Redacción Ecos/DW. Foto: Para incontables, la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad fue una santa en vida. A diferencia de otros que criticaron a la Madre Teresa por su forma de trabajar y asumir la pobreza y el dolor.

Nacida bajo el nombre de Anjeza Gonxhe, la Madre Teresa era natural de Skopje y creció en el seno de una familia albanesa acomodada. Fue educada estrictamente en la fe católica y con 17 años abandonó el hogar para ingresar en la Orden de la Virgen de Loreto en Irlanda, vocación que después continuó con su noviciado en La India. La joven monja recibió el “llamado de Dios” en septiembre de 1946, durante un largo viaje en ferrocarril a Calcuta: su misión era la de ayudar y asistir a los más pobres de entre los pobres.

Convencida de que Jesús vive en todas las personas por pobres que sean, dos años después abandonó el convento con el permiso del Papa Pio XII para fundar una nueva orden. Con su atuendo característico con la vestimenta de los más pobres, el sari blanco con tres franjas azules, el Vaticano reconoció dos años después la Orden de las Misioneras de la Caridad.

La Madre Teresa fundó una casa de acogida para moribundos a la que llamó Kalighat. Estaba junto al templo de Kali en Calcuta, la diosa más temida y adorada por los hindús, que posee el poder de dar y quitar vida. Desde su fundación, 45.000 personas pasaron sus últimos días en la casa. “La muerte es el escalón más alto del ser humano. Una persona alcanza ese estado más alto cuando muere en paz con Dios”, dijo la Madre Teresa.

Desde Occidente, pronto comenzaron a llegar grandes donaciones para apoyar su trabajo. Pero ella nunca se consideró una trabajadora social. Solo actuaba por encargo de la religión. Especialmente, de Jesucristo. “Mi vocación no es el trabajo, es la oración”, dijo la Madre Teresa.

Después de Kalighat, la religiosa fundó más casas para ayudar a los necesitados. En Calcuta, una ciudad donde millones viven en la pobreza y 500.000 personas duermen en la calle, su ayuda se evaporaba como una gota de agua sobre lava caliente. Pero ella continuaba trabajando incansablemente por los necesitados. En 1979 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

Figura controvertida

Sin embargo, no todo fueron alabanzas en la vida de la religiosa. También fue criticada y algunos le acusaron de haberse reunido con dictadores, como el haitiano Francoise Duvalier y líderes populistas suramericanos.

Además, al parecer no llevaba una contabilidad exhaustiva de las donaciones. Y también se la criticó por negarse a administrar medicamentos contra el dolor. “Ver como sufren su destino es también algo maravilloso”, citó una revista científica sobre la Madre Teresa: “Sufren como Jesucristo en la cruz y así se acercan a él”.

El escritor estadounidense Christopher Hitchins llegó a llamarla “Ángel del Infierno”. Pero a ella poco le importaban estas críticas. Su vida era la religión.

La Madre Teresa de Calcuta falleció en 1997 a la edad de 87 años. Hoy, en su orden de las Misioneras de la Caridad hay más de 5.000 monjas y más de 600 casas de acogida en 130 países. Algo que le hubiese gustado ver a la Madre Teresa.

“Desgraciadamente hay mucha pobreza espiritual. Sobre todo en Occidente”, expresó Teresa de Calcuta, “por eso pido a todos que vuelvan a rezar en familia, que recen juntos y que nos amemos como Dios nos ama”.

Canonización de la Madre Teresa de Calcuta

Solo faltan dos días para que el domingo el Papa Francisco canonice a la Madre Teresa de Calcuta, en una histórica ceremonia en la Plaza de San Pedro.

Se calcula que asistirán unas 600.000 personas de todo el mundo y se ya han acreditado 600 periodistas para informar del evento. Los 100.000 billetes de ingreso con sitio garantizado en la Plaza de San Pedro han sido repartidos en su totalidad.

El Vaticano ofreció este viernes los últimos detalles de la canonización,  en una conferencia de prensa a la que asistieron la Superiora General de las Misioneras de la Caridad (congregación fundada por la Madre Teresa), la hermana Prema Pierick, el postulador de la causa, el P. Brian Kolodiejchuk y Marcílio Haddad Andrino, el brasilero que se curó gracias a la intercesión de la religiosa y cuyo milagro permitirá su canonización, quien estuvo acompañado por su esposa.

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