Robinson Castillo

Por Robinson Castillo*.- Alemania se quedará pronto sin Ángela Merkel, pero el resto del mundo la extrañará más. Es que se va la mujer más poderosa de la política internacional, una influencia que traspasó todas las fronteras. Sobria, reservada y eficiente.

Es una mujer de carácter. No asumía compromisos sino hasta último momento, hasta analizar todas las posibilidades, según relatan asesores de su inmediato entorno. No promete en vano.

Uno de sus símbolos más importantes, es el de juntar sus dedos en forma de diamante. Este gesto que siempre lo usó, no es menor, refleja lo que ha demostrado: seguridad, tranquilidad y muchos resultados.

Concluyen 16 años como Canciller de Alemania, con un respaldo que ronda el 70 por ciento. Algo impensado con cuatro mandatos consecutivos, lo que la eleva a la categoría de la líder más importante del siglo XXI en Europa. Para algunos, es todo un misterio tanta popularidad sostenida.

Merkel nunca se dejó manipular por el poder. El ego jamás la atrapó y logró mantener a metros y blindada su vida personal. Su excesiva capacidad de análisis, pero por encima de todo, de escucha, la convirtieron en leyenda.

Angela Merkel entra de lleno a la política dos años después de la caída del muro de Berlín y una década posterior, era elegida presidenta de la Unión Demócrata Cristiana. Ascenso meteórico.

Este crecimiento, liderazgo y ahora legado, se concentra en un método muy pragmático pero eficiente: Su enorme capacidad para adaptarse al momento presente, como ocurrió con su gestión de la pandemia, al considerarla el mayor reto después de la Segunda Guerra Mundial. Se aleja de las metas de largo plazo. La gestión cotidiana y los pasos pequeños, dan grandes resultados, dicen sus personas de confianza.

Su capacidad física también es otra fortaleza. Nunca abandonó una negociación hasta no concluirla, así se transcurría la noche entera. No ahorra esfuerzo alguno y parece nunca importarle el horario. Casi nunca mostró en público signos de cansancio.

¿Qué hemos aprendido hoy? Así se refería en cada encuentro de algún tipo de reunión de alto nivel. Sin duda, el mundo extrañará a este tipo de líderes. Recientemente para sorpresa de muchos, se declaró feminista. Otro aporte para su enorme prestigio.

Se va esta Doctora en química cuántica, la que nunca le importó repetir vestuario, su favorito sin duda, la chaqueta de diversos colores y de botones grandes. Con una forma de comunicar sencilla, básica, aunque contundente. Angela Merkel es en esencia, una verdadera marca de liderazgo. Mantuvo un método inalterable: “Para mí, la política se basa en resultados” Y la otra: “No ganes discusiones”.  Mucho por aprenderle.

Bogotá, D. C, 2 de octubre de 2021

*Comunicador Social-Periodista

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