Bogotá, D. C, 15 de abril de 2018.- Por Luis Fernando García Forero. La VIII Cumbre de las Américas, que reunió a 33 jefes de Estado y de Gobierno, selló el compromiso de luchar en forma contundente contra dos de los mayores problemas que tiene el continente en términos de gobernabilidad democrática: la lucha contra la corrupción y la crisis del Estado venezolano que ha devenido en la mayor alarma humanitaria que haya vivido ese país en su historia republicana.

El compromiso asumido por los jefes de Estado y de Gobierno es una decisión de gran impacto en el continente americano por la gravedad de los hechos suscitados en los últimos tres años en materia de corrupción y de gobernabilidad ya que la crisis política se ha extendido por todo el hemisferio generando desconfianza en los ciudadanos y gran debilidad en las instituciones de los diferentes Estados.

Así mismo esta cita multilateral requería darle una respuesta urgente a la crisis venezolana que ha desbordado las fronteras nacionales y se ha convertido en un problema migratorio insólito ya que Venezuela jamás había experimentado un éxodo en sus diferentes grupos sociales que han creado desequilibrio poblacionales con sus vecinos fronterizos de Colombia y Brasil.

Muy a pesar de los esfuerzos de la administración maduro de boicotear el desarrollo de las resoluciones en la agenda de la VIII Cumbre, el sentido político de los presidentes ante la inminencia de estos dos problemas se reforzó al ubicarlos como los dos temas de política hemisférica que pueden determinar la sobrevivencia de la democracia ya que la corrupción ha generado inestabilidad política, hasta el punto que generó la renuncia del Presidente anfitrión del evento y estén en proceso judicial personalidades políticas influyentes de la región en diferentes países por el caso Odebrecht y la investigación lavajato.

En función de lo expuesto el Presidente colombiano Juan Manuel Santos expresó   declaró que hay dos herramientas fundamentales en la lucha contra la corrupción: el poder de la participación civil y la educación.

“Uno de esos retos que tenemos como región y que debemos enfrentar juntos es, sin duda, la lucha contra la corrupción. No es algo nuevo: la corrupción es un enemigo que se ha ido enquistando a través del tiempo en el mundo entero”, manifestó el Presidente Santos.

El je de Estado colombiano exhortó a los demás mandatarios a hacer un frente común en la luchar contra ese problema y aseguró que que una de las soluciones es “hacer más pedagogía sobre la importancia de actuar siempre bajo principios y valores sanos, pensando en recuperar la cultura de la legalidad”.

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