Por Diego González.- El problema no es la reforma tributaria, finalmente todo se paga con los impuestos, el problema es la percepción bien fundada que tiene la sociedad Colombiana de que las cargas tributarias no se ven reflejadas en la inversión que se requiere, eso sumado a los actos de corrupción que son la capa de grasa que tapona las arterias del desarrollo de los pueblos, y la insatisfacción de los más necesitados que tampoco se benefician con los esfuerzos de los que pagan los impuestos.

Es indignante que la educación en Colombia no alcance para los estratos  más bajos, por qué razón los jóvenes de los estratos cero, uno y dos no pueden ser médicos, abogados, economistas , administradores etc, porque tienen que conformarse con carreras técnicas, como enfermeros , auxiliares de cocina, auxiliar de sistemas o cualquier otro programa, que de ninguna manera son motivo de vergüenza, por el contrario son una alternativa digna para capacitar nuestros jóvenes, pero no nos digamos mentiras, ¿que padre no quiere ver a su hijo convertido en profesional y con las mismas oportunidades que cualquier otro joven?.

Sin embargo, el país está muy cerca de enfrentar una profunda crisis, por lo que la reforma tributaria resulta no solo necesaria sino urgente, el hueco fiscal es de un poco más de 30,5 billones a la fecha y por diferentes causas, entre otras por la inesperada baja en el precio del petróleo, lo que indiscutiblemente obliga al gobierno nacional a buscar una solución inmediata.

Con esta propuesta el gobierno tendrá, el próximo año, ingresos adicionales equivalentes a 0,8 por ciento del producto interno bruto (PIB), es decir, unos 7,2 billones de pesos, para 2018 daría recursos de un punto del PIB, hasta llegar a representar 2,7 del PIB en 2022.

Algunas bondades del proyecto de ley se van a ver representadas en sectores sensibles, por ejemplo el sector de la salud recibiría 1,5 billones de pesos adicionales, también el sector vivienda para aquellos inmuebles que no superen los 800 millones de pesos en su valor quedarán exentos de IVA, en el caso del empleo el gobierno ha señalado que con incentivos tributarios, como bajar el impuesto de renta, las empresas podrán llegar a zonas afectadas por el conflicto generando oportunidades de trabajo.

Lo cierto de todo es que para poder justificar un tema tan impopular como el aumento de impuestos, en un país donde no existe cultura tributaria y en donde a diario la opinión pública recibe noticias de grandes actos de corrupción y dilapidación de recursos públicos, se requiere ganar la confianza de los sujetos pasivos de esta reforma, es decir del pueblo, y segundo generar al margen de esta reforma, otras tendientes a disminuir las brechas existentes en desigualdad y concentración de la riqueza.

La verdadera brecha social no radica en que existan muy pocos con demasiada riqueza o muchos demasiado pobres, la verdadera brecha se origina cuando existen muy pocos con acceso a la educación superior y la gran mayoría de jóvenes están sumidos en el analfabetismo o en las carreras intermedias que generan desventajas en el mercado laboral y que siempre pondrán por debajo a los de menos recursos.    

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