Gabriel Ortiz

Por Gabriel Ortiz.- Más de 35 mil millones costó la campaña del Presidente Duque y en Colombia todo tiene su costo. Como ganador electoral, debe azotar chequeras.

La mermelada ha embadurnado cuanta cosa se requiere. Ha movido las reformas tributarias, el entierro de las mociones de censura, la sumisión del Congreso virtual para evacuar iniciativas gubernamentales. ¡Todo tiene un costo!

Duque ha cumplido a sus patrocinadores, pero necesitaba opacar al Ñeñe y el dinero bajo la mesa. Como anillo al dedo le cayó el coronavirus. Lo ha usado para todo. No hay negocio que, durante los 100 días de encierro, no tenga impreso el sello covid-19. El dinero ha rodado ¨con emergencia¨ y sin control. El Jefe de Estado se tomó, como cualquier mandatario bananero, la televisión para sembrar pánico diario con su espacio: ¨El estrés de las Seis¨, tiempo durante el cual angustia, sobresalta, aturde y desvela a los colombianos con pésimas noticias. Nunca imprime optimismo.

Duque se dedicó, desde un principio a los venezolanos. Hasta trajo a Guaydó apoyado por un frente paramilitar, porque Maduro tenía ¨las horas contadas¨. Hoy Trump lo dejó solo, al igual que Iván a sus votantes.

Nadie entiende esta manera de gobernar, ni siquiera su vice, que lo desconoce como jefe. Por ello no le informó la experticia de su joven hermano, en negocios ¨fáciles¨.

Sus campañas divulgativas están gastadas. Hay que ajustarlas y explicar lo de los soldados gringos, el aumento de la producción de coca, el desastre económico y bueno… la hecatombe que armó para favorecer a sus patrocinadores: la banca y las grandes superficies, con el covid-back, del viernes 19 de junio.

Le faltaron canas para ordenar el populista día sin IVA, que solo se aplicó a contados artículos importados por los grandes, mientras los pequeños, que no aportaron a la campaña, no tuvieron oportunidad.  

No calculó lo que podría ocurrir cuando se abrieran las puertas a millones de colombianos que, estaban confinados y aburridos desde hacía 90 días. Febrilmente salieron de sus 4 paredes, credibanco en mano, liquidación de prestaciones, exigua prima y ganas de libertad. Cargaron con artículos que, la pobreza los obligará a devolver en poco tiempo. Cambiaron 19% de IVA para la Dian, por 29% del interés bancario por usar las tarjetas.   

Después del desastre, Duque pidió no buscar culpables. Él sabe que todo tiene un costo y debe pagarse. ¿Qué vendrá después?  

BLANCO: Las advertencias de Juan Camilo Restrepo sobre la economía para el covid-19.

NEGRO: ¿Tendremos qué pagar los avisos de Uribe?

Bogotá, D. C, 25 de junio de 2020

*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.

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Jairo Gómez

Por Jairo Gómez*.- Dice un dicho por ahí que “no es prudente vender la piel del oso antes de cazarlo” y esto fue lo que exactamente le sucedió al ex asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, con el fallido “Golpe de Estado” contra Nicolás Maduro en abril del año 2019.

Bolton pasó de ser un hombre de entera confianza de Trump a perder los afectos de la oficina oval no sólo por oponerse a las políticas que el presidente y el secretario de Estado Pompeo habían diseñado para mitigar las fricciones diplomáticas con Irán y Afganistán, sino por no cumplir lo que prometió: derrocar al régimen de Nicolás Maduro.

Tras calificar de incompetente a Bolton por el manejo de asuntos como el de Venezuela, Trump decidió despedirlo fulminantemente por tuiter: “Informé anoche a John Bolton que ya no se requieren sus servicios en la Casa Blanca. Tuve fuertes desacuerdos con muchas de sus sugerencias, así como otros en el gobierno”.

Leí con detenimiento la versión de Bolton en su libro “La Habitación donde ocurrió: memorias de la Casa Blanca”, sobre sus fracasadas gestiones para sacar a Maduro del poder. En 48 páginas terminó lavándose las manos, achacándole la responsabilidad del fracaso golpista a la oposición venezolana y a ese líder de papel que él mismo ayudo a construir y se lo metió por los ojos a Trump y al Secretario Pompeo, Juan Guaidó.

Más allá de sus recomendaciones golpistas y de la propuesta de atiborrar de sanciones económicas al régimen chavista que todos conocemos, hay un episodio interesante que narra el exasesor y en él Colombia jugó un papel importante: se trata de la intentona de golpe del 30 de abril de 2019 en el que Bolton le aseguró a Trump que Maduro caería, que las condiciones estaban dadas para tumbar al líder venezolano, tras menospreciar las acciones que tomaría su adversario para impedirlo.  

