Bogotá, 9 de febrero de 2018. Por Luis Fernando García Forero. Foto: FECOLPER.- En la celebración del Día del Periodista en Colombia, son muchos los temas que se controvierten y se tejen alrededor del ejercicio del periodismo en nuestro país.

Las circunstancias para informar y estar informado le está dando la vuelta al mundo en minutos y de eso no se escapa Colombia, sobre todo en momentos donde se pactó un acuerdo de paz, que le puso fin al conflicto con las Farc, tema que polariza a los colombianos en pleno proceso electoral para elegir a un nuevo Congreso y al Presidente de la República.

ECOS dialogó con la Presidenta de la Federación Colombiana de Periodistas, FECOLPER, Adriana Hurtado.

ECOS: Cómo ve actualmente el ejercicio del periodismo en Colombia?

AH: Es difícil decir que existe en Colombia libertad de prensa. Las cifras hablan por sí solas. FECOLPER en una investigación estableció que siguen apareciendo patrones de violencia que intentan silenciar al periodismo.

ECOS: ¿Cuáles son específicamente?

AH: Amenazas, agresiones físicas, obstrucciones al trabajo periodístico y campañas de estigmatización. Además una que está subiendo y que nos tiene preocupados: el acoso judicial y otras formas de acoso a los y las periodistas.

ECOS: ¿En la investigación, qué cifras de agresiones y amenazas se saben que atentan contra el periodismo?

AH: En el 2017 FECOLPER constató 276 vulneraciones y un total de 376 víctimas. Las cifras se siguen incrementando y por eso estamos en alerta, porque no hay garantías para ejercer el periodismo.

ECOS: ¿A quiénes se responsabiliza de esa amenaza contra el periodismo?

AH: Lo inaudito frente a esa estigmatización es que el Estado a través de la Fuerza Pública y junto con los funcionarios y servidores públicos, aparecen como los responsables del 25 % total de esas afectaciones

ECOS: ¿FECOLPER ha realizado acciones que logren contener esas amenazas?

AH: Sí. Desde el 2012 trabajamos en la política pública de libertad de expresión y hemos participado en su formulación. Allí hay una serie de problemáticas que hemos identificado. Hemos intentado luchar contra la impunidad, las amenazas y crímenes de periodistas y por lograr condiciones laborales que puedan permitir un trabajo digno y decente.

ECOS: ¿A través de quién, que entidad estatal?

AH: En esa política pública se ha venido trabajando con el Ministerio del Interior. Lamentablemente el Ministro del Interior nos dijo que no aprobaba el proyecto de decreto, tema que nos cogió de sorpresa porque con esa cartera se trabajó durante más de cinco años y parece ser que hubo una serie de presiones para que el decreto no saliera firmado.

ECOS: ¿El proyecto de decreto al que se refiere, en qué consiste, que fórmulas se establecieron para garantizar el buen ejercicio del periodismo?

AH: Ese proyecto se trabajó con más de 39 organizaciones de la sociedad civil que participamos. Lamentablemente muchas de esas propuestas solo tenían que ver con aspectos de formación que fue uno de los asuntos que más criticamos. Se establecía una mesa de trabajo con el Mintrabajo para revisar las políticas en cuanto a trabajo digno y decente de los periodistas  y los convenios internacionales que ha ratificado Colombia con la OIT.

ECOS: Qué más acciones que contemplaran el ejercicio del periodismo? 

AH: Un plan especial para la investigación de crímenes y amenazas a periodistas. Otro aspecto y que fue posiblemente el  que dio al traste con hacer realidad el decreto, por las presiones: la necesidad de democratizar los medios y la información.

ECOS: ¿Es decir acabar con el monopolio en los medios de comunicación?

AH: Revisar la normatividad actual. Que no se estuviera facilitando el monopolio de los medios, es decir, no era algo radical, sino una cuestión más de revisión.  También se hablaba del tema de la publicidad, especialmente la oficial para identificar criterios en la asignación, sin características, si el periodista o el medio es crítico o afín, entonces lo premio o castigo con los recursos públicos.

ECOS: ¿Cree que se debe insistir en esos aspectos y revivir el borrador proyecto de decreto?

AH: Debemos seguir planteando soluciones porque esa iniciativa es susceptible de mejoras, este esfuerzo no debe botarse a una cesta de la basura. Creemos que fue un trabajo a conciencia de organizaciones, que incluso, nos llama la atención, ahora no están de acuerdo con ese borrador cuando también lo trabajaron y tuvieron la oportunidad de aportar en su construcción.

ECOS: ¿En cuanto a garantías de seguridad en el ejercicio del periodismo, qué nos puede decir?

AH: Hemos trabajado en la política de reparación colectiva a víctimas. Somos la organización que participa en el espacio de protección de la Unidad Nacional de Protección y que se llama Cerrem, es un comité donde se establece que los periodistas en riesgo se les pueda dar un esquema de protección, precisando que nuestra participación es con voz, llevamos la información de los hechos de riesgo, pero quien toma  la decisión en última instancia, es el Estado colombiano.

ECOS: ¿La Federación vela más que todo por la estabilidad, seguridad y desarrollo del periodismo regional?

