Por Luis Fernando García Forero. Foto: dw.com.-  El futuro de Francia en la Unión Europea y la paralización de la tendencia política populista de derecha, tuvieron  en la elección de Emmanuel Macron como presidente del país galo, un impacto significativo que redundará en las próximas elecciones de sus países vecinos y demás naciones europeas.

El fantasma del brexit, el advenimiento de los grupos conservadores de claro matiz populista, la elección de Donald Trump en Estados Unidos y el referendo turco, no pudieron allanar el espíritu libertario de los franceses.

La amenaza terrorista fue un factor determinante en la vía al Eliseo. A diferencia de Macrón, los demás candidatos no ofrecían la posibilidad de atender la seguridad nacional sin lesionar los valores que han hecho de Francia un país líder en derechos humanos y libertades democráticas.

Aun cuando Marine Le Pen  y su grupo intentó la estrategia de victimización del ciudadano común ante la amenaza terrorista, los franceses decidieron votar una nueva opción política enmarcada  en los principios que rigen el mundo de hoy: la globalización, el derecho humanitario, la unión de los pueblos, el libre mercado y el respeto a las diferencias en función de una paz mundial duradera.

Macron es el presidente más jóven que ha tenido Francia en el Eliseo  en las últimas décadas, lo que significa un cambio no de timón pero si de apertura a las nuevas tendencias tanto de la integración como de la política.

Aunque la abstención en las elecciones para segunda vuelta fue considerable, empieza una nueva era en Francia.

El país de Voltaire, Montesquieu y Mitterrand, supo  preservar sus ideales de libertad, fraternidad y paz.

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