Cuenta Bolton en su libro que “Padrino (Ministro de Defensa de Venezuela) había ido a reunirse con Guaidó y que pensaba decirle pronto a Maduro que ya era hora de que se marchara. Padrino se decía estar acompañado de trescientos militares que afirmaron haberse librado de los cubanos, pero después supimos que esta información (tanto el supuesto encuentro como el acompañamiento militar) era incorrecta”. Todo parece indicar que el halcón y curtido Bolton, el Secretario Pompeo y la Casa Blanca, cayeron en la trampa. ¿Nunca se preguntaron Bolton, sus jefes y sus aliados que se trataba de una trampa? ¿No sería esa una estratagema para verificar la lealtad de los militares con el presidente Maduro?

Tal vez el orgullo de sentirse agraciado por el país más poderoso del mundo no le permitió a Bolton reconocer que los cubanos son maestros en inteligencia político-militar aprendida durante los aciagos años de la guerra fría; pero además su destreza la han corroborado con creces al enfrentar a su enemigo más poderoso: Estados Unidos, país del que han tenido que soportar las agresiones más audaces y violentas durante 70 años de revolución y que conocen en detalle cómo actúa la inteligencia americana y, por supuesto, al predecible Donald Trump.

Relata el curtido halcón que la “Operación Libertad” era prácticamente un hecho pues al parecer se contaba con la alianza firme de varios militares del régimen que querían salir de Maduro, pero acepta el fracaso de la operación: “Sin embargo, poco después conocimos que la información sobre la base aérea La Carlota no era verídica, y que Guaidó y López (Leopoldo que al parecer había sido liberado como parte de la estrategia) nunca estuvieron realmente dentro de dicha base. Además, en apenas unas horas se demostró que no eran ciertos los informes de que unidades militares que respaldaban a Guaidó habían tomado al menos el control de algunas estaciones de radio y televisión”. Ésta situación descontroló a Bolton y no supo darle explicaciones a Trump.

¿No sería ésta una estratagema para verificar la lealtad de los militares con el presidente Maduro? ¿Estaría detrás de esta estrategia la inteligencia cubano-venezolana? ¿Convencieron a la oposición, a sus aliados estadounidenses y al llamado Grupo de Lima de que había descontento al interior de la fuerza armada y que el golpe era factible? Sin duda eso pudo haber sucedido, porque como cuentan los medios el día del supuesto golpe de Estado, López y Guaidó llegaron a La Carlota y nadie, ningún militar de la Guardia, se encontraba ahí. La respuesta a esos interrogantes nunca los vamos a saber y como era obvio el “infalible” Bolton no los iba a contemplar en su libro.

En mi opinión la inteligencia cubano-venezolana no sólo se burló de Trump, Pompeo y Bolton, también lo hizo del llamado “Grupo de Lima” que estuvo al tanto de la operación en cabeza del Canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo. Literalmente les mamaron gallo. Cayeron redondos.

Y, para concluir, viene otra parte de la historia: dicen que, molestos por esta mamada de gallo, el gobierno de Colombia, creo yo que en consonancia con Bolton, decidió cobrarle a Cuba su osadía y reclamó en extradición a los cabecillas del ELN; ante el evidente rechazo del Gobierno de Diaz Cané, se abría el camino para que Donald Trump incluyera a Cuba en la lista de los países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo. Otra parte de esta historia que no cuenta Bolton, creo yo.  

Bogotá, D. C, 25 de junio de 2020

*Periodista. Analista Político.

@jairotevi     

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José G Hernández

Por José G. Hernández*.- Con independencia de la discusión sobre si la reforma aprobada por el Congreso, que contempla la prisión perpetua para violadores y asesinos de niños -asunto que definirá la Corte Constitucional si, como es probable, se presentan demandas de inconstitucionalidad por razones de forma o por una posible sustitución de la Constitución-, conviene subrayar que lo importante, más que el tipo de penas aplicable a esos criminales, es la necesidad apremiante de buscar mecanismos efectivos y reales con miras a la protección de los derechos de los niños, que -como proclama en la teoría el artículo 44 de la Constitución- prevalecen sobre los derechos de los demás.

Según expresa la norma, la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación “de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos”, todos calificados por la misma Constitución como fundamentales: “La vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión”. Añade que los menores “serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia”.

Infortunadamente, los hechos demuestran que lo dispuesto en éste y otros preceptos  constitucionales, en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 (aprobada por el Congreso colombiano mediante Ley 12 de 1991), en el Código de Infancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006), en el Código Penal, en el Civil, en las normas sobre bienestar familiar, en los convenios de OIT; en la jurisprudencia de los altos tribunales, no se traduce en la realidad. Ocurre lo contrario. Es como si en el interior de la sociedad se moviera un elemento maligno empeñado en producir exactamente los fenómenos opuestos a tan exigentes reglas. Las normas van por un lado y la suerte y el sufrimiento de los niños por otra.

