Mauricio Cabrera Galvis

Por Mauricio Cabrera Galvis*.- Las mejores políticas de reactivación son aquellas que generan más empleo y beneficien a los más pobres y vulnerables, pero además que son oportunas y aportan una cantidad de recursos suficientes para compensar la pérdida de ingresos de los hogares.

Demasiadas condiciones imposibles de cumplir, dirán algunos para justificar por qué no se han aplicado en Colombia. No es cierto. Hay ejemplos concretos de países que si las han realizado, y con muy buenos resultados.

La primera es una renta básica de emergencia para personas que han perdido sus ingresos, pero en una cuantía suficiente para sobrevivir. En Estados Unidos el año pasado el gobierno giró USD 1.200 a cada individuo con ingresos menores a USD75.000, más otros USD600 por cada niño. Adicionalmente, a quienes perdieron sus empleos les dio USD 2.400 durante 4 meses.

En Colombia se pretendió hacer algo en esa línea con el programa de Ingreso Solidario, pero fue totalmente insuficiente: solo $160.000 mensuales (USD 45) por familia, y solo a 3 millones de los hogares más pobres, quedando sin ninguna ayuda adicional por lo menos otros 3 millones de hogares vulnerables.

En Chile el Ingreso Familiar de Emergencia ha entregado hasta USD 600 por familia de 4 personas, cubriendo cerca del 50% de los hogares del país. En Perú en 2020 se otorgaron diferentes Bonos por más de USD 500 al 60% de los hogares. No era cuestión de ser país rico o pobre sino de tener la decisión política de hacerlo.

Hay otra política aún mejor y son los programas de Empleo de Emergencia. Darle ingresos a las familias afectadas es necesario para que puedan subsistir; pero es más importante darle empleo al millón y medio de personas que todavía no han podido recuperar sus trabajos, porque así no solo tienen salarios e ingresos, sino algo más primordial: la dignidad que les da el trabajo.

En esta pandemia los gobiernos han preferido dar subsidios a las empresas para que mantengan el empleo, pero en la gran depresión de los años 30 del siglo pasado una de las claves de la recuperación de Estados Unidos fue el ambicioso programa de obras públicas del presidente Roosevelt.

Con la tasa de desempleo del 17.3% y 4.1 millones de desempleados, solo el Estado tiene la capacidad y los recursos para generar a corto plazo un número significativo de puestos de trabajo en programas intensivos en mano de obra como construcción y mantenimiento de vías terciarias, reparcheo de vías urbanas, reforestación o mantenimiento de cuencas. Pero estos solo pueden ser adelantados por departamentos y municipios, no por el gobierno central.

ADENDA: Discutir si los falsos positivos fueron 3.000 o 6.000 es desviar el debate para ocultar la tragedia humana detrás de cada uno de estos asesinatos. Como bien lo dijo el profesor Víctor Correa Lugo, son “6.402 dolores, 6.402 infamias, 6.402 hermanos, 6.402 madres, 6.402 disparos, 6.402 sonrisas, 6.402 padres, 6.402 gritos, 6.402 silencios.”

Bogotá, D. C, 27 de febrero de 2021

Filósofo y Economista. Consultor.

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