Bogotá, D.C, 12 de abril de 2018. Por Luis Fernando García Forero. Foto: Leonardo Vargas.- En esta semana las voces de las víctimas hizo eco en el salón elíptico del capitolio nacional, en cumplimiento de la ley que permite que queda año el Congreso se reúna en pleno para hacer un balance de la aplicación de dicha norma en beneficio de los miles y miles de colombianos que sufrieron el azote de la guerra y que llegó en gran parte a su fin con lo acordado en La Habana.
En esa sesión la Directora de la Unidad Nacional de Atención y Reparación de las Víctimas, Yolanda Pinto, quien sufrió también la violencia atroz porque asesinaron a su esposo el Gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa, presentó un balance de gestión con un mensaje de esperanza para seguir el camino del posconflicto y no claudicar en la nueva Colombia en paz, pero eso sí, que se le cumpla a las víctimas.
Ante el Congreso Yolanda Pinto agradeció al Presidente del Senado Efraín Cepeda y de la Cámara de Representantes, Rodrigo Lara, así como a los parlamentarios que firmaron el proyecto que establece las 16 curules para las víctimas y les dijo que es un voto de confianza del legislativo para el futuro del país.
“Hoy reivindicamos que tenemos derecho a vivir en paz. Lo que más anhelamos los que hemos sufrido injustamente la guerra, es que efectivamente no vuelva a ver víctimas en conflicto. Ninguna persona ha debido ser víctima y nuestro gesto más generoso es sumarnos al clamor de la reconciliación nacional”, aseveró Yolanda Pinto.
Recordó a su esposo cuando decía que “Si los colombianos adoptamos la no violencia como una fórmula de vida, las soluciones sociales vendrán más rápido”. Por ello, Yolanda Pinto, lanzó un S.O.S ante senadores y representantes para que se prorrogue la Ley de Victimas y se dispongan más recursos dentro del Presupuesto General de la Nación para beneficio de las víctimas.
Destacó que es conscientes que la reconciliación requiere de voluntad, pactos políticos, aptitudes y actitudes personales que permitan seguir trabajando por el derecho de las víctimas en el camino de la paz.
ECOS: ¿Una vez más los colombianos escuchamos las voces de las víctimas del conflicto en el Congreso. Aún el Estado está en deuda con ellos?
YP: Es una oportunidad que la ley nos otorga para que en el recinto de la democracia nos escuchen. Llamar la atención sobre lo que hace falta en la política de víctimas, hacer los comentarios y las críticas que son bien recibidas por parte de la Unidad Nacional para las víctimas. Lo cierto es que aún hay mucho por hacer.
ECOS: ¿Parece que no hay conciencia de lo que significan las víctimas en pleno posconflicto?
YP: Es el momento de sensibilizar al país sobre lo que ha sido el conflicto, la crueldad y la dureza de lo que hemos vivido los colombianos representados en esas víctimas que se han pronunciado en muchos escenarios y porque además de cumplir con resarcirlas, es importante destacar que eso que vivimos por la violencia atroz, nunca más se vuelva a repetir.
ECOS: ¿Por fin el Congreso asumió de nuevo la oportunidad de iniciar el trámite del proyecto que le permite 16 curules a las víctimas, iniciativa que fracasó en el pasado y que surge de los acuerdos de paz?
YP: Tengo la certeza que los partidos con asiento en el Congreso y que han respaldado unánimemente la propuesta del Proyecto de Acto Legislativo que se radicó por parte del Presidente, Vicepresidente del Congreso y el grupo de congresistas, será una realidad para las víctimas. Su presencia como legisladores, fortalece el posconflicto y el desarrollo de la institucionalidad colombiana.
ECOS: ¿Cuántas personas se inscribieron y qué estadística tiene de las víctimas del conflicto armado en Colombia?
YP: Las que se han reconocido como víctimas son 8 millones 600 mil, es decir, han presentado declaración oportunamente en los términos en que la ley lo consagra ante el Ministerio Público. De esas 8 millones 60 mil, un poquito menos de 7, casi 7 millones de víctimas, fueron reconocidas por la Unidad Nacional para las víctimas como sujetos de reparación. A ellos estamos dedicando todas las fuerzas y los recursos de la Unidad para adelantar y llevar a cabo la ruta de la reparación integral.
