"El costo fiscal-social que ocasionó el tipo de cambio errático, urge conjurarlo implementando una banda cambiaria transitoria que fluctúe entre los $1900 y $2050", por Camilo Sánchez, senador del Partido Liberal. 

Bogotá D.C., Agosto 8 de 2013.- Debido al debate de control político que suscitó el informe del Banco de la República, demostramos que los miembros de la Junta sólo están cumpliendo con una de sus funciones, la de tener una inflación controlada cercana al 3%. Para lograrlo su gran aliado es la revaluación, que dicen estar atacando, sacrificando con ello la generación de empleo, y dejando perder en términos reales el poder adquisitivo de la moneda, su función primordial. Tener una inflación por debajo de lo esperado sin observar reactivación de la inversión y el empleo es indicio de un problema macroeconómico en incubación.

El Gerente del Emisor confesó "no poder hacer más para frenar la revaluación", y añadió, que las cosas pueden ser peores en el futuro.

Las réplicas no se hicieron esperar; le exigimos que cambiara su trillada receta de comprar hasta treinta millones de dólares diarios, porque sólo le ha servido a los especuladores y al sector financiero para aumentar sus utilidades, por su aviso anticipado. Si queremos resultados como los del último bimestre, requerimos una Junta Directiva propositiva, innovadora, preventiva y técnica, que coordine esfuerzos con el Gobierno, la tesorería general, los fondos de pensiones y el sistema financiero, para que lo logrado no sea flor de un día y no seguir gastando miles de millones en las luchas aisladas e infructuosas realizadas por el emisor.

No podemos desaprovechar tener el tipo de cambio por encima de los $1900, que según estudios de los gremios afectados hace competitivo el sector real y exportador, lo "impensable" hace unos meses y con el plus de no haber tenido costo fiscal, porque fueron la crisis internacional y externalidades, las que llevaron al peso a devaluarse, y no las compras de divisas del BR. Lo triste es que la Junta utiliza esto como pretexto para tapar la incapacidad por las pérdidas cercanas a los 1,6 billones y no a la burocracia, prebendas al interior de la institución, e incapacidad de colocar los US$41,300 millones de reservas en títulos o acciones con bajo riesgo y alta rentabilidad, como sería el invertir en Isagen o Ecopetrol, y no en la inversiones a tasas de casi cero en las que están colocadas nuestras reservas, causa real de las pérdidas de nuestro emisor.

La tarea del BR será cambiar la normatividad para realizar este tipo de inversiones con el fin de no dejar caer el tipo de cambio, haciéndole un seguimiento permanente y anticipándonos con políticas cambiarias, como la de imponer control de capitales a los dineros golondrinas, coordinar las salidas de las utilidades y pagos en el exterior, la entrada de reintegros principalmente de los sectores minero-energéticos, sin dejar de comprar sin aviso las divisas que sean necesarias.

El costo fiscal-social que ocasionó el tipo de cambio errático, durante los últimos años, urge conjurarlo implementando una banda cambiaria transitoria que fluctúe entre los $1900 y $2050, para hacer competitivas nuestras exportaciones, manteniendo el crecimiento del sector real y disminuyendo las desorbitantes importaciones que destruyen el empleo nacional, y que sólo lo generan en China, Estados unidos y Europa. Paralelamente se da el mejor espaldarazo al sector agropecuario, para no depender únicamente de los subsidios, que ponen en riesgo las finanzas públicas.

Los sueños se logran cuando se tiene voluntad real y agallas, trabajando de manera coordinada, y no repitiendo lo que no ha funcionado.

 

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