Nueva York. 29 de diciembre de 2017. Por Redacción Ecos. Foto: UNICEF. El organismo de la ONU a cargo de la Protección de la Infancia denunció que los niños no solo mueren y son heridos en combates armados, sino que además sufren reclutamiento forzado, violencia sexual, mutilación y son usados como escudos humanos, en los diversos conflictos bélicos del mundo.

Los niños han sido víctimas en 2017 de ataques "a una escala espantosa por el desprecio total de las normas internacionales que protegen a los más débiles", subrayó Unicef en declaración pública.

Los menores son víctimas de grupos armados rebeldes, de prácticas ilegales de ciertos ejércitos y de grupos terroristas, así como de minas antipersona y otros artefactos explosivos.

De acuerdo con los datos recopilados por Unicef este año, 700 niños fueron asesinados en el conflicto de Afganistán en los primeros nueve meses del año, mientras que en Irak y Siria fueron regularmente utilizados como escudos humanos, víctimas de asedio armado, blanco de francotiradores, además de los años que ya viven en medio de la violencia y bajo bombardeos.

Asimismo, millones de niños se convierten en víctimas indirectas de estos conflictos, sufriendo malnutrición, enfermedades y traumas mientras que se les priva de servicios básicos como el acceso a los alimentos, al agua, a instalaciones sanitarias y médicas.

UNICEF citó datos estadísticos significativos. En la región de Kasai, en la República Democrática del Congo, la violencia ha desplazado por ejemplo a 850.000 niños y se estima que 350.000 han sufrido malnutrición aguda.

En Yemen cerca de 1.000 días de conflicto han dejado al menos 5.000 niños muertos o heridos, según los datos verificados. Se teme que la cifra real sea mucho más alta. Más de 11 millones de niños necesitan asistencia humanitaria.

En Birmania, los niños de la minoría musulmana Rohinyá han sufrido en los últimos meses violencia generalizada y han sido testigos de la destrucción de sus aldeas, por lo que fueron forzados a abandonar sus comunidades y desplazarse, la mayoría hacia campamentos de refugiados en Bangladesh.

En el noreste de Nigeria y en Camerún, el grupo yihadista Boko Haram obligó este año a unos 135 niños a realizar atentados suicidas, cinco veces más que el año pasado.

En Sudán del Sur, donde el conflicto interno y el consiguiente derrumbe de la economía han llevado a una situación de hambruna en varias partes del país, más de 19.000 niños han sido reclutados por la fuerza para participar en los combates y más de 2.300 han resultado muertos desde que los combates empezaron hace cuatro años.

En Europa, concretamente en el este de Ucrania, 220.000 niños viven bajo la permanente amenaza de las minas antipersona y de los dispositivos explosivos abandonados, con los que muchas veces los niños tropiezan o simplemente recogen como si se tratase de un juguete.

Frente a esta situación alarmante, Unicef pidió a los países que usen su influencia para que las partes combatientes en los conflictos cumplan con respetar y proteger a los niños.

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