Yazmer Ramos García

Por Yazmer Ramos García*.- Tres palabras que han marcado el nefasto periodo presidencial. 

Desde el inicio del periodo Presidencial de Duque perciben los Colombianos y  extranjeros que  este se ha visto enmarcado en ser  una Presidencia de Uribe, que  genera importante incertidumbre, se ha caracterizado por los compromisos fallidos, la falta de medidas contundentes y la escasa nitidez del rumbo politico,de ahi que se haya catalogado como Titere, palabra que define a un Muñeco que se mueve por medio de una cruceta de la cual cuelgan unos hilos que van atados a su cuerpo o bien metiendo la mano por debajo del vestido; se usa generalmente para representaciones teatrales infantiles o populares. Así mismo, de manera despectiva: Persona de carácter débil y poca voluntad que se deja manipular por alguien y de la que se dice "no era más que un títere del jefe".

La historia de los títeres, también conocidos como marionetas, se remonta a la Antigua Grecia. Los griegos utilizaban el concepto de neurospasta para referirse a los títeres, un vocablo vinculado al movimiento con hilos. Los romanos también utilizaron los títeres como diversión.

Es importante que quien maneja el títere pueda ocultarse y sólo deje al muñeco a la vista del público. De esta forma, se crea la ilusión de que el títere tiene vida propia y se mueve sin ningún guía. La persona que maneja un títere se conoce como titiritero. Se trata de un verdadero arte que requiere de mucha práctica para el dominio perfecto del muñeco. Los títeres más avanzados están en condiciones de mover distintas partes del cuerpo y del rostro de manera independiente, por lo que el titiritero debe tener una excelente coordinación de sus movimientos.

En el lenguaje coloquial, el término títere también permite hacer referencia a una persona que se deja manejar por otra (de la misma forma que el muñeco). En este sentido, se trata de una apreciación peyorativa, que supone que el sujeto en cuestión no tiene pensamientos propios sino que repite lo que otro le manda. En el ámbito de la vida política Colombiana se asimila en este papel a Duque y de ser manejado por el poderoso ex presidiente Uribe, quien es el que estaría en realidad detrás de sus iniciativas y propuestas.

A este calificativo se le suma a Duque el de subpresidente, este vocabulario se refiere a una persona o individuo, que ocupa el cargo, dignidad, desempeño o puesto inmediatamente inferior al de Presidente y lo sustituye o reemplaza en determinadas circunstancias o durante la ausencia, situación que se percibe  continua en nuestro País.

Siendo así las cosas, Duque es solo de nombre presidente gracias a un país polarizado y enfrentado por su falta de compromiso con la transformación estructural e institucional indispensable donde la sensación es que Duque preside pero no gobierna, lo que podría llevar al país a la anarquía, confusión, dejadez, desbarajuste, desconcierto y desorganización.

Pierre Rosanvallon, en un excelente libro, argumenta que los gobiernos dependen de dos fuentes de legitimidad: una está dada por la legalidad del proceso, es decir, lograr los votos de la ciudadanía en elecciones limpias. La otra proviene de la confianza que el pueblo tenga en sus gobernantes. La primera es clara en sus formas, la segunda posee una complejidad tal en su construcción, que en ocasiones los mismos gobiernos no saben cómo fortalecerla.

El autor señala, justamente, que en la actualidad asistimos a los procesos en donde la confianza es la que está siendo puesta en duda, no la democracia como forma de gobierno, y  ante la ausencia de un liderazgo nacional, los referentes provinciales consolidan su poder con estrategias locales, sin mayores compromisos nacionales , por esto, ha sido  escasa o nula la influencia de Duque en las próximas elecciones.

Es preciso que Duque desate la capacidad de Presidente para adaptarse a las distintas coyunturas políticas, construyendo diversas facetas de su identidad discursiva, para desarticular los estereotipos de género hegemónicos que procuran deslegitimarlo como Presidente.

Barranquilla, 7 de octubre de 2019

*Abogada y Magister en Ciencias Políticas. 

 

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