Por Luis Fernando García Forero. -El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, recibió de parte del Congreso de Colombia y el Parlamento Andino, dos condecoraciones por su gestión ante dicho organismo internacional. Fue una visita casi fugaz para recibir los honores de dos corporaciones cuyo origen recoge la voluntad popular para el desarrollo de la democracia y la unión de los pueblos andinos.
En dicho homenaje, Insulza destacó los esfuerzos del Presidente Juan Manuel Santos para lograr el fin del conflicto en Colombia y de sus gestiones en la OEA, con un balance al mando de ese organismo multilateral ya que será remplazado el 26 de mayo por el ex canciller Uruguayo Luis Almagro.
Sobre la situación actual de Colombia, el proceso de paz en La Habana, la crisis de Venezuela, y sus cuitas laborales y diplomáticas al frente de la OEA, le respondió varias preguntas a Ecos Políticos:
ECOS: ¿Qué significado tiene para usted la exaltación que le concede el Senado de Colombia y el Parlamento Andino?
JMI: Es un gran honor recibir este homenaje. Estoy terminando mi gestión en la OEA, algo significativo porque hemos trabajado con Colombia en todos los temas relacionados con la paz a lo largo de estos dos años, también con programas importantes en el tema social y que hemos apoyado. Creo que lo más emblemático es el programa al Plan de Paz de Colombia. A ellos, mis queridos amigos que trabajan en ese programa desde hace más de 10 años, les dedico estas condecoraciones.
ECOS: Llega a Colombia en un momento donde el tema político- jurídico es la corrupción, por el escándalo que salpicó al magistrado Jorge Ignacio Pretelt y a la misma Corte Constitucional, qué opinión le merece?
JMI: Que los tribunales colombianos investiguen y sancionen si es necesario, me parece muy bien. Cada país tiene que solucionar estos temas sin participación de otras entidades, al menos si alguien considere necesario concurrir sobre el tema con posterioridad a alguna entidad internacional. No creo que nadie de afuera de Colombia, tenga que omitir opiniones a ese respecto.
Ecos: Cuando no hay justicia no avanza la sociedad, no se alcanza una verdadera paz, eso no sería un elemento que perjudicaría lograr verdaderamente el fin del conflicto y la reconciliación entre los colombianos?
JMI: Colombia tiene un sistema de justicia bastante adecuado y estoy seguro que de las investigaciones saldrán las cosas que correspondan. Ahora usted me pregunta sobre el proceso de paz, es un tema en discusión interesante: la justicia transicional, o sea cuando hay un conflicto y se llega a acuerdos, supone una transición y dentro de esa etapa, la justicia juega un papel que no es siempre el mismo que se lleva en un proceso normal. Tiene que tomar en consideración una serie de otros factores. Estoy seguro que las negociaciones en el proceso de paz van a tener en cuenta todos esos temas.
Ecos: Desde su óptica, cómo ve los avances de las negociaciones entre el Gobierno y las Farc en La Habana?
JMI: Se ha avanzado en temas importantes, eso me parece muy bien. El acuerdo para el desminado va a facilitar mucho seguir el camino para la firma del fin del conflicto. Es un diálogo, una negociación con un proceso bien encaminado. Por cierto quedan unas etapas aún complejas, como el de la justicia transicional, pero eso se va a resolver de buena voluntad, de buena fe entre las partes.
ECOS: Desde acá en nuestro país, ¿está dispuesto a convencer al expresidente Uribe, a través de esta entrevista en ECOS, que le jale y apoye el proceso de paz en Colombia?
JMI: Le tengo mucho aprecio al expresidente Uribe, trabajé con él como Presidente y le confieso que cuando supe que se había iniciado el proceso de paz , que era sin despeje de terreno y sin cese el fuego, que eran las dos condiciones que él ponía cuando era presidente para iniciar un proceso de paz en Colombia, pensé que iba a estar de acuerdo. Lamento que no piense ahora así, respeto que tenga sus razones para no estar de acuerdo, pero creo que la paz, para bien o para mal, también es obra de lo que él planteó y dijo durante su Gobierno. Esas fueron las condiciones que él siempre señaló para encontrar un proceso de paz y considero que son las que se están cumpliendo.
Ecos: El tema de Venezuela, no le preocupa el presente y el futuro de lo que está pasando en el vecino país?
JMI: Sí me preocupa y he dicho muchas veces que para resolver los muy graves problemas económicos, porque no son solamente problemas políticos, son también dificultades sociales de mucha envergadura, hay que buscar las buenas relaciones entre los representantes populares de la democracia. La democracia no es una división, no sólo es que ganen unos y pierdan otros, es tratar de ponerlos de acuerdo a todos para buscar y encontrar el camino bueno para su país.
ECOS: Y cómo ponerlos de acuerdo, cómo acercarlos a esos diálogos entre Gobierno y Oposición?
