Si la Historia tiene intérpretes, esos protagonistas son las víctimas. Porque si algo define el movimiento del mundo, ese algo es la violencia y el dolor. Por ello, la mayor responsabilidad de un colectivo, es edificar un imaginario capaz de ubicar a estos actores, en una zona plena de verdad y consciencia, para rescatarlos, en un relato histórico que logré vencer la impunidad y hacer justicia verdadera. Sólo la verdad de los porqués de los hechos hará posible que las heridas cierren y las lágrimas se agoten.

El desafío de las víctimas es un reto: tienen que mirar al pasado, recrear los hechos y observar lo único que pueden edificar, el presente, a través de la acción, y el futuro posible, a través de sus sueños.

Sentir el dolor, en cualquiera de sus expresiones, nos hace nuevos. En momentos peores, pero la mayoría de las veces, nos hace mirar con más claridad que la violencia tiene múltiples caras y que somos parte de una dinámica que, en momentos claves, hace que la reproduzcamos.

Ser pacífico y ser violento se aprende. Y el dolor de las víctimas es un maestro, no sólo para ellas, sino para todos. Porque la violencia puede ser el hecho que las hizo vulnerables al dolor, pero también han sido violentadas, cuando hubo intenciones de ignorarlas, rechazarlas, desplazarlas, omitir estos actos o justificar los hechos.

El tejido social de una nación que ha vivido la violencia, llamase conflicto armado, llámese guerra, llámese genocidio, requiere de procesos intensos de autoreconocimiento, de búsqueda de lo que se tiene en común y, sobre todo, de ayuda, acompañamiento y estrategias de superación, en las distintas dimensiones humanas.

Colombia tiene una oportunidad histórica, que va más allá de la elocuencia de los discursos; vive la posibilidad de reconstruir su opción de vida, aprender del dolor y del horror, para nunca más repetirlo.Queda que todos los colombianos asuman el desafío de abogar por que no quede ningún ciudadano victimizado sin la posibilidad de construir un presente de acciones, para recuperar su dignidad, y un futuro mejor, con autoestima, inclusión, trabajo y paz. 

Queda que todos los colombianos asuman el desafío de abogar por que no quede ningún ciudadano victimizado sin la posibilidad de construir un presente de acciones, para recuperar su dignidad, y un futuro mejor, con autoestima, inclusión, trabajo y paz. 

Comments powered by CComment