Lorena Rubiano

Por Lorena Rubiano*.- Estoy a favor de la verdad, la diga quien la diga. Estoy a favor de la justicia, a favor o en contra de quien sea: Malcolm X

Los llamados falsos positivos, montajes judiciales, falsos procesos, capturas ilegales, etc., siguen vigentes en nuestra sociedad con grave detrimento de la majestad de la justicia.

Pareciera que llegaron y se enquistaron en nuestras instituciones judiciales, llámese policía, fiscalía, juzgados etc., en donde aparecen procesos manipulados con fines políticos, económicos o por rencillas personales.

Lo grave es que sigue vigente el dicho de que: “una orden de captura no se le niega a nadie “y por eso aterra que la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, anuncie todos los días que ampliarán, construirán, más y más cárceles. No hay dinero para educar al ciudadano, para enseñarle a mantenerse dentro de la ley y para resocializar a los que están privados de su libertad.

No podemos seguir construyendo expedientes con presuntos culpables, y menos condenarlos en los medios informativos antes de que sean vencidos en juicio.

Y eso  lo están haciendo para demostrar eficiencia, mano dura y ganarse unas medallas y unos beneficios económicos. Y después las demandas contra el Estado.

Los resultados de eficiencia y capacidad del Estado para preservar los derechos de los ciudadanos no se dan a través de la prensa con montajes, porque la realidad es otra. Veamos los cerca de 300 asesinatos de líderes sociales, reinsertados, líderes comunales y personas que luchan por sus pueblos y veredas y no aparecen los autores.

A estas alturas hay contra la nación condenas por cerca de dos billones de pesos por daños, privaciones injustas de la libertad, decomiso de bienes legalmente adquiridos etc. o sea por graves errores judiciales y hay más de quince mil demandas en curso. 

Pero este mal no es solo en Colombia, en un caso que también tocó nuestro territorito porque aquí fue capturado encarcelado y extraditado a los Estados Unidos, Nidal Waked, acusado de narcotráfico, lavado de activos y de financiar grupos terroristas, lo cual al final salió libre,  porque todo era falso. Sin embargo, aquí en los medios informáticos, primera página con fotos, las autoridades lo señalaban todos los días como el peor de los delincuentes, y ahora ¿quién le recupera su honra su prestigio el daño moral a él y su familia? Y los operadores judiciales del caso,  siguen orondos impartiendo “justicia”

A propósito, su tío Abdul Waked, dueño de los negocios La Riviera en Panamá, de un centro comercial Saho, un  banco y dos periódicos fue incluido en la lista Clinton por presión del gobierno panameño sin que existiera algún proceso en su contra, para poder quitarle sus bienes y entregárselos a su competidor comercial en el istmo con apoyo de funcionarios estatales y políticos del Istmo. El Estado deberá ahora responder por una suma superior a mil doscientos millones de dólares por los perjuicios causados.

Hacen falta cursos intensivos a los operadores judiciales para que no sigan cometiendo estos errores y no sean utilizados con fines políticos o económicos.

Bogotá, D. C, 15 de febrero de 2019

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