Víctor G Ricardo

Por Victor G Ricardo*.- Me había abstenido de escribir mi columna sobre lo que viene sucediendo en nuestra política internacional. He sido Embajador ante el Reino Unido, Argentina, Sudáfrica y Embajador no residente ante las Naciones Unidas y sé lo delicado que son estos temas. Sin embargo, me ha sido imposible después de haber visto lo que ha ocurrido últimamente y las decisiones que se han venido tomando con motivo de la grave situación que están viviendo nuestros hermanos venezolanos no hacerlo.
El gobierno de Maduro ha demostrado al mundo las terribles consecuencias que puede sufrir un pueblo sujeto a una dictadura de una persona autoritaria que deja de lado los intereses de su pueblo y sobrepone el orgullo de su mandato, con la errónea convicción de que con sus decisiones está protegiendo a su país.
Son muchos los destinos a los que han llegado los venezolanos, escapando de las lamentables e inhumanas circunstancias en las que éstos tienen que vivir, en búsqueda de nuevas oportunidades. Particularmente en el caso de Colombia, donde en algunas regiones la asistencia que se presta a la población carece de los niveles mínimos necesarios, tanto en el ámbito de salud, educación, alimentación, vivienda, entre otros, la llegada de un mayor número de personas con necesidad de atención ha generado un mayor déficit social y un cierto conflicto entre la prevalencia de proteger a la población colombiana frente al apoyo que debemos brindar a aquellos provenientes del país vecino.
Pero esta situación ha traído consigo otro tipo de problemas. En algunas regiones se han presentado muestras de epidemias o enfermedades que ya se encontraban controladas y erradicadas. Además, ha incrementado la inseguridad en el país, con aún más grupos delictivos que se dedican a hurtar y robar en las calles de nuestras ciudades.
Por lo anterior, esta es una situación que tiene que ser atendida de manera inmediata y prioritaria.
El gobierno colombiano ha decidido tomar un liderazgo y protagonismo para lograr que en Venezuela caiga el actual gobierno y se convoquen a nuevas elecciones, trasparentes y democráticas, que permitan a los venezolanos elegir un gobierno que los rescate de la gran crisis en que los tiene el régimen actual.
Sin embargo, no podemos olvidar que el problema no es solo Maduro. Detrás de él están los mandos militares y las milicias bolivarianas que desde el gobierno del presidente Chávez se han instaurado en distintos barrios y regiones de Venezuela, organizados, apoyados y asesorados por otro gobierno. Tampoco debemos dejar de lado que detrás de toda esta situación está Rusia, China y Turquía que hicieron grandes inversiones, aportaron créditos y además compraron mercados de futuros en petróleo.
Por tanto, también hay que hacer un análisis geopolítico de los temas en juego que vinculan varios países. Todo lo anterior nos lleva a que tengamos mucha prudencia por ser, entre otras cosas, un país limítrofe y con grandes fronteras vivas. Colombia ha diseñado para el manejo de sus relaciones internacionales distintas instancias como son las de la Cancillería, unas comisiones especializadas en el Congreso y la Comisión de Relaciones Exteriores, compuesta por expresidentes, exministros de Relaciones Exteriores y expertos, que sería muy importante también escuchar.

Colombia no debe prestarse por ningún motivo para acciones militares y en cambio sí debe profundizar las diplomáticas, con el fin de lograr nuevas elecciones, siempre enmarcada en su acción en los organismos multilaterales.

Bogotá, D. C, 267 de febrero de 2019

*Excomisionado de Paz

 

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