Por Mauricio Cabrera Galvis.-Contrastan las decisiones de política monetaria tomadas esta semana por dos Bancos Centrales: el Banco de la República (BR) en Colombia y el Federal Reserve Bank (FED) en Estados Unidos. No tanto por el contenido mismo de la decisión sino por las razones que las motivan.

El FED mantuvo inalterada su tasa de interés entre 0% y 0.25%, con lo cual va a completar 7 años con tasas cercanas a cero, pues fue en diciembre de 2008 que por primera vez en su historia decidió bajarlas a este nivel para tratar de estimular la economía frente al impacto de la crisis financiera de ese año. Si se recuerda que en el 2007 la tasa del FED estaba por encima del 5%, se comprende las dimensiones de esa decisión. Por su parte el BR decidió subir su tasa de 4.75% a 5.25%, siendo esta la segunda alza consecutiva pues el mes pasado ya la había incrementado después de un año en el que la había mantenido estable en un nivel de 4.5%. Llama la atención el monto y la rapidez del incremento ya que desde el 2002 no se registraba un aumento de 0.75% en tan corto tiempo.

Es claro que las circunstancias son diferentes. Allá la inflación es baja por la revaluación del dólar y la caída de los precios de la energía, y se mantiene dentro de las metas oficiales; acá la inflación se salió de las metas del BR por el impacto del Niño travieso sobre los precios de los alimentos y del dólar sobre los precios de bienes importados. Esta diferencia justificaría el contraste en las decisiones de los dos bancos.

Sin embargo hay otra circunstancia distinta que sí cuestiona la diferencia en las decisiones. Es la situación del desempleo. En Estados Unidos está más lenta la disminución del desempleo, es decir que se ha frenado el ritmo de creación de empleo, y esa es la razón principal de la decisión del FED según dice en su comunicado: “Para apoyar el progreso continuo hacia el máximo empleo y la estabilidad de precios el Comité reafirma que el nivel actual de tasas sigue siendo el apropiado”.

En Colombia después de 5 años de descenso constante en la tasa de desempleo, esta ha vuelto a subir en los dos últimos meses, como consecuencia de la desaceleración de la economía. El último reporte del DANE muestra que en septiembre fue de 9% frente al 8,4% registrado el mismo mes del año anterior.

Algunos pueden pensar que 0.6% de mayor desempleo no es grave, pero son 180.000 familias que pierden su fuente de ingresos y en los próximos meses serán más porque la tendencia es al alza, lo que tendrá consecuencias políticas y económicas mucho más grave para el país que una subida de la inflación.

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