Por Felicia Saturno Hartt. Foto: El primer cara a cara de los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos se dió en la Universidad de Hofstra, la crítica Alma Mater, en la neoyorquina Long Island, con más de un millar de agentes de seguridad, locales y regionales, a los que se suman los del Servicio Secreto que protege a ambos candidatos y miles de periodistas de todo el mundo que se acreditaron para cubrir la noticia.

Hofstra es la primera universidad en acoger, por tres elecciones consecutivas, un debate presidencial, después de las de 2008, entre John McCain y Barack Obama; y 2012, que enfrentó a Mitt Romney y Barack Obama, en su reeleción.

Indudablemente podrá ser estimado uno de los más polémicos debates de la historia política, porque sus participantes, aparte de representar las dos caras del sueño americano, implican la tendencia que conducirá a esta nación y su influencia en los próximos años.

Poco duraron las sonrisas con las que los dos candidatos se estrecharon la mano en la noche de este lunes, dando inicio al debate electoral que más expectación ha despertado en las últimas décadas.

Enfrente tenían al periodista Lester Holt, de NBC, como moderador en un cara a cara, que se calcula que pudo ser visto en directo por cien millones de televidentes estadounidenses, acabando con el récord de 80 millones que fijaron Jimmy Carter y Ronald Reagan en 1980.

Los ataques entre los candidatos empezaron siendo más o menos sutiles, cómo cuando Clinton empezó diciendo que su padre fue un pequeño empresario que trabajó duro para salir adelante (en contraste con el de Trump, que ya era un rico constructor en Nueva York).

Para pasar a ser mucho más directos, como cuando Hillary le acusó de haberse aprovechado de la crisis en 2008 o cuando le reprochó que, si los aeropuertos e infraestructuras estadounidenses no son mejores, es porque gente como él ha olvidado pagar sus impuestos o ha pagado menos por una política fiscal que beneficia a los más ricos.

Para entonces, el controvertido multimillonario que aspira a ser el próximo Presidente de EE.UU. hacía ya un rato que se mostraba visiblemente nervioso frente a la ex secretaria de Estado.

Clinton controlaba la situación y había logrado agitarlo con sus argumentos, su calma e incluso alguna risa con la que contestó a sus arremetidas. 15 días después de tener que abandonar tambaleándose el homenaje a las víctimas del 11-S, la candidata del Partido Demócrata recupera fuerzas con un debate en el que era ella la que más tenía que perder.

El candidato republicano perdió la calma mientras una Clinton sosegada lo golpea con su expediente empresarial, la guerra de Irak y su plan secreto para el Estado Islámico". El gran reto de Trump frente a política experimentada era dar una imagen presidencial. "Clinton hace ponerse a Trump a la defensiva", tituló el Washington Post.

El candidato presidencial republicano, Donald Trump, mencionó a México en la primera  rase de su primer debate presidencial con el fin de orientar la discusión hacia las empresas que huyen de EE.UU. buscando abaratar costos instalándose en otros países. También citó, en segundo lugar, a China. Y reclamó pedir el pago de aranceles a las empresas que se trasladen de Estados Unidos y luego pretendan vender sus productos en el país.

"Cuando vendemos a México hay un impuesto, cuando nos venden a nosotros no lo hay. Es un acuerdo defectuoso. Tenemos que parar para que dejen de robarnos nuestros puestos de trabajo", afirmó Trump, que aprovechó para criticar nuevamente el Tratado de Libre Comercio (NAFTA), el "peor tratado que posiblemente se ha firmado nunca" y la "lo peor" para la industria manufacturera estadounidense. También prometió que si llega a la Casa Blanca creará una gran cantidad de empleos.

Clinton dijo haber conocido a empleados a los que Trump se negó a pagar sus servicios. "Hay muchos grandes empresarios que ni siquiera se han acogido una vez a la bancarrota, usted lo ha hecho seis veces", insistió la demócrata, quien ironizó sobre si es esa la experiencia con la que Trump piensa negociar la deuda nacional del país.

El republicano se comprometió a publicar sus declaraciones de impuestos -tradicionalmente lo hacen los candidatos presidenciales pero él no lo ha hecho- si Clinton publica 33.000 emails que no se han hecho públicos.

Clinton acudió al debate como favorita por su experiencia, tras haber sido primera dama, senadora y secretaria de Estado. Su reto era combatir la frialdad y desconfianza que genera, según las encuestas.

"Para ser presidente de este país hay que tener mucho aguante, y ella no lo tiene", dijo Trump casi al final del debate. Sin embargo, consiguió aguantar los ataques del republicano con una sonrisa que, a veces, parecía forzada.

Los días 9 y 19 de octubre habrá otros dos debates cara a cara entre los dos cantidatos americanos, antes de enfrentarse definitivamente en las urnas el 8 de noviembre. Las encuestas, que llegaron a dar una ventaja de seis puntos porcentuales en intención de voto para la demócrata, se reducía a dos en julio (2,3 según los cálculos de RalClearPolitics) e incluso se anula en las últimas consultas.

Una encuesta publicada por CNN tras el duelo dialéctico la proclamó vencedora por un 62% frente a un 27% de Trump. Y los titulares de destacadas publicaciones estadounidenses hacían referencia a su tranquilidad y al nerviosismo de su oponente.

Tras concluir el primer debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, los medios internacionales estuvieron casi todos de acuerdo en que Clinton se impuso con su experiencia y preparación. No obstante, queda en duda para muchos medios cuál podría ser la reacción de los votantes y en especial si su victoria en el debate la traerá efectivamente más votos en lo que queda de la campaña.

En la prensa francesa, el Diario Le Monde comentó que "la experiencia le ganó a la incoherencia”. El diario francés estuvo de acuerdo con la opinión de Clinton de que Donald Trump "no está calificado para ser presidente”. Le Monde expresó también su duda sobre si "la racionalidad y la experiencia” de Clinton podrán convencer a los votantes indecisos. Por su parte, Libération dijo que el perdedor del debate fue el "el pueblo estadounidense”. A pesar de expresar que Clinton ganó el debate, el diario parisino lamentó el hecho de que los votantes se enfrenten a dos opciones desagradables, no teniendo verdadera opción.

En la prensa inglesa se vio el mismo consenso sobre la victoria de Clinton, pero con ciertas diferencias. The Guardian criticó fuertemente la actuación de Trump, diciendo que el magnate se vio visiblemente enojado, agitado, de voz muy elevada, y citó sus frecuentes interrupciones. Clinton mantuvo la calma y logró abatir a Trump con su preparación y experiencia, agregó. A su vez, The Telegraph solo observó que a Trump le faltó preparación y sustancia en sus posiciones, pero aseguró que su actuación no tendría efecto en sus votantes, ya que les proporcionó el estilo que ellos aclaman.

Por su parte el diario español El País resumió que el debate fue un "choque de visiones”, en el que ningún candidato cometió errores que puedan desequilibrar la reñida situación. El diario madrileño no observó una victoria contundente de Clinton, sino que más bien Clinton logró frenar a Trump con su experiencia, en lo que el diario calificó de un "tenso” debate.

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