Los niños son las principales víctimas del conflicto armado (que no ha terminado, pese al Acuerdo de Paz de 2016); de las minas anti personas; de la violencia sexual; de la pornografía; de la pólvora que se quema en diciembre; de las balas perdidas que dispara un borracho irresponsable; del abandono; del trabajo infantil -una inaceptable forma de esclavitud-; de la mendicidad; de la violencia en el interior de la familia; del acoso escolar; del hambre y la desnutrición; de la pobreza; de la imposibilidad de educarse.

Nada de eso se soluciona, ni se mitiga, al conjuro de disposiciones penales. Ya hay suficientes normas. Que se cumplan. Lo que debemos emprender todos -Estado, sociedad, familias, iglesias, establecimientos educativos, jueces, autoridades seccionales y locales, medios de comunicación- es una cruzada nacional por una cultura de respeto y amparo a los niños en todo sentido.

Bogotá, D. C 24 de junio de 2020

*Expresidente de la Corte Constitucional.

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Víctor G Ricardo

Por Víctor G. Ricardo.- El anuncio, en el sentido que EU presentará un candidato a la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, rompiendo con 60 años de tradición según la cual el banco venía siendo conducido desde su fundación por un latinoamericano, ha generado tanto sorpresa como preocupación.

La misma preocupación y sorpresa que genera que ya gobiernos latinoamericanos hayan salido inmediatamente con un comunicado de apoyo a dicha candidatura, pareciendo cumplir pautas expedidas desde Washington y sin seguramente reflexionar sobre las implicaciones de esta nominación.

Por otra parte, lo que no entendemos los latinoamericanos es cómo nuestros mandatarios no llegan a un acuerdo y promueven un candidato latinoamericano. ¿Será que no hay liderazgo en la región en materia de política internacional? Personalmente, dudo que esta sea la razón.

Nos enfrentamos ante un doble dilema:

Por una parte, como se ha venido mencionando en repetidas ocasiones e incluso varios expresidentes de la región (Fernando Henrique Cardoso, Ricardo Lagos, Ernesto Zedillo, Julio María Sanguinetti y un expresidente colombiano afirmaron de manera solemne en una declaración), ‘se está rompiendo no sólo con una norma protocolaria sino con el espíritu con el que el banco fue creado, en 1958: se acordaba que la sede estuviera en Washington pero la dirección debía corresponder a un latinoamericano’.

Este es, además, el espíritu imperante en demás bancos de desarrollo regionales (africano, asiático) y en otros organismos financieros internacionales, como son el Banco Mundial (presidido por un estadounidense) y el Fondo Monetario Internacional (presidido por un europeo). Se trata, en esencia, de preservar el equilibrio. Son reglas del juego no escritas pero esenciales para el buen funcionamiento de las instituciones y para que impere la confianza entre los distintos socios. Si quebramos la confianza difícilmente logremos avanzar en unos objetivos comunes.

Por otra parte, la sorpresa y la preocupación derivan del momento actual en que EU decide presentar un candidato a un organismo multilateral. A punto de comenzar oficialmente la campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre, el mandato del Presidente Trump se ha caracterizado por su rechazo al multilateralismo (durante su administración  EU se salió de varios organismos internacionales, siendo el de la OMS el caso más reciente), ha defendido la idea de America First (suspendiendo, por ejemplo, ayudas a países centroamericanos por no realizar, a su juicio, suficientes esfuerzos en materia de inmigración, o amenazando con aranceles a México por el mismo motivo) y, sobre todo, ha liderado un endurecimiento de posiciones hacia otros países. Mauricio Claver-Carone, de ascendencia cubana, actual asesor presidencial para América Latina en la Casa Blanca es considerado el ideólogo de esa línea dura.

Cabe, por tanto, plantearse, si un organismo de desarrollo como el BID debe correr el riesgo de politizarse y ojalá así no suceda, ponerse al servicio de los intereses políticos de un país.

En un momento como el actual, en el que América Latina está siendo duramente golpeada por el Covid-19, con una crisis económica y social en camino como consecuencia de la pandemia, la región no debería permitirse el lujo que la institución que por excelencia que ha servido y sirve al desarrollo de los países de manera eficaz, se convierta en una herramienta con la que Estados Unidos pueda perseguir sus fines políticos en América Latina. Y tampoco que la institución sea utilizada con fines electoralistas para conseguir los tan ansiados y necesarios votos latinos de Estados como la Florida.

Por tanto, es necesario que los países de la región reflexionen sobre el apoyo.

Bogotá, D. C, 24 de junio de 2020

*Excomisionado de Paz

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Guillermo García Realpe

Por Guillermo García Realpe.- En Colombia durante meses y prácticamente en un año completo se habló mucho nuevamente, porque no era la primera vez de la reforma constitucional para promover que en  nuestro país se estableciese la cadena perpetua como condena a quienes violen y atenten contra la vida de los niños y las niñas en el país. 

