Por Felicia Saturno Hartt.-El domingo 6 de diciembre, Venezuela no se solo marcó un objetivo histórico cuando el pueblo venezolano recuperó en las urnas el control de su parlamento nacional, sometido, por más de 15 años, por la hegemonía corrupta del  Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sino ha hecho historia en la lucha por la igualdad de la Comunidad LGBT, al elegir como diputada a la abogada, de 61 años, Tamara Adrián Hernández.

Adrián, cuyo nombre oficial es Tomás y es madre de dos hijos de 28 y 26 años, de una unión heterosexual anterior, se sometió a una cirugía de reasignación en Tailandia en 2002, y desde hace 11 años mantiene una batalla legal en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para legalizar su sexo y nombre.

De consolidada formación, Adrián es doctora en Derecho Comercial, profesora universitaria y activista por los derechos de la mujer y de la comunidad LGBT. Esa lucha contra la intolerancia la ha llevado a defender a las minorías sexuales en la ONU.

La primera diputada transgénero, apareció en el tarjetón electoral como candidata en Caracas, por el partido Voluntad Popular, uno de los 27 que integran la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Con una fuerte orientación a la dinámica social de los DDHH, Adrián plantea volver a la reinstitucionalización de Venezuela, lo que significa que los mejores sean elegidos como defensor del pueblo, contralor, lograr la independencia real del CNE, del TSJ. Esa es la esencia de la reconstrucción de Venezuela.

Señala, asimismo, la Diputada Adrían, que Venezuela quiere cambio, pero quiere cambio que incluya. La regla es con todos, por todos y para todos.

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