Víctor G Ricardo

Por Víctor G Ricardo*.- Las imágenes de la toma del Capitolio, el pasado 6 de enero de 2021, recorrieron todo el mundo y pusieron de manifiesto lo que nunca nos habríamos imaginado: la democracia más poderosa del mundo sucumbía ante unas masas enardecidas por un Presidente derrotado con el sólo propósito de profanar la institución más sagrada de la democracia norteamericana y evitar una transición en la jefatura del Estado.

Hoy, si bien la democracia triunfó, la huella de ese día quedó muy marcada. La Cámara de Representantes (con mayoría demócrata) ha iniciado un segundo (inédito) impeachment contra Trump que empezó el pasado 8 de febrero. El Partido republicano está completamente fracturado entre los que, a pesar de los acontecimientos, decidieron seguir apoyando a Trump, mientras otros como el poderoso líder de la mayoría republicana en el Senado, el senador McConnell, optaron por dar la espalda a Trump (seguramente más por interés personal que por convicción) al ver que se abría ante ellos la posibilidad de enterrar para siempre las opción de Trump de cara a las elecciones de 2024.

En este ambiente de estremecimiento y en una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad, sin público más allá de unos cientos de congresistas y embajadores, bajo la sombra de los 400.000 fallecidos por COVID en todo el territorio nacional, tomó posesión Joe Biden como 46º Presidente de Estados Unidos. En su discurso, quisó dejar clara la triple crisis a la que se enfrenta el país; sanitaria, económica e institucional, así como su firme determinación para superar este trance, haciendo un llamamiento a la unidad de la nación. El país sintió la esperanza.

Con todo esto, será difícil que el Presidente Biden goce de los 100 días de cortesía que se suelen dar a los presidentes cuando asumen el poder. Desde el mismo día de su toma de posesión, se adoptaron una serie de órdenes ejecutivas en multitud de ámbitos, pero en especial en la lucha contra la pandemia, cambio climático e inmigración. La ausencia de Trump en la ceremonia de inauguración y en el discurso de Biden, marcan claramente la ruptura con la administración anterior, ruptura que además se evidencia de manera más notoria en la política migratoria. Y es que, entre sus primeras medidas, Biden ordenó suspender la construcción del muro en la frontera sur con México y proteger los derechos de cientos de miles de ilegales que llegaron a este país de niños (los dreamers) o los beneficiarios del DACA, provenientes de El Salvador o Nicaragua, incluyendo medidas para ayudar a que los menores separados en frontera de sus padres puedan reencontrar a sus familias.

Biden no sólo se ha alejado rápidamente de la Administración anterior a través de sus primeras decisiones. El equipo del que se ha rodeado es claramente diferente, contando con el gabinete más variado de la historia de Estados Unidos en el que prima la representación de minorías (afroamericanos, hispanos y una nativa americana) y la diversidad de género. Como se ha evidenciado estos primeros días, se trata de un equipo con un plan de trabajo previamente estudiado y preparado que esperamos en todo el mundo logre cumplir los objetivos que se han propuesto.

Bogotá, D. C, 10 de febrero de 2021

*Excomisonado de Paz

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