Es terrible que a un país que vivió un cruento, injusto y sangriento conflicto armado, por más de 50 años, se le pida que eleve banderas negras, que evocan al horror más grande que ha vivido la humanidad: El Fascismo.
Pero el Alma del Mundo evoca el espíritu de la Libertad, la Fraternidad y la Legalidad del Imaginario y siempre vence las sombras.
Y el Fascismo muere otra vez.