Uno de los mayores problemas actuales sigue siendo el acceso a la información. Aun cuando el internet ya es de uso popular, existe un uso en crescendo de los teléfonos inteligentes y se ha reducido la brecha del analfabetismo digital, es aún un importante desafío.

Uno de los mayores problemas actuales sigue siendo el acceso a la información. Aun cuando el internet ya es de uso popular, existe un uso en crescendo de los teléfonos inteligentes y se ha reducido la brecha del analfabetismo digital, es aún un importante desafío.

El aprendizaje profesional requiere de acervos y recursos informativos de mayor disponibilidad y cantidad. Más aún con los altos costos de acceso a internet, las fallas eléctricas y el costo de las ediciones de autores reconocidos por especialidad.

En este sentido, digitalizar una biblioteca es más barato que inyectar nuevas colecciones. Incluso si esas colecciones están en un terminal de computadora.

Y el problema de los derechos de autor y de propiedad intelectual también tiene una respuesta. Existe desde 2005 el Registro de los Derechos del Libro, que representa los intereses de los autores intelectuales y donde los usuarios institucionales como bibliotecas, universidades, colegios universitarios y demás organizaciones de estudio y de investigación puedan adquirir las licencias de acceso público y se podrán disfrutar, asimismo, las obras de dominio público que sus autores han abierto para el disfrute de todos.

En este sentido, Google dio, desde 2008, un paso significativo, no sólo por generar una plataforma informativa sobre los recursos bibliográficos existentes, sino para digitalizar obras enteras, que pueden ser descargadas, leídas en línea e impresas sin costo alguno.

Digitalizar colecciones, con el debido respeto a los dominios de uso público y restringido por la propiedad intelectual bajo licencia de uso, es democratizar el acceso a la información y asegurar el uso de un patrimonio que enriquecerá no sólo a los centros de información, sino a las instituciones formativas.

El internet ha generado una apertura no sólo paradigmática, sino societal. Se requiere seguir profundizando, lograr un flujo continuo de información, que preserve y renueve el conocimiento temático.

Hacer accesible, en cualquier lugar del planeta la información de los acervos, en todas las especialidades, tejerá una red de conexiones poderosas que favorecerá el intercambio entre escritores, investigadores, especialistas y estudiantes.

Asimismo, generará una comunidad global de conocimientos, que podrá esperar de mejores inversiones y donaciones para su sustento y de posibles alianzas.

Indudablemente el poder y el control tratarán de cuidar su visión hegemónica del conocimiento y el acceso a la información, pero el poder de viralización de un escrito en la era de la información será decisivo para que esto no suceda.

Maracay, 5 de abril de 2019.-

Por Felicia Saturno Hartt.

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