Conscientes de la gravedad de un problema social y de orden público que afecta a la población infantil y adolescente del país, habitante de las zonas en conflicto, la Bancada de Mujeres del Congreso de la República hemos abordado el estudio del tema de la exclusión de los niños del conflicto armado.

Pienso que esta es una prioridad en la agenda del proceso de paz que ha iniciado el gobierno del Presidente Santos. Gran parte de nuestros niños son arrebatados de sus hogares para un reclutamiento forzado, bien para ser inmiscuidos en filas insurgentes y en muchos casos para engrosar las filas del ejército nacional.

Sobre este tema son preocupantes las cifras que arrojan los estudios sociales elaborados por Organizaciones no Gubernamentales y por entidades del Estado, que demuestran el crecimiento del fenómeno de reclutamiento forzado de menores por la subversión en distintas regiones del país.

En el estudio titulado "Niños y niñas en el conflicto armado, una visión regional", del profesor nariñense, Germán Basantes, se expone dramáticamente que a diario más de 5.000 niños en algún lugar del mundo toman parte en acciones armada, calculándose que en la última década, por lo menos unos 2 millones de niños perecieron en de conflictos bélicos.

Anota también la investigación que esta grave situación de incursión de niños indefensos en los conflictos armados, es un delito de lesa humanidad, y se produce como una violación flagrante de todos los mandatos, acuerdos y protocolos adoptados por Convenciones y Tratados Internacionales.

En cuanto al fenómeno de desplazamiento forzado, se señala que si bien la decisión de huir la toma de los adultos, los niños por más pequeños que sean, reconocen la situación de desplazamiento que les afecta y pueden percibir; por lo tanto son devastadores los efectos que sobre su personalidad les traerá el desarraigo, el abandono y la marginalidad.

En el 2011 el departamento de Nariño tuvo 16.400 víctimas de desplazamiento de las cuales el 49.6% fueron personas entre los 0 y 17 años (Fuente Acción Social- SIPO, en informe Situación de la Infancia y la adolescencia en Nariño, Unicef marzo 2012).

Sobre este particular, se sabe también que gran parte de nuestros niños son arrebatados de sus hogares para un reclutamiento forzado, bien para ser inmiscuidos en filas insurgentes y en muchos casos para engrosar las filas del ejército nacional. Al respecto se aduce que entre enero y diciembre de 2003, 338 niños, 114 niñas y 224 niños fueron apartados de los grupos alzados en armas ilegales, ingresando por lo tanto a los programas de protección del Estado Colombiano.

En el 2011, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar recibió 11 casos de victimas de niños reclutados en Nariño.

El editorial de "El Tiempo" también habla de otro flagelo infame: el uso de las minas antipersonales (MAP) y se debe contar también con las municiones sin explotar (MUSE) y respecto a este fenómeno, en Nariño desde es preciso preguntarnos cuál será el futuro de nuestra niñez en caso de no enfrentar y erradicar a tiempo este grave flagelo social, que sigue existiendo como una pel 2005 hasta el 2011 se han registrado 573 víctimas de las cuales 80 fueron menores de 0 a 17 años (Fuente Acción Social- SIPO en informe Situación de la Infancia y la adolescencia en Nariño, Unicef marzo 2012).

Para los ciudadanos y en especial para quienes tenemos una responsabilidad política frente a la sociedad, estas cifras resultan preocupantes y ráctica de sometimiento y violación a los derechos humanos por parte de los grupos ilegales en medio del conflicto armado colombiano.

Por estas consideraciones, es importante generar los espacios necesarios para analizar las cifras y los diagnósticos que estudios como el que está próximo a presentar el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y hacer un llamado al gobierno nacional a través de los Ministerios de Defensa, Educación, Trabajo, Salud, para que se revisen y generen las políticas de prevención, y atención a las víctimas del reclutamiento forzado y minas antipersonales así como municiones sin explotar, y erradicar de forma efectiva y pronta estos fenómenos que han cobrado tantas vidas especialmente de aquellos más vulnerables como son los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

 

* Senadora Partido Conservador

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