Juan Camilo Restrepo

El alza internacional del precio de los combustibles, que ya se acerca a los 80 dólares por barril, y que a juzgar por muchos analistas podría llegar hasta los 100 dólares, le plantea a las autoridades económicas del país un gran dilema: ¿Estos nuevos recursos deben gastarse o ahorrarse?

El presupuesto para 2019 se había preparado sobre el supuesto de unas rentas petroleras calculadas con base en un precio del crudo de 67 dólares el barril. Lo que exceda de esta cifra serán, entonces, utilidades no esperadas que, de continuar los buenos precios, pueden llegar a ser muy cuantiosas.

Ahora bien: la tendencia natural va a ser, ante el déficit tan grande que recibió el nuevo gobierno, la de llevar estos nuevos ingresos a adicionar el programa de gastos para el año entrante. Sin embargo, cabría preguntar: ¿Es esto lo prudente?

Una de las críticas más sólidas que se le hace a la política económica del gobierno anterior fue que cuando hubo buenos precios del crudo no se ahorró nada, y todo se llevó al gasto. Con la consecuencia de que cuando llegaron los malos precios todo se tuvo que manejar, o recortando inversiones o aumentando el déficit, como en efecto ocurrió. ¿Volveremos a repetir la misma historia en esta ocasión?

Mediante ley 1157 de 2007 se creó el llamado Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que tiene como propósito, precisamente, servir de instrumento para ahorrar cuando los precios van al alza, y gastar (desahorrando) para estabilizar el precio interno cuando los precios internacionales van a la baja.

Durante los últimos años el fondo no se ha utilizado para lo que se creó, como sucede con tantas cosas en Colombia. Cuando los precios subieron no se ahorró. Y cuando los precios han descendido se ha hecho un desahorro, a base de déficit, que, según estudio reciente de la Contraloría General de la República, asciende a 6.1 billones de pesos. Podría decirse que éste es uno de los chicharrones fiscales mas complejos que recibió el nuevo gobierno.

¿Cómo actúa este fondo? En palabras de la Contraloría el fondo teóricamente debe funcionar de la siguiente manera: “El diseño del FEPC surge de la decisión del Gobierno nacional, a través del Ministerio de Minas y Energía, de establecer fórmulas para determinar el precio interno de la gasolina y ACPM, los cuales se caracterizan por no permitir incrementos mensuales mayores al 3% (resolución 181602 de 2011 para la gasolina y Resolución 181491 de 2012 para el ACPM), atenuando en el mercado nacional la volatilidad de los precios de los mercados internacionales. Es por este diseño que se generan las diferencias entre los precios internacionales y el IP (precios nacionales). El FEPC y las fórmulas aludidas funcionan como un conjunto que permite brindar estabilidad en los precios al consumidor colombiano ante fuertes variaciones en los precios internacionales, tanto al alza como a la baja de los mismos”.

Como los precios están subiendo, y es posible que lo sigan haciendo, pues las sanciones de Trump a Irán han hecho descender la producción en este país, y el desgreño administrativo en Venezuela es tal que la producción de crudos en el vecino país se ha desplomado hasta niveles, cosa inaudita, como el que se registró el mes pasado cuando Colombia produjo más petróleo que Venezuela. Estas restricciones de la oferta de los mercados internacionales muy probablemente continuarán empujando al alza las cotizaciones del crudo.

Así las cosas, lo que parece más recomendable, desde el punto de vista de la Hacienda Pública de Colombia, es que las mayores rentas petroleras se ahorren en este fondo de estabilización y no se lleven al gasto. Absorbiendo de paso parte, al menos, del gran déficit que se ha venido acumulando en este fondo.

Proceder así requerirá naturalmente de un gran coraje fiscal: hacer frente a las inmensas presiones de gasto que hoy recibe el Gobierno central y llevar la totalidad o al menos gran parte de los excedentes petroleros a fortalecer el ahorro del fondo de estabilización.

¿Tendremos el coraje para hacerlo?

Bogotá, D. C, 7 de octubre de 2018

*Abogado, Economista y Exministro de Estado. 

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