ECOS: ¿Cómo va esa ruta de gestión de reparación integral?
YP: De esos 7 millones, casi 5 millones han sido atendidas en una de las cinco medidas de reparación que establece la Ley 1448. La reparación es mucho más que la indemnización. Para las víctimas es muy importante la indemnización porque es una suma de dinero, pero eso es lo que más cuesta.
ECOS: ¿Cuáles son las medidas de reparación?
YP: La Ley establece cinco medidas de reparación; medidas de satisfacción que hemos adelantado con muchos sujetos de reparación colectiva y víctimas. De rehabilitación emocional, más de 300 mil víctimas han sido atendidas. Tercera, reparación administrativa entregada a casi 800 mil víctimas que ha costado 5.3 millones de pesos, medidas de verdad y de garantías de no repetición donde se han invertido a más de 100 mil víctimas importantes recursos y oportunidades de empleo.
ECOS: ¿Hasta el momento a cuántas personas han indemnizado y a cuánto asciende?
YP: Hasta la fecha se han indemnizado casi 800 mil víctimas y ha significado una inversión cercana a los 5.3 billones de pesos, mientras que en las otras 4 medidas de reparación hemos invertido 4.3 billones de pesos. La indemnización es una suma de dinero significativa que si bien no borra todo el dolor o el sufrimiento, contribuye a que las víctimas recompongan su vida.
ECOS: ¿Cuánto se ha invertido en estos planes de reparación?
YP: El Gobierno del Presidente Santos ha invertido a la fecha cerca de 9.5 billones de pesos en la reparación de las víctimas, pero sumando lo que todas las entidades del Estado que tenemos que ver con el tema, hemos invertido un poco más de 65 billones de pesos.
ECOS: ¿Hay recursos suficientes para cumplir con la ley y seguir respondiéndole a las víctimas desde el punto de vista de indemnización y reparación?
YP: Hay una ley que nos garantiza el derecho. Cualquier Gobierno que llegue tendrá que respetarla y seguir implementándola, cualquier Congreso tiene la obligación de avalar los recursos necesarios para continuar en este proceso de implementación de la ley. Tengo la convicción que el nuevo Gobierno no le va a incumplir a las víctimas del conflicto.
ECOS: Cree que con la participación de las víctimas en el desarrollo de la institucionalidad colombiana, vamos a lograr una verdadera paz?
YP: Estoy segura que somos más de 8 millones 600 mil víctimas que no declararon por distintas circunstancias: por miedo, porque simplemente no quieren reconocerse como víctima. Esa población que somos los que vivimos en carne propia la crueldad de la guerra, somos casi el 20 por ciento de la población colombiana, eso es muy importante. Si logramos que las víctimas recuperen la confianza, vuelvan a creer, sanen sus heridas, perdonen y pasen la página e inicien un proceso de reconciliación y de entendimiento, este país estoy segura que será otro.
ECOS: ¿Aquellas personas que como usted lo acaba de decir, les dio miedo declarar, por temor a que les vaya a pasar algo, principalmente en las regiones, pueden todavía acudir a decir soy víctima del conflicto por esto o por lo otro y se beneficien de la ley?
YP: Desafortunadamente la ley establecía un término. Un término que subsiste para cuando el hecho se ha realizado dos años antes del momento de la declaración, pero el registro se cerró prácticamente el 30 de junio de 2015 y creo que es una decisión que tendrá que valorar y sopesar el próximo Congreso y el próximo Gobierno.
ECOS: ¿Le preocupa la situación que está pasando con la detención del negociador de las Farc Jesús Santrich?
YP: Me preocupa enormemente. Debemos defender el derecho que tenemos a vivir en paz, a ponerle fin al conflicto con las Farc, y con el ELN ojalá muy pronto. Eso nos está despejando el camino a una nueva Colombia.
ECOS: ¿Por ese hecho cree que hubo incumplimiento de los acuerdos por parte de las Farc?
YP: Tenemos que cumplir los acuerdos que hemos firmado y exigirle a la otra parte que los cumpla. Espero que la detención de Santrich se aclare y el acuerdo, resultado de un proceso, no sufra ningún revés.
