Praga, 22 de octubre de 2017. Por Felicia Saturno Hartt. Foto: El Mundo.- La República Checa acaba de elegir a Andrej Babis, el segundo hombre más rico de este país de los Balcanes, populista, euroescéptico, polémico, por un amplio margen como Presidente de su parlamento.

Babis es un empresario de 63 años que creó una fortuna personal de US$4.000 millones en los sectores de la industria química, alimenticia y los medios. Pero también ha enfrentado varios escándalos, incluyendo acusaciones de fraude y de que fue un policía secreto durante la época comunista.

Exministro de Finanzas y ex vice primer ministro encargado de Economía, antes de ser destituido por supuestas irregularidades, Babis basó su campaña en una plataforma anticorrupción y de inconformidad con la Unión Europea y la clase dirigente. Su movimiento centrista ANO (Sí), recibió casi el 30% de los votos, tres veces más que su más cercano rival.

Andrej Babis promete administrar el país como una empresa, asegurando que sus innovaciones cuando fue ministro ayudaron a subir los impuestos y poner las finanzas checas en orden: la economía se encuentra ahora en superávit y los estándares de vida se están incrementando. Las propias finanzas del empresario, sin embargo, son más turbias.

Además de tener un enorme imperio agroquímico, es dueño de los dos principales diarios del país y de una estación de radio. Pero fue la extravagante hacienda y centro de conferencias conocida como el Nido de la Cigüeña lo que puso fin a su carrera como Ministro de Finanzas, después de que fuera formalmente acusado de usar fondos de la Unión Europea para financiar el centro. Perdió su inmunidad parlamentaria y ahora enfrenta dos investigaciones separadas de la policía checa y de la unidad antifraude de la UE.

No obstante, Babis ha desestimado agresivamente las investigaciones como parte de una campaña coordinada por sus rivales de la élite política.

Evidentemente, el electorado hizo caso omiso de las acusaciones y se concentró en otros aspectos positivos de Babis.

"Mire, hay muy pocos políticos checos que trabajan tan duro, son tan resueltos y tan buenos administradores como él", comentó Pavel Telicka, que fue miembro del Parlamento Europea por el Partido ANO, hasta que rompió con Babis una semana antes de las elecciones, principalmente por cuestiones de política exterior.

"No hay muchos políticos checos que hablen todos los idiomas que habla. No hay mucha gente que tenga a Schauble (el ministro de finanzas alemán) o a Macron (el presidente de Francia) en su teléfono celular", señaló Telicka. "El interrogante, por supuesto, en qué dirección llevará a su gobierno como primer ministro. Para mí, después de la experiencia de los últimos meses y los desacuerdos que tuvimos es, pues, una duda".

Telicka entró en conflicto con las posturas de Babis, que han dejado a varios observadores preocupados. Se opone, por ejemplo, a la adopción del euro. También está en contra de las cuotas de refugiados sugeridas por la UE y, además, ha manifestado hostilidad contra inmigrantes musulmanes.

Pero esas posturas son prácticamente obligatorias para un político checo actual, explica Rob Cameron. Lo contrario sería realmente inusual.

En otros temas, como la relación con Rusia, no se sabe con claridad lo que Babis piensa. "Babis no es un hombre del Kremlin", dijo Ondrej Kundra, que ha escrito ampliamente sobre el político en el semanario liberal checo Respekt. "Por otra parte, tampoco es muy pro Unión Europea. Está más o menos en el centro", añadió Kundra.

A pesar de ganar 78 escaños en la Cámara Baja, el partido de Babis se encuentra lejos de los 200 necesarios para implementar los cambios constitucionales a los que aspira.

"Con otros ocho partidos en el Parlamento -del centro-izquierda hasta la extrema derecha- tiene opciones desconcertantes para formar una coalición. Será una opción la que determinará el rumbo futuro del país", indica Rob Cameron, que resalta el resultado del SPD, el partido de extrema derecha que insta a los checos a pasear cerdos frente a las mezquitas.

Sobre esto, Ondrej Kundra observó: "Hasta ahora, somos el único país en Europa Central que no tiene un verdadero partido populista en el gobierno. Naturalmente, eso podría cambiar si Babis forma una coalición con el SPD o con los comunistas. Entonces, sí, podríamos tomar el camino de los húngaros".

Tras su victoria, sin embargo, Babis le dijo a la agencia Reuters que aunque había "invitado a todos para conversaciones", no estaba preparado a "cooperar" ni con la extrema derecha, ni con los comunistas.

Aunque no quiere llevar a República Checa a la eurozona, sí quiere permanecer en la UE, expresando que propondría ciertos cambios al Consejo Europeo, particularmente una "solución a la inmigración".

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