Finalmente el Congreso de la República aprobó está reforma constitucional al artículo 34. Hay que hacer un balance general de qué es y qué no es esa reforma. Es y se convirtió en una causa política del Gobierno, de muchos sectores y de varios partidos políticos en el Congreso. Se convirtió prácticamente en la única razón de mostrar una agenda legislativa, porque en Colombia no se aprobó por cuenta de este gobierno que ya lleva mitad de período, ninguna reforma a la justicia, ninguna reforma a la salud, tampoco hubo reforma política, ni electoral, ni ninguna otra reforma que requiere el país. 

No le había salido al gobierno ni el tema de la reforma a la JEP, ni el tema a las objeciones, ni reformas a la ley 1448 de víctimas y muchas otras iniciativas fracasadas. También el gobierno se había dedicado a muchas actividades y acciones que no le contribuyen a nada al país. Por ejemplo, se dedicó mucho tiempo al tema de Venezuela, al tema de Maduro, al tema de Guaidó, al tema del Grupo de Lima, durante muchos meses, sin un resultado evidente, incluso intento dañar las relaciones con Cuba para hacer de eso una causa para agradar a los sectores de la derecha nacional. 

Por supuesto que en medio de esto, Colombia hizo parte de por lo menos ese 1% de los países del mundo en apoyar el bloqueo económico a Cuba  y también uno de los cuatro o cinco países del mundo en contra de más de 180 en la manifestación de Estados Unidos de declarar a Cuba como país colaborador de los grupos al margen de la ley en el caso del terrorismo internacional. 

Entonces, en medio de la falta de gobierno, de resultados en la administración, de gestión, en cumplimiento de su programa de gobierno por supuesto, en cumplimiento de su Plan Nacional de Desarrollo, pues ha optado por este tipo de iniciativas que tienen impacto en algunos sectores no muy informados a nivel nacional. 

También ha manifestado que el gran culpable en Colombia del narcotráfico es el campesino y por ende promover las fumigaciones, a sabiendas que el narcotráfico está más enquistado en los niveles superiores de la economía y de la política y también que se está trabajando mucho menos en interdicción y control de las salidas de las toneladas de cocaína que hoy como nunca salen por aeropuertos como El Dorado, por puertos, por vía aérea donde hay mucho aparato de control, pero que no funciona. 

Entonces esa cadena perpetua se convierte en un embeleco más de tantos que el gobierno a cambio de buenos resultados le está ofreciendo al país. Para entusiasmar más a un sector y hablando del tema de la reforma a la Constitución para establecer la cadena perpetua, queremos manifestar nuestra hipótesis de trabajo.

Lo que aprobó el Congreso de la República definitivamente no previene el maltrato a las mujeres ni los abusos a los niños, por ejemplo, el tema  de la creación del delito de feminicidio pasaron de cien casos en el 2015 a 800 casos después de  crear el delito de feminicidio con altas penas, quiere decir que no se trabajó en la prevención del maltrato a las mujeres, ni en la prevención del abuso a las mujeres.

Que las alarmas que se prendan ante  las autoridades se atiendan y se evite finalmente el feminicidio y el maltrato a las mujeres, eso va a ocurrir con los niños, no va a haber estrategia para evitar que los abusos ocurran, simplemente una supuesta sanción que no va hacer posible que se lleve a cabo por lo siguiente: 

Primero, se aplicará como lo dice la reforma constitucional de manera excepcional. El juez  que la imponga, manifiesta el artículo, dice que podrá y no que deberá. También se impone la cadena perpetua como techo y como medida más grave. Cuarto, tiene que ser consultada  automáticamente ante el superior del juez o del Tribunal que tomó la medida. Quinto, tendrá que revisarse a los 25 años con el compromiso de resocialización. Impuesta una cadena perpetua, a los 25 años tiene que revisarse obligatoriamente como un derecho del delincuente abusador o asesino de niños. Entonces hoy estará celebrando el señor Rafael Uribe Noguera, asesino de la niña Yuliana Samboní porque hoy tiene que pagar mínimo 43 años efectivamente y va a pagar entonces, con esta reforma que lo ampara, 25 años no más. Él está celebrando. Está norma aligeró las cargas de ciertos señores como Garavito y el mencionado, también manifiesta que tendrá que haber una ley que se aprobará en el próximo año para reglamentar esta reforma constitucional y también sufrirá el análisis de constitucionalidad de la Corte Constitucional que va a observar por qué no se tramitó esa recusación ante la Comisión de Ética del Senado de la República contra los senadores de la Comisión Primera y se pasó la página muy rápido y se puso en consideración sin evacuarse éste fundamental requisito de procedibilidad. 

Por eso, nosotros nos salimos de la discusión porque está viciada y esto lo va a expresar en su momento la Corte Constitucional, entonces los fuegos artificiales, los júbilos, los aplausos en la galería y la celebración del mismo gobierno y de varios sectores de la política colombiana son simplemente manifestaciones de un hecho que no le va a aportar nada al país. 

