Por Vincent Saturno.-(Corresponsal en Francia).La Asamblea Nacional de Francia aprobó este 8 de marzo, en una primera lectura y con una amplia mayoría, el endurecimiento de la legislación de seguridad para luchar contra el terrorismo.
La reforma amplía las competencias de las fuerzas de seguridad para actuar contra el terrorismo y el crimen organizado. Por ejemplo, permite retener a una persona en un control de identidad durante cuatro horas si presenta un comportamiento del que pueda derivarse una sospecha terrorista. Además, se podrá registrar su equipaje.
La Fiscalía podrá también ordenar registros de viviendas por las noches, bajo condiciones. Y quienes regresen de zonas de combate en las que operan grupos terroristas, podrán ser puestos durante un mes bajo arresto domiciliario.
Financiación de grupos terroristas en la mira
El borrador de ley fue impulsado tras los atentados terroristas de París del pasado 13 de noviembre de 2015, en los que murieron 130 personas, pero ya había sido preparado con anterioridad. La ley también permite relajar la normativa del uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad en situaciones como las vividas en los atentados de noviembre.
Fiscales y jueces que dirijan una investigación podrán también utilizar nuevos métodos técnicos de investigación. La nueva legislación pone también la mira en la financiación de grupos terroristas y pretende modernizar los procesos penales.
En la Asamblea Nacional, 474 diputados votaron a favor, 32 en contra y 32 se abstuvieron. El próximo paso será su debate y votación en el Senado. Quienes se oponen a la ley alegaron que las medidas de emergencia ya están contempladas en el código penal actual.
Desde Ecos exhortamos la reflexión de los alcances de la norma a la luz de los DDHH de los extranjeros y refugiados, ya que muchos de los procedimientos de seguridad, no soportados en procesos jurídicos normalizados y bajo la supervisión de los jueces, pueden ser utilizados como medidas de amedrentamiento y discriminación, que pueden alimentar las tendencias xenofóbicas, contradictorias en un país propulsor de los DDHH en el mundo.
