Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Ecos Media.-  Existe una fuerza comunitaria, muchas veces anónima, pero decidida por sus principios y objetivos, que trabaja de manera incansable, con el propósito de crear un futuro mejor para todos y su solidaridad no conoce de excusas y fronteras. Ese colectivo, en sus múltiples vertientes y expresiones, es el Voluntariado.

Su Agenda es amplia y su hacer definitivo. De hecho, muchas causas, hoy abrazadas por los estados y naciones, fueron alguna vez, una inquietud de una persona, un grupo, una colectividad. Muchos de esas expresiones del poder de los voluntarios son, hoy por hoy, isues políticos e inclusive objetivos globales.

La labor de los individuos y grupos, que se implican como voluntarios y ONGs,  ofreciendo su tiempo, energía y talento, son un motor que no conoce límites. Su iniciativa surge de la sociedad civil, del ciudadano de a pié, de la comunidad, del gremio, de la esquina, de la vereda, del dolor, pero dejan huella, porque se trata de una realidad plural, con muchos matices, por ser una clara apuesta de solidaridad de la ciudadanía.

Un voluntario es, en términos individuales, un ciudadano que, por propia elección, decidió hacer la diferencia y dedica una parte significativa de su tiempo a la acción solidaria, altruista, sin recibir remuneración por ello.

En términos colectivos, es una posición frente a la realidad propia o global. Es un espacio de decisión voluntaria, que busca, sin límites ni intermediarios, crear condiciones para la optimización de la sociedad.

Las razones y motivaciones de los voluntarios son múltiples y diversas como la condición humana y los asuntos y problemas sociales. Existen voluntarios por razones ideológicas, por posiciones éticas y morales, por pertenecer a corrientes religiosas, espirituales o ideológicas, por ser parte de comunidades culturales y étnicas, por la llamada de responder ante una situación, que hace a muchos sentir como suyos los problemas y necesidades de otros, a querer hacer algo para mejorar la sociedad, cambiar las cosas, transformar el mundo.

En 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó el 5 de diciembre como Día Internacional del Voluntariado (DIV) para el Desarrollo Económico y Social.

Posteriormente, otras propuestas similares han reforzado el interés y la importancia de la actividad de Voluntariado. Se designó 2001 como Año Internacional de las y los Voluntarios (AIV), una iniciativa que fue aprobada por 123 países.

La celebración del Día Internacional del Voluntariado permite reconocer oficialmente la labor de todas aquellas personas que contribuyen de forma anónima, voluntaria y altruista en la mejora de su entorno.

Para generar una conciencia solidaria que permita involucrarnos en el desarrollo ecuánime y sostenible de todo el mundo, es importante asumir la capacidad de acción y transformación que, individual y colectivamente, todos podemos ejercer.

El ideario del Voluntariado se infunde con valores tales como la solidaridad, la reciprocidad, la confianza mutua, la pertenencia y el empoderamiento, lo que contribuye significativamente a la calidad de vida del entorno.

En la actualidad, el poder de la acción del Voluntariado es infinito. De acuerdo con el Informe de las Naciones Unidas sobre el Voluntariado, alrededor de 140 millones de personas en todo el mundo realizan actividades de Voluntariado.

El valor económico de esta labor altruista representa, como promedio, 1,1% del producto interno bruto (PIB) de los países desarrollados, lo que representa 400,000 millones de dólares estadounidenses al año. En los países en desarrollo, esta labor representa 0,7% del PIB, en promedio.

El Voluntariado fomenta el liderazgo, la sensibilidad social, la compasión hacia los más necesitados y el trabajo en equipo. Genera capacidades que les permiten abordar los temas del país desde una conciencia global. Es capital humano y capital social para el desarrollo de las naciones y en la creación de vínculos entre los ciudadanos.

Falta que la sociedad mire esta opción ciudadana y los políticos de oficio y las instituciones, valoren su trascendencia.

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