Por Guillermo García Realpe.- Con gran tristeza e indignación el país despertó el pasado lunes cinco de diciembre tan pronto se conoció la trágica noticia de la muerte de la pequeña YULIANA ANDREA SAMBONÍ, de tan sólo siete años, a manos de Rafael Uribe Noguera, un arquitecto bogotano sindicado de ser el autor material de semejante barbarie.

Toda esta situación conllevó a reabrir un gran debate nacional sobre sí es necesario que Colombia aplique cadena perpetua o pena de muerte para violadores y asesinos de niños y niñas.

En mi caso particular, soy partidario de que se aplique la inhibición hormonal o en su defecto que se aplique cadena perpetua para este tipo de antisociales que acaban con las ilusiones de pequeños indefensos, destruyen el seno de sus familias, e impactan a nuestra sociedad.

En el Senado por octava ocasión se radicó un proyecto orientado en dar cadena perpetua a estos violadores de niños, ojalá esta vez sea la vencida y así poder frenar este gran flagelo nacional que afecta a cientos de familias colombianas.

Las estadísticas sobre violencia infantil en el país, son cada vez más alarmantes. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, en lo corrido de éste año ya van 18 mil casos denunciados de violencia sexual contra menores y se cree que son muchos más los casos no denunciados.

A raíz de este triste caso, estudios científicos demuestran que las personas con este tipo de conductas son reincidentes, sus acciones son irregenerables y por tanto solicitamos este tipo de sanciones drásticas.

Ojalá el lamentable caso de la pequeña Yuliana sea el inició para que el Congreso muestre señales contundentes en la búsqueda de ofrecer al país una legislación fuerte para ponerle fin a este agobiante fenómeno que cada vez se repite más.

Cientos de psicópatas pululan todos los días en los municipios colombianos, estos dementes no tienen distinción social, los hay desde estrato uno hasta estrato seis. Combatirlos es tarea de todos. Los derechos de nuestros niños son prevalentes por encima de cualquier otra cosa. Ellos son el futuro del país, la alegría y la esperanza de sus padres, no merecen que sus sueños le sean arrebatados de un momento a otro por personas dementes y cobardes que se ensañan contra ellos.

Ojalá en éste y en todos los demás casos, la justicia logré operar al máximo y los responsables paguen por sus hechos con penas significativas, sin subrogados penales, esto es, sin que tengan rebajas de penas o prisión domiciliaria, sólo así se garantizará que no haya impunidad.

A la humilde familia de la pequeña Yuliana Samboní nuestra solidaridad y al pueblo colombiano manifestarle nuestro total apoyo al proyecto de cadena perpetua para violadores y asesinos de niños.

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