Gabriel Ortiz

Por Gabriel Ortiz* .- Cuando agoniza el 2020, ventarrones de recuerdos nos refrescan las narraciones de los refugiados europeos que llegaron en los años 40 del anterior centenario, sobre las atrocidades de la funesta segunda guerra mundial. Era difícil entender, en ese entonces, cómo la humanidad podría resistir algo tan tenebroso. Y por esas pasamos. Durante más de 60 años nos acostumbramos al crimen el despojo y la sangre, hasta alcanzar una difamada y denigrada tregua que solo cumple 4 años. Esa pausa atormenta a los “caballeros de la guerra” que quieren y acarician el conflicto, como a niña bonita.

Nuestra paz es un escollo, un riesgo y un tropiezo para ciertos intereses. Se le cambia el nombre, se buscan ilegalidades inexistentes, es objeto de montajes publicitarios para falsear sus acciones de convivencia, coexistencia y justicia.

Hay mentes a las que ni siquiera la adversidad, la tragedia y el desastre logran enseñarles y prevenirlos sobre los caminos a los que conducen las tragedias que fanáticamente buscan.

El 2020, con la improvisación, terquedad y tenacidad que nos caracteriza, empezó suavemente a posarse en nuestro territorio y luego lo arrollo. Muy pocos vieron lo que venía. Actuaron tardíamente.

Ingresamos extemporáneamente a controlar los vuelos internacionales. Ya era febrero del 20 cuando una turista italiana ingresó con el covid-19. Fue entonces cuando asesores del Presidente le diseñaron una estrategia para enfrentar la pandemia, poniendo de escudo un espacio diario de una hora por televisión.

Con frascos de alcohol, un rosario y otras entretenciones adornaron el set. El propio Jefe de Estado da instrucciones y consejos contra covid.

La ciudadanía atendió y colaboró con las prevenciones. Los tapabocas y el lavado de manos surtieron efecto primario, porque la cosa se desbordaba por momentos. Al presidente se le ocurrió sacar a la gente a las calles en un arranque populista, para liberar a los encerrados. Ordenó un día sin IVA el 19 de junio, que irritó al virus.

Los altibajos de los picos fueron aprovechados por Duque para publicitar su gestión y aplicar medidas –muchas de ellas inconstitucionales- para reactivar la economía, crear empleo y devolución del IVA. Expidió más de 200 dudosas normas que el dócil congreso virtualmente aprobaba, estimulado con la mermelada de un aturdidor incremento de sueldo.

Duque defiende su acción contra el covid-19 y asegura que “fue acertado todo el proceso de análisis técnico y operacional para la adquisición de vacunas”. ¿Será eso cierto, cuando debemos esperar hasta febrero para vacunarnos? Argentina, Méjico, Costa Rica, Brasil y otros de nuestro continente, están vacunando a sus ciudadanos. ¿Por qué hasta febrero, cuando ya millares de colombianos habrán fallecido por falta de vacuna? El Invima, solo aprobó la vacuna el penúltimo día del 2020.

¿Por qué hasta febrero empezarán a vacunarnos?

BLANCO: Que llegue a Colombia un año para recordar.

NEGRO: Con el irrisorio aumento del salario mínimo del 3.5%, no habrá reactivación. Solo pobreza y hambruna.

Bogotá, D. E, diciembre 31 de 2020

* Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y de Notisuper.

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