La Unión Europea y el Reino Unido se separan definitivamente, después de 47 años de relaciones políticas, culturales, comerciales, económicas, tecnológicas, entre otras, en un proceso ‘afectivo’ y sin barreras idiomáticas en el viejo continente, que se deteriorando desde hace cuatro años y que se oficializa a partir de las cero horas de este 1 de febrero del 2020.

Por Luis Fernando García Forero.- La Unión Europea y el Reino Unido se separan definitivamente, después de 47 años de relaciones políticas, culturales, comerciales, económicas, tecnológicas, entre otras, en un proceso ‘afectivo’ y sin barreras idiomáticas en el viejo continente, que se fue deteriorando desde hace cuatro años y que se oficializa a partir de las cero horas de este 1 de febrero del 2020.

Quedan heridas e historia pero un horizonte para las partes que no pueden ahogar el desarrollo institucional democrático de esas naciones, por eso entran en un proceso de transición de un año para ajustar lo que queda pendiente de esa ruptura que deja guayabo ante los ojos del planeta, después de unas relaciones mutuas desde 1973.

Lo cierto es que los británicos a partir de este mes de febrero no tendrán ni voz ni voto en la UE. Todo, como resultado de un referéndum que fue aprobado en el Reino Unido y que termina con el sueño de la unificación total del viejo continente, tema que establecerá en las partes una nueva era geopolítica, económica y cultural, tanto en la Unión Europea como en Gran Bretaña.

El acuerdo de la separación definitiva garantiza los derechos de ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido y el de los ingleses en los demás países de Europa. Gran Bretaña debe pagar 50.000 millones de euros y mantiene abierta sus fronteras en las dos partes de Irlanda, es decir la europea  y la británica.

Es importante destacar que quien inició el divorcio entre los británicos y el bloque europeo fue el ex primer ministro, David Cameron. En las elecciones de 2015 se comprometió a celebrar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE. Sin embargo, al año siguiente, optó por dimitir tras señalar que la negociación necesitaba un liderazgo fuerte con un nuevo primer ministro.

Efectivamente su sucesora fue Theresa May quien mantuvo la promesa de continuar con el Brexit en un momento complejo. La Primera Ministra inglesa se la pasó con su partido conservador, el Parlamento y con la Unión Europea, logrando los términos del retiro del Reino Unido de la UE.

“El Brexit fue difícil, fue un reto”, dijo May después que el pacto fue rechazado tres veces por el Parlamento británico. La Primera Ministra renunció a su cargo y la remplazó Boris Johnson, también del Partido Conservador.

El Parlamento Europeo (PE) ratificó el Acuerdo del Brexit con 621 votos a favor y 49 en contra lo que permitió regular la salida de Reino Unido, sesión que culminó con llantos y abrazos de despedida.

“Es triste ver irse a un gran país, un país que nos ha aportado tanto culturalmente, económicamente, y políticamente, que dio su sangre dos veces para liberar Europa”, aseguró el presidente del grupo liberal Guy Verhofstadt, parlamentario que le correspondió la negociación con Londres para la salida de la Unión Europea.

Los parlamentarios en la sesión final entonaron de pie la tradicional canción escocesa, Auld Lang Syne, dejando lagrimas e historia de un hecho que puso fin a un ciclo político en el viejo continente donde el Presidente del Parlamento Europeo David Sassoli, le dio el toque final con su firma y destacando: “50 años de integración no pueden disolverse fácilmente. Que no sea un adiós,  sino un hasta la vista”.

Bogotá, D. C, 31 de enero de 20202

 

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