Israel vota  en unas disputadas elecciones generales en las que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, busca revalidar la victoria y tener un quinto mandato al frente de una coalición derechista, pero en las que la plataforma centrista Azul y Blanco, de Beni Gantz, podría ser la más votada. Consciente de ello, Netanyahu ha tratado de movilizar a sus simpatizantes con promesas como la anexión de los asentamientos judíos en Cisjordania.

Israel vota  en unas disputadas elecciones generales en las que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, busca revalidar la victoria y tener un quinto mandato al frente de una coalición derechista, pero en las que la plataforma centrista Azul y Blanco, de Beni Gantz, podría ser la más votada. Consciente de ello, Netanyahu ha tratado de movilizar a sus simpatizantes con promesas como la anexión de los asentamientos judíos en Cisjordania.

Los sondeos dan a la coalición Azul y Blanco (integrada por Resiliencia para Israel de Gantz, el centrista Yesh Atid, de Yair Lapid, y Telem, de Moshe Yaalón) la primera posición a poca distancia del Likud.

Ayelet Noff es la fundadora de una agencia de relaciones públicas y cuenta que en Jerusalén han influido los numerosos escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto el primer ministro. “El foco está sobre la corrupción política y en cuántas botellas de vino se bebe la esposa de Netanyahu”, afirma Noff. Por eso, muchos van a votar al Partido Azul y Blanco, la coalición formada por el exjefe de las fuerzas armadas Beni Gantz y un periodista de televisión. Alrededor de medio millón de israelíes de un censo electoral de 6,3 millones de votantes (84% judíos y 16% árabes) duda a qué partido apoyar, y se prevé que lo decida en el último momento, indica el diario Maariv. “Voy a dar mi voto al partido Azul y Blanco, tengo puestas grandes esperanzas”, afirma a Reuters un agricultor. “La victoria de Netanyahu es buena para Israel”, apunta un taxista en Tel Aviv.

El resultado electoral se ha vuelto aún más impredecible tras la declaración de Netanyáhu de anexionar, si ganan, amplios territorios de CisJordania. Para alguien que vive a un paseo en bicicleta de la frontera de Gaza, el problema con los palestinos no es una cuestión menor. “Vivir aquí te pone en perspectiva”, explica un joven israelí.

Con cuarenta partidos que se presentan en los comicios, se prevé que la fragmentación política siga siendo la lógica imperante, una característica histórica que ejemplifica la imposibilidad de que un partido obtenga mayoría absoluta en Israel. Algunos luchan para llegar al umbral mínimo de 3,25% de votos para obtener representación parlamentaria. Los que lo superen, obtendrán automáticamente al menos cuatro escaños.

Entre las formaciones que luchan por su supervivencia están grupos con una larga trayectoria, como el ultraderechista Israel Nuestro Hogar, del exministro de Defensa Avigdor Lieberman, o el pacifista Meretz, contrario a la ocupación de los territorios palestinos y favorable a la solución de dos estados, un asunto que ha quedado fuera de los principales debates de la campaña electoral.

Jerusalem 8 de abril de 2019

Por Felicia Saturno Hartt

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