Por Luis Fernando García Forero.- Al posesionarse como nuevo Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo Flórez fue certero en señalar, ante los medios de comunicación, que su mayor reto es la lucha contra la corrupción: “es la peor amenaza a la democracia, porque deslegitima al Estado, genera desigualdad, encarece las cosas y exacerba los males que pueda tener la Democracia”.

 

Aunque Carrillo Flórez sostuvo que no le gusta trabajar con el espejo retrovisor, es claro en destacar que el Ministerio Público necesita una modernización urgente, para que cumpla con sus funciones constitucionales y defienda los intereses de todos los colombianos, pero soltó una frase que aporta al tema de moda en Colombia y el mundo: “ser pillo no paga”.

 

En entrevista con la Revista Semana fue enfático en señalar que “debe haber más Procuraduría que Procurador” y agregó que lo que ha faltado es “estrategia contra la corrupción, han faltado gerencia pública y resultados. Hay mucha retórica y denuncias, pero los colombianos quieren resultados”.

 

El nuevo jefe del Ministerio Público que obtuvo una votación por unanimidad para ser elegido Procurador, una historia sin precedentes en el Senado, aseveró que se deben fortalecer las Procuradurías Regionales para que conjuntamente con la Defensoría del Pueblo, se vele por el cumplimiento de lo pactado en el proceso de La Habana. Tema que no es indiferente en su vida pública, pues cuando fue Ministro del Interior, en plenas negociaciones con las Farc, no dudó en manifestar que la Paz comienza en las regiones de Colombia.

 

“Resaltó que "es claro que tenemos que abrir la Procuraduría para todos, y eso empieza por quitar las vallas que desde hace años impiden la entrada a la sede en Bogotá. Esa es una de las primeras cosas que haré”, y lo hizo, lo que demuestra que tiene muchas cosas contrarias a las decisiones de su antecesor.

 

Carrillo Flórez no descarta una reforma al nuevo Código General Disciplinario por considerar que adopta una reducción muy grande de las sanciones y efectos “muy perjudiciales en varios casos emblemáticos. Tenemos esa preocupación y vamos a presentar unas alternativas de solución, por supuesto, en un diálogo con los poderes públicos, especialmente con el gobierno, con el Congreso, a ver qué se podría hacer y cuáles son los efectos”, sostuvo.

 

Como uno de los grandes forjadores de la actual Constitución, toda vez que impulsó la séptima papeleta que dio origen a la constituyente del 91, Fernando Carrillo Flórez, será un acérrimo defensor de los avances instaurados en la carta Magna, sobre todo en materia social y en la defensa de los derechos fundamentales.  

 

El reto organizacional será decisivo para garantizar la existencia futura de esta institución ciudadana, hoy muy criticada. Aun cuando es estimada como indispensable para la nación, por la vigilancia de la labor gubernamental, la promoción de los derechos humanos y la defensa del interés público y las garantías fundamentales, expertos consideran que muchas de sus funciones coinciden con las labores de otros entes, cuya labor es más operativa y reconocida.

 

Este es un desafío de Carrillo, que no sólo es un problema meramente organizacional, sino de pertenencia como órgano público que, como muchas otras organizaciones del estado, está politizada.

 

De hecho, uno de los entes a ser evaluados por una posible constituyente es la Procuraduría, como se concibe, hoy en día, en el concierto del estado colombiano. La inercia institucional que la ha caracterizado, en los últimos años, reclama su rol en el control de la corrupción, los problemas asociados al Proceso de Paz y la concreción de las exigencias del Postconflicto.

 

El Procurador Carrillo tiene el desafío de trazar una ruta institucional, independiente y cercana a la diversa realidad regional colombiana. Ese es su verdadero reto en el camino a la verdadera y duradera paz que tanto anhela el pueblo colombiano.

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