Por Amylkar Acosta.- Hace mucho rato el fantasma del apagón viene rondando al Caribe colombiano y así lo hemos advertido reiteradamente. A la pésima calidad en la prestación del servicio de energía a los 2.5 millones de usuarios del Caribe por parte de ELECTRICARIBE se viene a sumar ahora el riesgo de verse sometido a un programa de racionamiento programado del mismo.

Según la Ley de Murphy, todo aquello que anda mal es susceptible de empeorar y este es el caso. Ahora resulta que no tienen caja ni para cumplir con las inversiones a las que están obligados ni para pagar la energía que le compran a los generadores para distribuirla entre sus usuarios. A causa de su incumplimiento con los generadores ELECTRICARIBE ha estado incursa permanentemente en causal de “limitación de suministro”, que no es otra cosa que racionamientos programados.

Los usuarios de ELECTRICARIBE ya están habituados a los racionamientos no programados, porque permanentemente le están racionando el fluido eléctrico, no pocas veces disfrazado de “mantenimiento” a las redes y, lo que es peor, han estado expuestos a los cortes intempestivos y a la oscilación del voltaje, con el daño subsiguiente de los electrodomésticos. Y ello, no obstante que están en la obligación legal de garantizar “la prestación continua de un servicio de buena calidad”. Y, además, incumple con la Ley eléctrica, la cual dispone que el servicio de energía se debe prestar con “eficiencia, calidad, continuidad, adaptabilidad, neutralidad, solidaridad y equidad”. Con nada de ello cumple ELECTRICARIBE. Gas Natural-Fenosa evade su responsabilidad, pues para ella “no se trata del prestador del servicio” y se escuda en que “mientras el modelo no funcione la prestación va a estar rezagada del resto del país”.

A lo que no están acostumbrados los usuarios de ELECTRICARIBE es a los racionamientos programados, XM, que es el administrador del Sistema de Intercambios comerciales del Mercado de Energía Mayorista anunció el día de ayer que dicha empresa “se encuentra en mora con la obligación de otorgar garantías financieras que tienen por objeto respaldar el pago de las transacciones comerciales en el Mercado de Energía Mayorista, que debieron ser presentadas el 18 y 20 de octubre” y no lo hizo. Estamos hablando de garantías por un monto de $27.692 millones y ello conlleva la iniciación de un programa de “limitación de suministro” de energía, que por lo pronto será un corte del suministro de energía de 3 horas diarias desde el 9 de noviembre hasta el 16 de diciembre y de 4 horas diarias a partir del 17 de diciembre.

Esta situación le habrá de significar muy serios traumatismos a toda la región Caribe, en una circunstancia que está mediada por la “controversia” planteada por Gas Natural-Fenosa, la cual le resta capacidad de maniobra al Gobierno, pero ello no lo puede llevar a cruzarse de brazos. En el pasado, no ha faltado quien platee la intervención de ELECTRICARIBE para evitar males mayores, sin embargo se ha descartado de plano por considerarla indeseable y contraproducente, pues podría resultar peor el remedio que la enfermedad. Pero, ante el acecho del fantasma de un apagón a la Superintendencia de Servicios Públicos no le está quedando otro camino a seguir, ya que, según la Resolución 116 de 1988 de la CREG, es lo único que puede interrumpir la “limitación de suministro”, eso sí, “antes de la iniciación del programa” y si así lo dispone “se suspenderá la iniciación del programa y se ordenará la publicación de un aviso informando ampliamente sobre tal hecho”.

Lo cierto es que ante el riesgo de que a la región Caribe se le vayan las luces, el Gobierno Nacional, particularmente el Ministerio de Minas y Energía y la Superintendencia de Servicios Públicos, tiene que actuar ya, antes de que sea demasiado tarde. Al fin y al cabo, como lo prescribe la Constitución Política, “los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado. Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a todos los habitantes del territorio nacional”. Huelga decir que, como lo afirma XM, “los daños y perjuicios que el programa de limitación de suministro cause a sus usuarios y/o terceros afectados con esta medida son de responsabilidad exclusiva de ELECTRICARIBE” y de nadie más. 

Bogotá, noviembre 7 de 2016

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