La incógnita es si el grupo liderado por Arabia Saudí y Rusia decidirá si prolongar la validez de los recortes pactados o abrir los grifos para compensar las caídas de producción de Venezuela e Irán.

La incógnita es si el grupo liderado por Arabia Saudí y Rusia decidirá si prolongar la validez de los recortes pactados o abrir los grifos para compensar las caídas de producción de Venezuela e Irán. 

Varios ministros de la OPEP y sus aliados se han dado cita en Yeda (Arabia Saudí), para evaluar la evolución del mercado petrolero y el cumplimiento del recorte de producción de crudo vigente este semestre, para preparar la conferencia convocada para fines de junio en Viena. 

Esa alianza de 24 países (14 de la OPEP) se forjó a finales de 2016 para frenar la caída de los precios del crudo, presionados entonces por un exceso de oferta y todos los participantes se comprometieron a reducir sus suministros. Desde entonces no solo mantuvieron limitada la oferta conjunta, sino que en diciembre pasado la profundizaron con un segundo recorte, de 1,2 millones de barriles diarios (mbd), que entró en vigor el pasado 1 de enero y rige en principio hasta el 30 de junio. 

El JMMC fue creado para verificar el grado de cumplimiento de los compromisos y no puede tomar decisiones porque éstas requieren del consenso en las reuniones en las que participan todos los socios de la OPEP. 

No obstante, dada la asistencia de los ministros de los países de más peso, salvo Irán, así como del secretario general de la organización, Mohamed Barkindo, en los mercados se espera que, de esta cita salgan señales que orienten sobre los próximos pasos que darán los productores. 

La incógnita es si el grupo liderado por Arabia Saudí y Rusia decidirá, en la reunión prevista para el 25 de junio en Viena, prolongar la validez de los recortes pactados, o abrir los grifos para compensar las caídas de producción de Venezuela e Irán. En su anterior sesión, el 18 de marzo en Bakú, el JMMC aseguró que el cumplimiento general del recorte “alcanzó casi el 90 % en febrero, lo que es más que el 83 % de enero”. 

Por otro lado, se espera que el severo bloqueo petrolero a Teherán impuesto por el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, y las crecientes tensiones en Oriente Medio, marcarán oficiosamente los debates de los ministros. 

Y si bien la OPEP rechaza adoptar posturas políticas, los analistas aseguran que también pesará el agravamiento de la crisis económica, social y política de Venezuela, que entre otros efectos ha conllevado un dramático desplome de las extracciones de crudo de la empresa estatal PDVSA. 

Los precios del llamado “oro negro” se han visto impulsados en los últimos meses por temores a una eventual escasez, atizados tanto por los citados recortes de producción, como por la creciente falta de barriles de Irán y Venezuela, dos miembros de la OPEP que, junto a Libia, están exentos del pacto vigente. 

La tendencia alcista de los “petroprecios” se ha visto sin embargo parcialmente contrarrestada por la “guerra de aranceles” entre Washington y Pekín debido a que amenaza con frenar el crecimiento de la economía mundial y, por ende, también el de la demanda energética. 

El precio del crudo Brent, la principal referencia internacional, cerró el viernes pasado a 72,21 dólares por barril. 

Viena, 18 de mayo de 2019.

Por Felicia Saturno Hartt. Ecos Economía.

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