Bogotá, D.C. 21 de mayo de 2018. Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Ciudadanos Digitales.-  No se sabe si es por olvido o por criterios prehistóricos, la necesidad de lograr la integración de los ciudadanos a la posibilidad democratizadora del uso de internet y de las tecnologías de información (TIC), pero lo cierto es que ha pasado por debajo de la mesa en las Agendas de los Presidenciables.

Es indudable que muchos políticos, sobre todo los populistas, tanto de derecha como de izquierda, y de otras tendencias retrogradas, teman al poder de los medios y de las redes sociales, donde el ciudadano de a pié ha encontrado una voz contundente, no sólo contra la ineficacia gubernamental, sino para el reclamo de sus más elementales derechos.

Cuestión esta que justificaría la omisión de tan importante tema político, en término de empoderamiento social, pero demostraría la escasa visión del poder de una ciudadanía digitalmente alfabeta.

“Las tecnologías digitales están presentes en todas las esferas de la vida, y configuran de manera sustancial el modo en que vivimos, trabajamos, aprendemos y socializamos”, afirmó Irina Bokova, Ex Directora General de la UNESCO. Ciertamente forman ya parte de la vida cotidiana y son herramientas poderosas en muchos órdenes sociales.

Un ciudadano que es alfabetizado digitalmente es un sujeto social que ha sido integrado e incluido en un universo de posibilidades de aprendizaje, trabajo e interacción.

Con los adultos mayores, que pueden ser monitoreados en términos de su salud y su inclusión y con los estudiantes de regiones apartadas, que pueden acceder en línea a procesos pedagógicos, se logra reducir, entre otros grupos sociales, la brecha digital y garantizar el acceso a bienes, servicios, posibilidades de mejor calidad de vida y de protección.

Sin dejar de tener presente que los derechos digitales son también derechos humanos fundamentales, que deben ser promovidos por los gobiernos y administraciones públicas, en beneficio de los ciudadanos, es una opción de cercanía entre gobernantes y gobernados, que no sólo legitimaria los proyectos, sino retroalimentaría las gestiones.

Los derechos digitales son los derechos civiles en la super autopista de la información, en el mundo digital. Por ello no deben ser excluidos de la Agenda Política de los Presidenciables.

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