Clara López Obgregón

Por Clara López Obregón*.- Los referendos marcarán el debate público y el activismo de calle de 2021. Hasta la fecha, se han anunciado cinco y otros más están en preparación. Los proponentes buscan el apoyo ciudadano a propuestas que de ser aprobadas deben ser obligatoriamente adoptadas por el Congreso de la República.

Se trata de un proceso dispendioso y costoso. Fácilmente, la realización de cada referendo puede valerle al erario $140.000 millones. Más allá del costo público, este mecanismo ejercita la deliberación pública en función de temas que deben responder a las necesidades sentidas de la ciudadanía. Con todo, muchos señalan que detrás de los referendos se esconden intereses políticos de parcialidades o candidaturas que aprovecharían el instrumento para iniciar campañas presidenciales con antelación a lo permitido por las normas electorales.

En momento de crisis económica, desempleo, deuda pública en uno de los niveles más altos de la historia, con la vida en riesgo por cuenta de la pandemia y la falta de seguridad, las distintas iniciativas de referendo, especialmente las que comparten la necesidad de un cambio real, pueden convertirse en el espacio de encuentro para buscar acuerdos, pactos fundamentales, de cara a las necesidades urgentes y sentidas del país. Es momento de grandeza, es momento para superar la competencia ególatra de quién recoge más firmas y votos, es el momento para que los sectores políticos y sociales democráticos, progresistas, independientes y alternativos dialoguen y encuentren puntos de acuerdo en pro de las soluciones que la gente demanda ante la crisis.

Varios de los referendos anunciados tocan temas de gran importancia e interés común. La renta básica o salario ciudadano puede ser un emblemático punto de encuentro. Fue objeto de un proyecto de ley de las bancadas independientes y de oposición que por poco sale aprobado en el Congreso. Las centrales obreras la han incorporado en la discusión del salario mínimo y hace parte del pliego unificado de la movilización social.

Otros temas centrales son la educación superior gratuita, el subsidio preferencial a las nóminas de las pequeñas empresas de la economía popular, un programa público de empleo, la definición de un marco tributario progresivo, la extensión del plazo para la implementación del Acuerdo de Paz, la pensión universal, el servicio social alterno al militar, el reconocimiento de los campesinos como una comunidad sujeta a especial protección del Estado, la defensa ambiental, la garantía del derecho a la salud y la reglamentación legal de la revocatoria del presidente que incumpla el voto programático, entre otros.

Es un excelente haz de propuestas que aterrizan problemas sentidos de la gente. De lograr su unificación en un solo referendo común, las fuerzas alternativas que se autodenominan de centroizquierda y de la vida darían un primer paso hacia una coalición exitosa. Estamos ante la oportunidad de ser superiores a nuestras diferencias para unirnos en pro de la Colombia que soñamos. Un gran referendo común es la oportunidad para reencontrar el camino conjunto que el país exige.

Bogotá, D. C, 22 de diciembre de 2020

*Exalcaldesa de Bogotá, Exministra de Trabajo.

Comments powered by CComment