AH: Somos una organización de base social conformada por periodistas especialmente de la región y en ese sentido con nuestras organizaciones locales, que suman 30 en el país. Incidimos porque estamos más cerca de los autores del conflicto, pero también de los diferentes gobernantes.

ECOS: ¿Con respecto al desarrollo del posconflicto que posición tiene Fecolper?

AH: Somos conscientes que desde que se iniciaron los diálogos con la guerrilla de las Farc, sí se presentó una disminución de afectación. Sin embargo hemos establecido que en el trabajo de investigación de periodistas en las zonas de normalización, se han presentado obstáculos. Hay unos desafíos, en el periodismo debe hacerse seguimiento y veeduría para poder informar qué ha pasado, cómo va la implementación de esos acuerdos, insisto, para poder informar a la ciudadanía.

ECOS: ¿Hay desafíos en ese aspecto?

AH: Básicamente me refiero a que no le corresponde al periodismo instigar a delitos. Es decir, parece inaudito pero algunos periodistas desde sus medios de comunicación también han instigado el tema de los linchamientos contra los candidatos que se reincorporaron a la vida civil. Eso también nos parece riesgoso y hasta irresponsable porque esa no es la función de los medios de comunicación. Frente a los acuerdos de paz creemos que hay unos desafíos, esperamos se pueda hacer un periodismo responsable.

ECOS: ¿Respecto a las noticias falsas en las redes de comunicación qué opinión le merece?

AH: Afortunadamente la Corte Constitucional advirtió a las personas que publican en las redes sociales que también tienen la obligación de contrastar información. Es decir, que ahora esas personas que utilizaban las redes sociales para enlodar el buen nombre para informar asuntos que no eran ciertos, ya tendrán una connotación penal y podrán ser investigados y judicializados por injuria, calumnia y otros delitos similares.

ECOS: ¿Cree que de alguna manera esa sentencia le da claridad y establece responsabilidad en la información en las redes sociales.?

AH: Sí porque aún en medio de esta desprotección del periodismo, cualquier persona puede ejercer y eso no nos permite ni siquiera poder tener una información clara de quiénes somos, quiénes ejercemos, quiénes lo hacen responsablemente, quiénes no; pues en medio de todo eso si es un aliciente de que por lo menos no todo se le eche la culpa al periodismo.

ECOS: ¿Culpaban a algunos medios de la información falsa?

AH: Lo que se pudo evidenciar es que a través de las redes sociales transita información y contenidos que no están siendo verificados. Creo que si es importante que el periodismo sea más juicioso en la revisión de la información. Habíamos visto cómo unos medios de comunicación tuvieron que rectificar noticias porque utilizaban como insumo la información que encontraban en las redes sociales. Ahí también hay todo un reto.

ECOS: ¿En el tema ético también hay retos y ahora más en el proceso electoral?

AH: También. No hay duda que existe un periodismo sensacionalista, amarillista, y lo estamos observando en el proceso electoral actual. Esperamos que haya la posibilidad de que en el gremio se discuta hacia adentro. Que podamos nosotros mismos tener unas políticas de ética y no unas impuestas por un Gobierno que de pronto pueda ser mordaza.

ECOS: ¿Cómo ve al periodismo en medio de la polarización del país?

AH: Difícil. Obviamente entendemos que cada persona tiene su ideología política porque somos periodistas pero al mismo tiempo ciudadanos. Creemos que no es un absurdo pensar en que podemos hacer un ejercicio,  como organización también incluso ha sido un reto cambiar los imaginarios que teníamos. Antes en nuestros informes, la guerrilla de las Farc era uno de los principales violadores de la libertad de prensa y hoy día vemos como por ejemplo fuimos entrevistados por el Canal NC Noticias de ellos. Es ver a hombres y mujeres en otros escenarios, incluso también desde la comunicación y el periodismo.

ECOS: ¿Fecolper que augura por el periodismo regional y en las relaciones con la comunidad?

AH: Trabajar en la región sigue siendo complicado especialmente por las condiciones de seguridad y desprotección. Aunque existe un programa de protección, tiene bastantes deficiencias. No es fácil hacer periodismo escoltado en este país y más cuando las fuentes huyen de personas que tengan protección. Es difícil por la precariedad laboral. En la región se sigue pagando con cupos publicitarios, quiere decir que no hay un salario por los servicios prestados, sino que se hace a través de lo que se pueda vender de publicidad.

ECOS: ¿Menos medios y millones de personas en las redes?

AH: Sí y por eso más periodistas vienen siendo desempleados. Algunos empiezan a realizar proyectos de emprendimiento, especialmente en plataformas digitales, pero sigue siendo un reto el tema del financiamiento de estos medios. Muchos terminan desapareciendo porque no son sostenibles.

ECOS: Ante todo este diagnóstico, ¿Cómo ve el futuro del periodismo en Colombia?

AH: Incierto, los desafíos son grandes, esperamos conseguir estas garantías que se necesitan para trabajar libremente. Tenemos muchos retos, nos debemos una reflexión hacia adentro. No es fácil decir que va a estar de tal manera. La tendencia es que cada vez sea peor informar, las cifras lo dicen, pero tenemos la convicción que hay que negociar y decidir políticamente. No abandonar los diálogos con el Estado ni las mesas de concertación para intentar y mejorar la situación actual.

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