Desde que Amazon reveló su programa para el envío de paquetes a través de Drones, la Policía del Reino Unido obtuvo luz verde para emplearlos como sistemas de vigilancia y los fotógrafos más osados los utilizan para lograr imágenes de la mejor resolución, los Drones están asumiendo la vanguardia de las tecnologías más ventajosas.

Desde 2014, estas herramientas voladoras figuran en el primer lugar de la lista que el  MIT presenta como las tecnologías revolucionarias que resuelven problemas difíciles o crean nuevas formas de usar tecnología.

Pero es interesante saber que, también, han conquistado a un sector caracterizado por su posición conservadora en referencia a la tecnología informático- robótica: La Agricultura. E incluso algunos analistas aseveran que, en el sector agrícola, esta tecnología tiene un futuro asegurado.

Y es que los Drones ofrecen múltiples posibilidades: Pueden sobrevolar los campos de una forma rápida y captar información diversa gracias a sus sensores, lo cual permite que aquellos que gestionan los cultivos tengan a su disposición una herramienta para controlar e incrementar la productividad.

Un solo dron puede monitorizar cientos de hectáreas de forma precisa, evaluando las condiciones del terreno, con el fin de recoger información sobre la hidratación, la temperatura o el ritmo de crecimiento de los cultivos. Una de las funciones más importantes que se atribuyen a estos dispositivos es la localización prematura de enfermedades. De esta forma se pueden evitar plagas que arruinen parte de la cosecha.

Toda la información del dron proporciona un ahorro de costos significativo para los agricultores. Evitar las plagas también contribuye a reducir la cantidad de productos agroquímicos que se emplean en los cultivos. No solo las cosechas crecen de forma menos artificial, sino que no es necesario invertir en tantos herbicidas y pesticidas. Cuando haya que utilizarlos, los propios drones los pueden dispersar al igual que los fertilizantes, adicionalmente. 

Los dispositivos pueden controlar cómo funciona el riego y también sirven de improvisados espantapájaros, al mantener alejadas a las aves. Son capaces de enviar fotografías e incluso vídeo en tiempo real a un centro donde se observe el estado de los cultivos.

Este tipo de operaciones ya se han puesto en práctica en algunos lugares. Uno de los países más avanzados en este sentido es Japón. Un 40% de los arrozales japoneses cuentan con un dron sobrevolándolos.

Sería crear una Big Data Agrícola, en términos de precisión y manejo de la información estratégica que afecta al sector y puede significar manejar y controlar sus debilidades y amenazas.

Los drones pueden aportar tres tipos de imágenes a los agricultores: Primero, ver un cultivo desde el aire puede revelar patrones que exponen desde problemas de irrigación hasta variación de suelo e infestación de pestes y hongos, que no son visibles a simple vista. Segundo, las cámaras aéreas pueden tomar imágenes multi-espectrales, que pueden captar todo el espectro visual y luego combinarse para crear una visión del cultivo, que destaca diferencias entre plantas sanas y enfermas en una forma que no se puede ver a simple vista. Finalmente, un dron puede vigilar un cultivo todas las semanas, todos los días y hasta cada hora. Si se las combina para crear una animación, esas imágenes pueden revelar lugares problemáticos u oportunidades para manejar mejor el cultivo.

En otras palabras, es posible tener una panorama de monitoreo y control utilísimo hasta para desarrollar una estrategia global, no sólo asociada a la productividad agrícola, sino a la prevención de las afectaciones estacionales, el tratamiento de los cambios climáticos y posibles plagas y enfermedades transfronterizas, que han aumentado drásticamente en los últimos años.

Sería interesante ver drones monitoreando el café, los plátanos, el aguacate y las esplendidas flores colombianas, como política agrícola en un futuro cercano.

Maracay, 28 de junio de 2018.

Por Felicia Saturno Hartt.

Foto: defrentealcampo.com.ar

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