales y necesarios.

El acusador Presidente dice, sin justificación, que “muchas EPS, están haciendo un robo continuado” y ha pedido una investigación forense sobre el tema. No se refirió a las cifras que indican la reducción de los aportes a la salud en un 50% entren el 23 y el 24. La salud desaparecerá, mientras millones de colombianos, solo tienen una salida: el cementerio.

Así se maneja un gobierno tibio para lo importante, pero duro para el despilfarro y la corrupción.

BLANCO: Los duros golpes y acosos contra la prensa que impulsa Petro fueron denunciados por el colega Luis Carlos Vélez en Semana. Así parece preparar elecciones a la venezolana.

NEGRO: Increíble que la austeridad que busca este gobierno no toque los excesivos gastos del avión presidencial, viáticos e inutilidad de tantos viajes.

Bogotá, D. E, 17 de enero de 2025

*Periodista, exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.

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