Bogotá, D. C, 23 de junio de 2020

*Senador Partido Liberal 

@GGarciaRealpe

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Juan Camilo Restrepo

Por Juan Camilo Restrepo*.- La directora - gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en magnifica entrevista que concedió al País de Madrid el pasado 15 de junio, sintetizaba de la siguiente manera la receta del Fondo a los países atrapados por la grave recesión, apenas comparable a la registrada en los años treinta del siglo pasado: “Es lo que le estamos diciendo a los gobiernos: gasten tanto como puedan pero guarden los recibos”, dijo.

Esto no es sorprendente. Lo que es sorpresivo es que lo diga el mismísimo FMI guardián tradicional de la ortodoxia fiscal y monetaria. “Gasten cuanto puedan” es una expresión que aconseja un endeudamiento público rápido y cuantioso para financiar programas contra cíclicos orientados contrarrestar la caída violenta del PIB y la disparada del desempleo que, sin excepción, se observa en todos los países.

Y lo de “guardar los recibos” se refiere a la necesidad de llevar una buena contabilidad de las ayudas que otorguen los gobiernos. Pues en épocas de crisis no faltan avivatos que buscan sacar provecho del sin número de ayudas y subsidios que, angustiados, entregan los gobiernos a menudo sin suficiente cuidado.

Lo de “guardar los recibos” se traduce ahora en dispositivos que establecieron los miembros de la comisión de la regla fiscal para que en el intervalo en que no habrá vigencia del déficit fiscal autorizado, la misma comisión se constituye en un ente veedor de la prudencia fiscal; y en el presupuesto nacional se introducen normas para asegurar que así sea.

La suspensión hasta el 2022 de la regla fiscal que se acordó el lunes de esta semana encaja perfectamente dentro de la receta del FMI. Continuar con lo que se traía no tenía sentido. Como una masa de plastilina se había venido ampliando el déficit fiscal máximo permitido. Primero fue el 2,2% del PIB, luego el 4,9%, enseguida el 6,1%. Cada 15 días se estaba corriendo la cerca del límite de la talanquera de contención al endeudamiento tolerada por la regla fiscal. Hasta el punto que estaba empezando a carecer de sentido. Ya nadie la estaba mirando como un ancla, que es lo que se supone que debe ser una regla fiscal. Estuvo pues bien que se hubiera liberado hasta que pase la emergencia.

En adelante los límites del endeudamiento público los señalará la prudencia gubernamental y el mercado (el de multilaterales y de los bonos públicos), que serán los encargados de señalar las talanqueras del endeudamiento en el futuro. Lo que se adivina con esta medida de liberación es que la magnitud de la crisis y de las necesidades del gasto contra cíclico son mucho más profundas de lo que se había percibido en un comienzo.

Todo va a depender ahora de la velocidad de la recuperación de la economía y del empleo. Si el desconfinamiento funciona bien, si no hay recaídas de la pandemia y si hay disciplina social, los síntomas de la recuperación deben empezarse a ver en el segundo semestre del 2020. Será una recuperación tipo “V”. 

Pero si la soltada de amarras de la economía no funciona bien, si hay indisciplina social, o si se presentan nuevos brotes de la pandemia que requieran confinamientos adicionales, la recuperación de la economía y del empleo se irá hasta el 2021, y tomará la forma de “W”.

Quizás por ello, quienes recomendaron la suspensión de la regla fiscal, la extendieron prudentemente hasta el 2021.

Bogotá, D. C, 22 de junio de 2020

*Abogado y Economista. Exministro de Estado.

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Amylkar D Acosta M

Por Amylkar D. Acosta M*.-  En días pasados el consultor Mauricio Cabrera tituló su columna de opinión diciendo que “hay que rescatar a Avianca” y comienza advirtiendo que “a riesgo de ser crucificado por las redes sociales debo decir que para el país es necesario que Avianca siga operando”. Y yo añadiría que no sólo Avianca sino Latam y las demás aerolíneas que conectan a Colombia y a Colombia con el mundo. Y más que rescatar a dichas empresas de lo que se trata es de proteger los 600 mil empleos que, entre directos e indirectos, generan, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, amén de los US $7.500 millones que le aportan al PIB del país. Por lo demás, el transporte aéreo, al igual que las demás modalidades de transporte, es un servicio esencial vigilado y es el que pone en movimiento los ejes de la economía nacional, es el gran articulador del ecosistema productivo. 

En el Decreto - Ley 811 del 4 de junio, uno de los últimos que expidió el Presidente Iván Duque al amparo de la Emergencia económica 2.0 dejó abierta la escotilla al darle vía libre al Gobierno Nacional para lanzarle un salvavidas a las empresas que estén al borde de la insolvencia, mediante la compra de acciones o participaciones en las mismas, con pacto de retracto, esto es que una vez superada la emergencia sus accionistas o propietarios se obligan a recomprarlas dentro del plazo que se convenga entre las partes. Ello, en tratándose de “empresas que desarrollen actividades de interés nacional”, tal es el caso de las aerolíneas.

