Por Felicia Saturno Hartt. Foto: ONU. Los equipos interdisciplinarios de ONU vuelven a dar una alerta con implicaciones globales y humanitarias. Unos 815 millones de personas en el mundo sufren hambre, lo que representa el 11% de la población del planeta y la cifra más alta en la última década, informaron cinco agencias especializadas de este organismo global.

La ONU reveló su informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición mundial, en el que se resalta que factores como la proliferación de conflictos violentos y el cambio climático intensificaron el hambre durante 2016.

"Es evidente que la tendencia observada en los últimos diez años no sólo es que ha crecido el número de conflictos, sino que además son conflictos que se han tornado más complejos y difíciles de resolver, entonces estamos viendo que la mayoría de las personas que sufren de hambre y desnutrición precisamente viven en países que están experimentando conflictos", declaró Marco Sánchez Cantillo, Director Adjunto de la División de Economía del Desarrollo Agrícola de la FAO.

El estudio, realizado por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), revela que múltiples formas de malnutrición amenazan la salud de millones de personas a nivel mundial.

El número de personas con desnutrición crónica ha subido respecto a los 777 millones que había en 2015, aunque se mantiene por debajo de los 900 millones del año 2000, según el nuevo estudio realizado por varias agencias de Naciones Unidas sobre el estado de la seguridad alimentaria en el mundo presentado en Roma.

La ONU destacó que estas estimaciones podrían reflejar un cambio de tendencia en la evolución del hambre, que se ha ido reduciendo de forma constante durante más de una década y que en 2016 empeoró particularmente en África subsahariana (con el mayor porcentaje de personas desnutridas, el 22,7 % de su población), el Sudeste Asiático y Asia occidental.

Se calcula que en 2016 casi 520 millones de personas padecían hambre en Asia, unos 243 millones en África y 42,5 millones en América Latina y el Caribe, donde hay signos de que la situación está deteriorándose.

Unos 155 millones de niños menores de cinco años tienen retraso en el crecimiento mientras que 52 millones están por debajo del peso recomendado para una buena salud. Enfermedades como la anemia entre las mujeres y la obesidad adulta son también motivo de preocupación, según el reporte.

El informe es la primera evaluación global de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición que se publica tras la adopción de la Agenda 2030.

"No se va eliminar el hambre en el año 2030, si no se atienden todos los factores que afectan a la seguridad alimentaria. El reporte enfatiza la necesidad de esfuerzos renovados y de nuevas formas de trabajar, entonces será fundamental que haya un compromiso político, pero eso no será suficiente por sí solo. Los países van a tener que convertir sus promesas en acciones concretas", agregó Sánchez Cantillo.

Otro aspecto gravísimo del informe advierte de la coexistencia entre las distintas formas de malnutrición, con países que experimentan a la vez altas tasas de desnutrición infantil, anemia en mujeres y obesidad en adultos, esto último al alza en todas las regiones.

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