Por Luis Fernando García Forero.- El mundo ha cambiado terriblemente estas dos décadas y los desafíos, sobre todo para las clases políticas y dirigentes, se han tornado, cada vez más complejos y diversos.
No hay duda que actualmente se requiere más que carisma y maquinaria para ganar elecciones, un liderazgo honesto y acompañado de un equipo con ética y profesionalismo para la nueva política.
El mundo contemporáneo exige el gran reto de reivindicar la política en pos de una sociedad mundial menos violenta, desigual y anárquica.
Sindicatos, partidos y líderes tradicionales, colapsaron en esta década. Perdieron gran audiencia por la corrupción y la ineficacia, y se hunden cada día más en su desprestigio. Las organizaciones sociales tienen una agenda particular, ya expresada en las calles, y no quieren ser usadas como plataformas para ambiciones personales.
En el 2020 se inicia una década de profundos retos para el Liderazgo Mundial, porque estos 20 años fueron decisivos para la agudización de los problemas sociales, la profesionalización de la criminalidad, la impunidad y el debilitamiento de las instituciones públicas.
Exigimos líderes que no teman a la inteligencia profesional, dirigentes con trabajo comprobado en sus regiones, consensos nacidos de acuerdos para la gobernabilidad y gobernanza, no de fórmulas ni alianzas toxicas; un nuevo contrato social donde todos tengan no una nueva constituyente, sino obligaciones, oportunidades, voz y voto.
Nuestra Colombia tendrá una nueva década para repensar una agenda política tan diversa y plural como sus problemas y desafíos. A pocos años de la firma del Acuerdo de Paz, los retos que tiene su dirigencia son inmensos y el rol de su ciudadanía decisivo. Las condiciones que produjeron el conflicto que la diezmó, aún palpitan en sus desigualdades, inequidades y corrupción vigentes.
En www.ecospoliticos.com milita la esperanza, porque a pesar que vivimos más de cincuenta años de exhaustiva violencia, un acuerdo y firma de paz con las Farc nos llenó de optimismo para que pasemos la página y construyamos el sueño de la reconciliación, el trabajo y crecimiento de un nuevo país que no quiere saber más del pasado violento sino de una Colombia con justicia social, equitativa, sin pobreza, con desarrollo y prosperidad.
Los invitamos a construir un nuevo imaginario para nuestra Colombia, sustentado en la Paz. Es un compromiso de todos.
Colombia Feliz Año 2020.
Bogotá, D. C, 31 de diciembre de 2019.
