La economía mundial se ha desacelerado, registrándose el ritmo de crecimiento más bajo en los últimos tres años, según el Banco Mundial. Va por buen camino para estabilizarse, pero su impulso es débil y está sujeta a riesgos considerables.

La economía mundial se ha desacelerado, registrándose el ritmo de crecimiento más bajo en los últimos tres años, según el Banco Mundial. Va por buen camino para estabilizarse, pero su impulso es débil y está sujeta a riesgos considerables.

El comercio internacional y la inversión han sido inferiores a lo previsto al inicio del año, y la actividad económica en las principales economías avanzadas, en particular en la zona del euro, y en algunos grandes mercados emergentes y economías en desarrollo ha sido menor de lo que se anticipaba.

Por ello, el informe Perspectivas económicas mundiales: Mayores tensiones, escasas inversiones, de junio de 2019, plantea que el crecimiento en las economías emergentes y en el mundo en desarrollo se recuperará el próximo año a medida que desaparezcan las turbulencias y la incertidumbre que afectaron a un grupo de países a fines del año pasado y el presente año.

Diversos riesgos podrían alterar ese frágil impulso: un mayor aumento de las disputas comerciales entre las principales economías del mundo, las nuevas perturbaciones financieras en las economías emergentes y en desarrollo, o una desaceleración del crecimiento económico más pronunciada de lo esperado en las principales economías.

En este contexto, los motivos de particular preocupación son  disminución del crecimiento del comercio mundial, que llegaría al nivel más bajo desde la crisis financiera hace una década y la caída de la confianza empresarial.

 En el informe del Banco Mundial de este mes se advierte que, dado que el crecimiento equitativo es esencial para reducir la pobreza y aumentar la prosperidad compartida, los mercados emergentes y las economías en desarrollo deben reforzar las protecciones que tienen contra corrientes económicas descendentes repentinas.

En este sentido, Banco Mundial afirma que los responsables de la formulación de políticas económicas y sus electores enfrentan múltiples cuestiones críticas para mantener el impulso en este frágil entorno. En la presente edición del informe sobre las perspectivas económicas mundiales se examinan varias de ellas:

  • El aumento de los niveles de deuda en el último tiempo hace más urgente una selección cuidadosa de los proyectos para obtener los máximos beneficios, lograr una mejor gestión de la deuda y tener una mayor claridad respecto de los préstamos.
  • La escasa inversión en los mercados emergentes y las economías en desarrollo suscita preocupación acerca de cómo estas economías pueden satisfacer sus grandes necesidades de inversión para lograr los objetivos de desarrollo.
  • La concentración de la pobreza en los países de ingreso bajo plantea dudas sobre la capacidad de estas economías para superar los obstáculos y crecer de manera más rápida.
  • El riesgo de nuevas tensiones financieras recuerda la importancia de tener bancos centrales resilientes y marcos de políticas monetarias que puedan mitigar los impactos de las depreciaciones monetarias sobre la inflación.

Para lograr un crecimiento más sólido en los países de ingreso bajo, los encargados de la formulación de políticas, los ciudadanos y la comunidad internacional deben analizar tanto los factores internos como externos que impulsan el crecimiento, así como las medidas para mitigar los riesgos, según las estimaciones de los técnicos de Banco Mundial. 

A nivel nacional, puede ser útil desarrollar sistemas financieros más fuertes y promover la inclusión financiera, y mejorar la gestión y el clima para los negocios, a fin de apoyar al sector privado. La integración en el comercio mundial y el fomento de la inversión extranjera directa son maneras, más allá de sus fronteras, que un país puede utilizar para crecer. 

Ojalá que estas importantes observaciones, producto del trabajo de expertos financieros sea leído y llegue a manos de los que toman las decisiones económicos, sobre todo en América Latina, donde el impacto de las pésimas políticas económicas y la corrupción han provocado graves crisis humanitarias. 

Washington, D.C., 10 de junio de 2019.-

Por Felicia Saturno Hartt.

Foto: Blog del Banco Mundial.

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