Preocupa sobremanera que en dicho Decreto se deja una rendija para la eventual privatización de ISA o ECOPETROL, cuando alude a la facultad para enajenar “la participación accionaria del Estado…que posea en determinada empresa”. El único condicionamiento previsto es que los recursos provenientes de la venta “sean destinados para atender los efectos económicos adversos relacionados con la Emergencia económica”.

Y lo que se predica para el sector transportador aplica también a los demás sectores de la economía, todo el esfuerzo que ha venido haciendo el Gobierno en pro de las empresas, para evitar que se vayan a la quiebra, busca de paso poner a salvo los empleos que ellas generan. Las empresas, además de generar empleo productivo, producen bienes y servicios tanto para el mercado doméstico como para las exportaciones y de contera contribuyen a la financiación del Estado mediante el pago de impuestos. No se puede caer, entonces, en la desmesura del pasajero del avión al que poco le importaba que el mismo se siniestrara porque al fin y al cabo el avión no era de él (¡!). Como bien dice el Director del diario económico Portafolio Francisco Miranda, “una empresa que se hunde es el fin de un sueño y la parálisis de un piñón del motor económico de una sociedad”.

Eso sí, en nuestro concepto la ayuda oficial a las empresas deben ser temporales, acotadas y condicionadas. Temporales, porque deben responder y corresponder a la coyuntura que, como la actual, amerite la intervención del Estado; pero, una vez superadas las circunstancias que dieron lugar a ella debe cesar. Y no como ha ocurrido en el pasado, dado que, como dijo Miguel Antonio Caro, “en Colombia para que las cosas sean definitivas, deben ser transitorias”, pues es bien sabido  que en nuestro medio no hay nada más permanente que las normas temporales. Debe evitarse, además, que haga carrera el oportunismo de quienes quieren aprovechar la coyuntura para pasar en volandas reformas a los regímenes laboral y pensional, en desmedro de los intereses de los trabajadores, con el espejismo de generar empleos.

Acotadas, porque dada la limitación de recursos con los que cuenta el Estado, se debe establecer un tratamiento diferencial y diferenciado según el tamaño de las empresas y su actividad, fijar prioridades, montos y plazos razonables. Es bien sabido que las MIPYMES, a diferencia de las grandes empresas, han tropezado con dificultades para acceder al crédito bancario, no obstante la liquidez y las garantías que el Gobierno les ha dispensado. En tratándose de los créditos para las MIPYMES, al igual que los recursos del programa Ingreso solidario, se han debido canalizar a través de las entidades públicas, como BANCOLDEX, FINDETER o el Banco Agrario y no mediante la intermediación de la banca comercial.

Condicionadas, de tal suerte que el apoyo a las empresas vaya en línea con las políticas estatales y no ocurra lo que en el pasado, por ejemplo que se desmontaron los parafiscales y se concedieron exenciones a cambio de que generaran empleo, no lo generaron pero se quedaron con los beneficios fiscales otorgados. Debería existir una cláusula de reversión, pues ante el incumplimiento se deben perder los beneficios recibidos. Así mismo, la ayuda y el apoyo a las empresas deben ser coherentes con las políticas públicas agenciadas por el Estado y las metas que este se propone.

Un ejemplo de ello fue lo que dispuso el Presidente Obama en EEUU para salvar de la quiebra a la industria automotriz, al condicionar la ayuda estatal a la mayor eficiencia de los motores que se fabricaran en lo sucesivo, teniendo como meta 54.5 millas de recorrido por galón de combustible para el 2025, teniendo como línea base las 35 millas recorridas. Esta medida iba en línea con su programa de eficiencia energética y de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del Cambio climático.

Esta crisis es de tal magnitud y gravedad que ha puesto en cuestión la sobrevivencia de la globalización como la conocemos y como ha venido operando. De hecho las cadenas globales de valor se han visto estropeadas y los países están replegándose hacia sus propias fronteras, replanteándose sus fuentes de suministro. De ello hay que tomar atenta nota. Viviremos una reconfiguración de la globalización, en la que prime la inclusión y la cohesión social, tan venida a menos en los tiempos que corren. Para su reinserción en la misma las autoridades económicas deberán ajustar sus políticas para dinamizar la economía y amortiguar los choques externos.

El signo de los tiempos es la incertidumbre, ya que no se puede prever cuánto va a durar esta pandemia, es más acaba de anunciar la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lo peor está por venir, que la COVID-19 entró en una “fase nueva y peligrosa” y el epicentro de la misma se ha desplazado al continente americano. Por lo tanto, no se puede bajar la guardia!

Cota, junio 20 de 2020

*Economista. Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía

www.amylkaracosta.net

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Mauricio Cabrera Galvis

Por Mauricio Cabrera Galvis*.- El gran esfuerzo nacional que se ha hecho para controlar la propagación del Covid-19, con el alto costo que ha significado la cuarentena y el freno de la actividad económica, puede perderse por las aglomeraciones y el comportamiento irresponsable de almacenes que no aplicaron los protocolos de bioseguridad y miles de consumidores que arriesgaron su salud, y la de sus familias, por ganarse unos cuantos miles de pesos por comprar sin IVA.

