Según el FMI, la región retornará a los niveles previos a la Pandemia en 2023, y el PIB per cápita lo hará en 2025, es decir, más tarde que otras regiones del mundo.

Antes de la llegada del Covid-19, América Latina presentaba una situación compleja: desaceleración generalizada y sincronizada en el ámbito de países y sectores, completando seis años de bajo crecimiento.

Se estimaba una disminución en la demanda interna, acompañada de una baja demanda externa y unos mercados financieros internacionales más frágiles.

La región comenzó a revertir la devastadora situación económica inicial, pero el recrudecimiento de la Pandemia la privó de una recuperación que, según los países, lo hacía a diferentes velocidades.

La fuerte contracción en el segundo trimestre de 2020 fue seguida de una veloz recuperación en el tercero que superó las expectativas en algunas de las economías más grandes, como Brasil, Perú y Argentina. Por sectores de actividad, la manufactura se recuperó más rápido que los servicios.

Las exportaciones netas, por su parte, retornaron a los niveles previos a la crisis, pero el consumo y la inversión estaban por detrás.

En el último trimestre, los indicadores anticipados, como la producción industrial y las ventas minoristas, señalaban que el repunte había continuado, impulsado por un fuerte estímulo fiscal, condiciones financieras internacionales favorables y la resiliencia de los agentes económicos ante la nueva realidad. De manera que el FMI revisó al alza su pronóstico de 2020 para la región, del -8,1% al -7,4%.

No obstante, el informe del FMI ‘Perspectivas económicas de América Latina 2021’, destacará que la recuperación a principios de 2021 se está viendo amenazada por el recrudecimiento de la Pandemia y la reintroducción de medidas de contención más estrictas en algunos países, así como por las repercusiones de la desaceleración de la economía mundial.

Pese a esta situación, el FMI ha elevado su pronóstico de crecimiento para la región al 4,1%, frente al 3,6% de octubre de 2020. Esto se debe a los mejores resultados en 2020 y a las expectativas de que se amplíen las campañas de vacunación, junto con las mejores perspectivas de crecimiento en Estados Unidos.

Teniendo en cuenta estos factores, el FMI ha revisado sus previsiones al alza en Argentina (4,5%), Brasil (3,6%), Chile (5,8%), Colombia (4,6%), Perú (9%) y México (4,3%), aunque las rebajó para el Caribe, del 4% al 2,4%, ya que la reanudación de las actividades de viajes y turismo, que son vitales, están tardando mucho más de lo previsto.

Entre los factores que favorecen la región, se encuentra el aumento de los precios de algunas materias primas. Por ejemplo, el petróleo muestra signos de recuperación.

Respecto a los factores menos favorables, tenemos las reformas estructurales pendientes, como las del mercado laboral, la agraria, la fiscal y el fortalecimiento de la gestión gubernamental.

No obstante, la plena recuperación está aún distante. Según el FMI, la región retornará a los niveles previos a la Pandemia en 2023, y el PIB per cápita lo hará en 2025, es decir, más tarde que otras regiones del mundo.

Bogotá, D. E, 28 de febrero  

Fuente: FMI.

Investigador Jefe: Ramón Casilda. Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos. Universidad de Alcalá.

 

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