JMI: Es difícil, pero hay que escuchar a los demás para ver cuáles son sus concesiones y sus propuestas y eso es lo que hace falta en Venezuela. Para que eso se logre es necesario remover algunos obstáculos: primero que se acepte la autoridad que existe hoy día, que existe un gobierno en Venezuela, fue elegido por el pueblo y eso hay que respetarlo. Segundo, que los procesos judiciales que se están siguiendo no signifiquen la cárcel prolongada para los dirigentes políticos. Es mucho más fácil, sin renunciar a la disposición de la justicia que cualquier país puede tener, que eso se lleve a cabo en libertad. Eso ayudaría mucho y acercaría al diálogo. NO estoy pidiendo que los indulten, estoy pidiendo que puedan enfrentar sus procesos judiciales en libertad.
ECOS: ¿El Presidente Maduro debe ceder para que se solucione la crisis?
JMI: No es problema de ceder, es simplemente un problema de entender que debe haber puntos de encuentro. Hay que plantear un punto de encuentro, reconocimiento por un lado y por el otro, la continuación de los juicios con las personas acusadas en libertad.
ECOS: En Estados Unidos han planteado que la OEA le retire credenciales a Roy Chaderton, ¿es posible?
JMI: Risas…mire el señor Chaderton ha dicho muchas cosas a lo largo de ese proceso, no creo que sea ninguna razón para negarle al Gobierno de Venezuela que tenga el representante que quiera. El único que le puede retirar sus credenciales en un organismo internacional a sus representantes, es el país que lo envía, por lo tanto no veo que la OEA, ni el Gobierno de Estados Unidos, le pueda retirar las credenciales de esa manera.
ECOS: Considera que la crisis en Venezuela puede llegar a una situación más grave?
JMI: Espero que no sea así. Cualquier cosa que pueda hacer la comunidad internacional tiene que ser decisión en conjunto de los países. Por lo tanto, si se llega a una situación muy grave, probablemente la OEA tendrá que tomar una decisión al respecto, pero el momento es el llamado al diálogo y apoyarlo plenamente para que funcione.
ECOS: Ya está próximo a entregar su mandato como secretario General de la OEA, por qué no le cuenta a los lectores de Ecos, ¿cuál fue su momento más difícil durante su gestión?
JMI: El momento más complejo fue el golpe de Honduras que a través de la Organización me ha tocado enfrentar. Algunos países consideraron también un golpe el de Paraguay, la OEA no lo consideró en sí en su conjunto. Siempre lo pongo como ejemplo, porque aunque no estábamos de acuerdo en eso, sin embargo trabajamos para fortalecer la democracia en Paraguay. Y eso se logró. Pero en definitiva el golpe de Honduras fue muy duro, un momento muy decisivo, muy difícil, pero todos los países respondieron y eso fue muy importante. También destaco el problema entre Colombia y Ecuador, fue una situación compleja, así mismo desde el punto de vista humano el terremoto de Haití, fue terrible por la cantidad de gente que murió y por la destrucción que hubo. Todos los años en algunas circunstancias hubo momentos difíciles, pero reaccionamos frente a cada caso.
ECOS: En el tema de Cuba, ¿cómo participó José Miguel Insulza en ese proceso?
JMI: Lo primero que le digo es que era canciller de Chile cuando restablecimos relaciones con Cuba. O sea que no es mi primera vinculación con ese país, y segundo, recién inicié mi mandato, el retorno de Cuba al sistema interamericano era esencial. Me esforcé mucho en el 2009 en la Asamblea General en San Pedro Sur, en Honduras, por el levantamiento de las sanciones en contra de Cuba. Eran sanciones obsoletas, absurdas: por ser miembro de la Alianza chino – soviética, figúrese usted. También por ser una amenaza a la seguridad del continente, eso no era Cuba ni mucho menos. Pero felizmente eso se logró. Por lo tanto lo que ha pasado ahora, el comienzo del diálogo de Cuba – Estados Unidos, que apunta a superar los grandes problemas del bloqueo, me ponen más que contento porque considero que hemos aportado nuestro grano de arena para eso.
ECOS: ¿Qué tiene previsto para después del 25 de mayo cuando entregue su mandato en la OEA?
JMI: Cada día tiene su momento.
ECOS: ¿No descarta lanzarse como candidato a la presidencia de Chile?
JMI: No descarto nada. No descarté ser canciller, ni secretario General de la OEA. No tomo decisiones respecto a mi futuro hasta que no concluya el periodo actual.
ECOS: ¿Ya empezó el enlace con el ex canciller Uruguayo Luis Almagro?
JMI: Si claro por supuesto. Tenemos una buena relación y puntos de vista muy comunes. Vamos a trabajar juntos en la transición, me voy a despedir del Consejo el viernes 22 de mayo y él tomará posesión el 26 por el éxito de la OEA.