Las redes sociales estallaron con imágenes y comentarios sobre esas multitudes insensatas, y con mucho humor negro señalaron las previsibles consecuencias. Algunos ejemplos: “Hoy es el día sin IVA, próximamente el día sin UCI”, “Ahora en las UCI’s toca abrir campo para colgar los televisores de 70” que están comprando”. Tola y Maruja también se despacharon con agudeza: “Comprando a crédito tiene el plus de que si te contagias de coronavirus solo pagarías las dos primeras cuotas”.

La realidad del costo del día sin IVA en la propagación del virus se conocerá dentro de dos semanas; mientras tanto hay que decir que el beneficio esperado será muy pequeño para la sociedad en su conjunto, es decir que si se trataba de estimular la reactivación de la economía esta es una medida ineficiente.

Para Fenalco no es ineficiente pues estima que las ventas sin IVA fueron del orden de $5 billones que les dejaron buenas ganancias. Lo que no se dice es que es probable que una buena parte de esas ventas de todas maneras se hubieran hecho porque eran compras aplazadas en 3 meses de cuarentena, o anticipadas para aprovechar los descuentos –si es que fueron reales-. En otras palabras el gobierno asumió un enorme costo fiscal innecesario, porque muchas compras de todas maneras se hubieran hecho sin necesidad del descuento.

Ineficiente también para estimular la producción doméstica, porque según los mismos comerciantes la mayor parte de las compras fueron de electrodomésticos, computadores y teléfonos, todos importados, y muy pocos productos nacionales. El DANE en Junio nos volverá a mostrar una tendencia recurrente de ventas del comercio creciendo mucho más que la industria manufacturera.

El ex ministro de hacienda Juan Camilo Restrepo preguntó: “¿este es el tipo de gasto publico adecuado para reactivar la economía? ¿Qué ganamos promoviendo consumos atropellados de electrodomésticos importados?”. La respuesta es que ganamos muy poco, y el gobierno podría limitar el próximo día sin IVA solo para la compra de productos nacionales.

El costo fiscal del día sin IVA no solo es ineficiente sino también regresivo pues no beneficia a los más pobres y vulnerables, sino a los estratos medios y altos que son los que tienen dinero para comprar televisores, o los bancos que incrementan la facturación con tarjetas de crédito de los que se endeudan para adquirirlas.

Con el monto de ventas sin IVA estimado por Fenalco, el gobierno deja de recibir unos $900.000 millones que se hubieran podido destinar a incrementar las exiguas ayudas que se están dando a los más pobres o para proteger el empleo.

Por ejemplo, ese fue el costo del primer mes del PAEF que solo dio $350.000 por empleado, o sea que hubieran podido dar el doble. También se hubieran podido triplicar los escasos $160.000 que dieron a 2 millones de familias en el programa de Ingreso Solidario. Esos serían estímulos más útiles y eficientes que otro día sin IVA.

Cali, 21 de junio de 2020

*Filósofo y Economista. Consultor.

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José Félix Lafaurie Rivera

Por José Félix Lafaurie Rivera*.-Hace unos días, el Consejero Presidencial para las Regiones, Federico Hoyos, resaltó a Montería y a Córdoba como modelos en atención de la COVID-19, y sorprende también el manejo de la pandemia en Bucaramanga, otra ciudad con cifras realmente ejemplares, que han facilitado la reapertura gradual e inteligente. 

¿Cuál es la diferencia entre Montería y Bucaramanga con Bogotá?, y no me refiero a la evidente del tamaño y su complejidad asociada, sino a la diferencia de método, de “estilo gerencial”, de cómo enfrentar los problemas y cómo convocar a la ciudadanía, para que Bucaramanga tenga -cuando escribo- 9,5 contagiados por cada 100.000 habitantes frente a 81 en todo el país; un solo fallecimiento y ¡un solo caso activo! ocupando cama hospitalaria. 

Cómo hizo el alcalde de Montería para convertir, en menos de treinta días, el coliseo Happy Lora en un hospital de campaña de primer nivel, que mereció la calificación del comisionado Hoyos como “una obra de altísima calidad tecnológica con todos los protocolos”. 

Rigor, asertividad, planeación estratégica, trabajo en equipo, sin mesianismos ni arrogancias y sobre todo, empatía con sus colaboradores y sus gobernados. Detrás de sus resultados percibo un gran componente de lo que me atrevo a bautizar como “liderazgo empático” de sus alcaldes, frente a su antónimo, el “liderazgo antipático” de la alcaldesa bogotana; burgomaestres que prefieren convencer antes que regañar; que no confunden energía con altanería; que entienden que la complejidad de la situación exige discreción y método, “menos bulla y más trabajo”; que prefieren un bajo perfil mediático, sin aspavientos ni alharacas, opuesto al protagonismo excesivo, mas no para informar con serenidad y para educar, sino para contradecir con altisonancia, para señalar responsabilidades evadiendo las propias, y para “advertir”, con un tonito insoportable de sobradez mesiánica, de agitador sesentero, que no puedo dejar de relacionar como la versión femenina de su ex amigo Petro. 

