Nada más y nada menos que es el resultado de la movilización en ese país suramericano donde el Gobierno y la oposición acordaron un plebiscito para preguntar a todos los ciudadanos si quieren una nueva Constitución Política y si la prefieren a través de una Asamblea o una Convención.

Nada más y nada menos que es el resultado de la movilización en ese país suramericano donde el Gobierno y la oposición acordaron un plebiscito para preguntar a todos los ciudadanos si quieren una nueva Constitución Política y si la prefieren a través de una Asamblea o una Convención.

Gobierno y contradictores lograron civilizadamente una hoja de ruta para que en esa consulta, programada para abril del 2020, Chile inicie el camino hacia una Constitución que remplace a la que rige actualmente a los chilenos y que fue aprobada en 1980 con el general Augusto Pinochet, que ha sido declarada como obsoleta para lograr construir una nación más justa.

En el acuerdo se estableció que la a elección de los aspirantes a una Asamblea o Convención, de acuerdo a lo que resulte del plebiscito, se llevará a cabo en octubre del 2020, fecha que coincide con las elecciones territoriales.

Se desataca que el órgano constituyente que se elija deberá aprobar las normas y el reglamento de votación para su funcionamiento por un quorum de dos tercios de sus miembros. Una vez que esté redactada la Carta Fundamental, será ratificada en otro plebiscito a través del voto obligatorio.

“Por la paz social y la nueva Constitución”, fue el nombre que le dieron las partes al acuerdo que le abrió paso a atender la grave crisis social y política que están viviendo los chilenos y que se ha expresado en las calles mediante la movilización ciudadana.

Bogotá, D, C, 15 de noviembre de 2019

Redacción Ecos Internacional

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