Gabriel Ortiz

Por Gabriel Ortiz*.- Nadie puede llamarse a engaño, y mucho menos quienes alborozadamente acudieron “emberracados” a las urnas para llevar el Centro Democrático al poder. Los timaron, los desorientaron y les dibujaron los otros partidos o movimientos como pandillas de comunistas de extrema izquierda. Macartismo a la colombiana.

Solo después del “ojo afuera”, se han ido enterando de lo que ya se nos vino encima. Durante la campaña, se advirtió clara y contundentemente que la paz no iría más, que era impunidad, que iba contra todos los principios, que Santos le había regalado el país a las Farc, que seríamos otra Venezuela. Y todas las promesas –las malas- se han ido cumpliendo: la paz agoniza, no se han cumplido los acuerdos, e inclusive ya somos Venezuela.

El uribismo aprovecha todas las oportunidades para cerrar cualquier posibilidad de que ese 98% de exguerrilleros sigan en paz, sin armas y con firmes propósitos de convivencia y productividad, a pesar de las dificultades que deben superar para sacar sus productos a los mercados. Claro que Santrich y Márquez, dieron con torpeza “papaya” al violar los acuerdos, pero estos “marquetalios” son un simple 2 por ciento, estimulado por Maduro, según las cifras oficiales.

Entre tanto aquello de restaurar las tierras, sigue recibiendo torpedos que buscan convertir en normas, leyes, resoluciones y decretos para impedir que se cumpla ese acuerdo.

La paz, no puede detenerse, no puede rendirse, no puede impedir la tranquilidad, la democracia, la igualdad y el equilibrio económico de este paciente pueblo engañado. El Presidente Duque expresa su propósito de defender los acuerdos, lo pregona y trata de actuar con firmeza, pero Uribe y sus huestes se atraviesan con ferocidad para resguardar y preservar lo que obtuvieron con el apoyo del paramilitarismo y la nefasta seguridad democrática.

Estamos regresando al pasado y sin Noticias Uno y otros medios que están en “capilla”. Durante la campaña, se advirtió claramente que el contrato del Canal Uno, sería “revisado”. Se injurió a las directivas de Noticias Uno, y se amenazó a sus periodistas, a quienes se calumnió para esconder la verdad e impedir las investigaciones que ese medio con valentía e independencia realizaba.

Se esperaba que le dieran una tregua y que respetaran la libertad de expresión, madre de la democracia, pero se vinieron con toda y obligan a los socios mayoritarios a cerrar el medio, dizque por cuestiones económicas. En el periodismo nadie duda que ahí está metida la mano dura de Uribe, quien no perdona que Coronell lo haya llevado a los estrados judiciales.

Ya los medios, todos los sectores y quienes no se “emberraquen” para defender al uribismo, están notificados: lo que se prometió en la campaña se cumplirá. Adiós sagrada democracia.

BLANCO: “Señores pasajeros de Avianca: favor asegurar su cinturón…” Así se paseaba por el mundo Julio César Luna, quien recibe un merecido homenaje del Círculo Colombiano de Artistas. Felicitaciones.

NEGRO: Con cuestionada prima a los trabajadores, quiere el senador Uribe destruir las Cajas de Compensación. Otra genialidad.

Bogotá, D. C, 6 de septiembre de 2019

*Exdirector del Noticiero Nacional y de Notisuper.

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