A Claudia López nada que venga del Gobierno le gusta. Si el presidente toma decisiones nacionales de orden público, como le compete, es autoritario y desconoce la autonomía local, pero si delega las decisiones locales en los gobernantes locales, como debe ser, está trasladando el problema a los alcaldes y se baña las manos. Si el Gobierno dice reactivación inteligente, ella entiende lanzar ciudadanos a las calles a que se enfermen. En mayo asustó a los bogotanos con ser culpables de la muerte de sus madres, y en junio advierte que el “Día sin IVA y del padre son doble riesgo de que se dispare el contagio”. 

Claro que pueden ser un riesgo, que ella debe controlar como mandataria local y jefe de policía, pero la solución no puede ser su absurda posición inicial de confinamiento hasta que aparezca la vacuna, mientras no baja su propia guardia: regañar, regañar y regañar, hasta a sus propios colaboradores, cuando lo que se requiere es “convencer” y, si es necesario, ejercer su autoridad con firmeza y serenidad. 

¿Cuál es la diferencia, no entre ciudades sino entre alcaldes? Que mientras los de Montería y Bucaramanga están aplicados de lleno a sus responsabilidades, Claudia no se baja del “bus de campaña”, y parece más preocupada en forjarse esa imagen de líder contestataria y vociferante que tanto le funciona a la izquierda populista, de la que hace parte esta “lideresa” que se vistió de “centro” para llegar a la alcaldía, y ahora, con su liderazgo antipático, ¿a dónde querrá llegar? 

Nota bene. Todos soñamos con ver luz al final del túnel de la pandemia, pero a otros seis jóvenes militares “las disidencias” asesinas les arrebataron ese sueño. Paz en sus tumbas. 

Bogotá, D. C, 22 de1 de junio de 2020

*Presidente de Fedegan

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Gabriel Ortiz

Por Gabriel Ortiz.- La pandemia nos ha llevado a un nuevo virus sin vacuna y sin remedio. Ni aquí, ni allá, ni más allá, hay ser que escape a la chiflada. Husmeando cómo el versado Juan Gossain, analiza en su última entrevista esta locura en que nos encontramos; cómo todo se achicó y todo enloqueció, podría concluir que el covid ataca sin piedad el cerebro de esta humanidad irreflexiva, que iluminó a Enrique Santos Discépolo para ¨parir¨ Cambalache. ¨Qué atropello a la razón¨, lo que viene ocurriendo en nuestro país.

Santos lo dijo con sabiduría y visión: ¨a nadie importa sin naciste honrao¨… ¨cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón¨ y mejor no seguir con la más famosa canción inspirada en ese pueblito portorriqueño, porque los ¨inmorales nos han igualao¨.

¿Será coronavirus, será el encierro, el atropello de dictatoriales protocolos, el engaño generalizado, o qué diablos, qué bicho nos ha picado para que nos encontremos dominados por este ¨despliegue de maldad insolente¨?

El covid quedó a la altura de su tamaño.Hemos entrado en una riña callejera que sobrepasa cualquier límite.

Descendimos al nivel de los rufianes de barriada. Nuestros líderes han perdido la razón. Se insultan, se agreden, se acusan, se mancillan y se exhiben como ejemplo a seguir, para las actuales y futuras generaciones. Casi todos quieren ser, o buscan eludir el paso lastimero y deshonrado que Colombia ha dado por culpa del narcotráfico. Ese tránsito se utiliza para distraer, tapar o lgalizar las huellas que unos y otros esconden y que pervierten por igual al ejecutivo, el legislativo, el judicial y a la sociedad.

Nuestro destino está penetrado por ¨cambalaches¨ que atacan la paz, fomentan guerrillas y paramilitares, matones de líderes y calificadores de extremistas -o comunistas- a los que piensan distinto. Los tradicionales partidos políticos dejaron de existir. Solo quedan movimientos de escasos principios políticos y corta duración. Empresas que compran votos, manejan grupos y a la vista de todo el mundo, imponen la corrupción.

En esas estamos. Da vergüenza como país, como sociedad y como seres humanos, asistir al ruedo de improperios que los dos que mandan se lanzan. Es lamentable que la Colombia de hoy sea, o de Uribe o de Petro. Esa es la írrita covid-demencia que ¨legaliza¨ este desastre.

BLANCO: La invasión de compradores de Estados Unidos y Europa que quieren comprar en Colombia, según Luis Fernando Velasco.

NEGRO: Nuestros animadores digitales desempleados, mientras gobernadora del Atlántico contrata a los de Plaza Sésamo para divulgar por TV acciones contra covid-19.

Bogotá, 20 de junio de 2020

*Periodista. Ex director del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.

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