Maracay, 26 de diciembre de 2017. Por Felicia Saturno Hartt. Foto: blueconnections.com.au.- El año 2018 es decisivo para América Latina. Se vuelven a renovar, por el voto ciudadano, a los protagonistas del poder. Un hecho que puede determinar el futuro de todos.

En una región de desigualdades, exclusiones y conflictos de diversa intensidad, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) son recursos poderosos para el desarrollo sostenido, la inclusión social, socioeconómica y sociopolítica y la consolidación de ciudadanías.

Por ello, una Agenda Política con Visión de Futuro deberá incluir las TIC en los escenarios nacionales y/o regionales.  Y con ello superar el miedo al poder de las estrategias y recursos que ellas integran.

Los retos tecnológicos son muchos e incluyen diversas dimensiones. Las TIC son aliadas estratégicas de un paradigma de gobierno que quiera acercar la gestión a los ciudadanos. No sólo desde la perspectiva de los servicios públicos y la veeduría, sino por propiciar el diálogo como estado.

Reducir la brecha digital, promover la creación y el uso de aplicaciones, alfabetizar digitalmente a los ciudadanos más vulnerables y establecer estructuras de apoyo y monitoreo de los programas públicos sería un buen comienzo. El valor agregado de este proceso se expresará a corto plazo.

Y desde una dimensión más personal, soportar el chaparrón inmediato por el uso de las redes y espacios de interacción. Las voces ciudadanas han estado enmudecidas y requieren canalizar sus inquietudes, proceso que evolucionará a generar intercambios valiosos.

El único miedo valido sobre las TIC es utilizarlas a su menor capacidad y perder no sólo la inversión económica, sino la posibilidad de facilitar los procesos de todos.

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