Presentamos a nuestros lectores en el país y el exterior, la historia de Julio Horacio Vela Vela en la pluma de su hija María Carolina Vela Coral, que reseña detalles de cómo se edificó la unión familiar, su aporte al crecimiento de la región desde la ciudad de Ipiales y su legado de generación en generación.

En tiempos de globalización y de las redes sociales establecer en la agenda pública la historia de familias a través de las nuevas generaciones, se eleva como un rescate de  valores, costumbres, tradiciones colombianas y un legado a hijos y nietos.

Presentamos a nuestros lectores en el país y el exterior, la historia de Julio Horacio Vela Vela en la pluma de su hija María Carolina Vela Coral, que reseña detalles de cómo se edificó la unión familiar, su aporte al crecimiento de la región desde la ciudad de Ipiales y su legado de generación en generación.

Por solicitud de mis hermanos  María Claudia y Jesús Gabriel Vela Coral, tengo el inmenso placer de escribir la biografía de mi padre. 

Nació septiembre 20 de 1933 

Murió, mayo 5 de 1975 

Julio Horacio Vela un hombre de familia, que construyó un hogar junto a Fanny Coral Valencia, bajo la bendición de Dios. Un visionario que trabajó desde la ciudad de Ipiales. Dejó un legado en el departamento de Nariño que permanece en el tiempo. 

“Con el amor de hija. Un abrazo y un beso papá”. Espero que la biografía de mi padre, sea del agrado y de la satisfacción de mis hermanos y mi madre.

San Juan de Pasto 13 de marzo 2019. 

Hola papito, ¿Cómo estás?, ¿Cómo es vivir en casa del señor?, Hace 44 años que ya no estas con nosotros físicamente, pero sí, en nuestros corazones. El de tu esposa e hijos. 

En este relato tú eres el protagonista y nosotros tus más fieles espectadores. Una manera de decirte gracias por lo que representas en nuestras vidas. Cada uno de tus hijos, a nuestra manera llevamos algo de ti. En cada paso, en cada palabra, en cada acción, en cada despertar. En el amor que sentimos por la ciudad que nos vio nacer: Ipiales. La ciudad de “Las nubes verdes”. 

Cada letra, cada palabra que compone este documento histórico familiar, fue construido para que con el paso del tiempo tus valores espirituales, morales y tú legado permanezcan por siempre, de generación en generación. Solo pronunciar tu nombre y mirar las fotografías me llena el corazón de alegría. Mi mirada tiene otro brillo. También la de mis hermanos. ¿Y qué decir de mamá? Una mujer que enfrento tú partida con la fuerza de la fe. Con la templanza y las virtudes de su personalidad. Una mujer que te recuerda en cada canción. En el trinar de una guitarra. En la oración a Dios y a la Virgen de Fátima. 

Mi madre tuvo la capacidad de reinventarse, para asumir el rol de papá y mamá. De hacer del dialogo en casa, una fuente de inspiración y sabiduría. 

Confieso que ella, la mujer que amaste, con la que formaste un hogar; Es mi héroe, porque junto a ti, nos regalaron la vida. 

Ahora con el poder de la pluma, te invito a que leas estas líneas desde donde te encuentres. 

Llegando a la vida 

Fue el fruto del amor de su Padre, Julio Cesar Vela Vela y Elenita Vela Vallejo, el penúltimo de 10 hermanos. Su padre fue un destacado hombre de empresas y de negocios. Su madre una dama y matrona dedicada a su hogar, poseedora de muchas virtudes. 

Su niñez fue privilegiada porque creció en el seno de una familia muy unida, donde prevalecían los valores y los principios de una época muy ajustada a la religión católica, donde la espiritualidad y el temor a Dios eran los principales objetivos. 

Su infancia se desarrolló junto a su padre, su madre, sus hermanos y parientes, que fueron muchos. Solían ir de vacaciones a las haciendas de su padre Chautalá, Peñaflor, Guacales, El salado, San Rafael. Su hermana Olga María, colaboro a la crianza de mi padre, porque los hermanos mayores protegían a los pequeños; en un caballo pony lo alzaba y le decía: Julito: “sujétate de las riendas del caballo y no te sueltes”. Ahí, en medio de la naturaleza, el olor a la hierba fresca, las hojas de eucalipto, el aroma que emanan los árboles de pino y las vueltas  en su pony, fue creciendo y pasaron los días y los años. 

Hay una fotografía emblemática de familia, donde aparecen mis abuelitos con sus diez hijos, ahí está mi padre paradito en una silla. 

Su padre, mi abuelito; fue muy especial, en uno de sus viajes que hizo a New York, la ciudad donde había fijado su permanencia,  al lado Oeste en Rochester; le trajo “El Mecano”, un juguete que hasta ahora lo conservamos, e incluso yo, observe una réplica del mismo en el Museo de las Muñecas en Edimburgo; “son partecitas de hierro de color rojo y verde que se unen mediante tornillos, tuercas y arandelas; se pueden armar puentes, casas, edificios”. 

También, disfrutaba de momentos de esparcimiento cuando los domingos, desde una finca de placer “Peñaflor” con su familia bajaban a caballo al “Santuario de las Lajas” a escuchar misa. Vivió entre dos ciudades Pasto e Ipiales debido a que su padre había establecido residencia en las dos. 

Hizo la Primera Comunión en Pasto, junio 21 de 1942, su tía Laura Vallejo le regala un libro    “El niño en la Santa Misa” y le coloca la siguiente dedicatoria: 

“Querido Julito: Que en este día tan grande de tu preciosa vida; no te olvides de tu tía que desea verte feliz”. 

Laura Vallejo. 

Estudio en el Colegio San francisco Javier, y término el bachillerato en 1952. Era muy hábil con los números, un excelente matemático y en Bogotá decide estudiar Economía y Finanzas. Egresa de la Universidad Libre der Colombia en 1960. 

Lo fueron a visitar a Bogotá su madre, sus hermanas y en muchas ocasiones lo rodio su hermano Aníbal Benito. Aparecen en fotografías en Bogotá, mi padre y mi tío Aníbal y sus amigos en trajes muy elegantes con corbatas y gabardinas por lo que se puede apreciar la gente bestia de negro, azul oscuro y gris. 

Mi padre, hizo buenas amistades entre las que se encuentra su mejor amigo el reconocido actor de televisión Luis Fernando Orozco, el personaje con el que más lo recuerdan los colombianos es con “EL CURA GALLE” sus hijas son también actrices como su padre: Ana María Orozco, quien interpreto la  novela que proyecto Colombia a nivel mundial “BETTY LA FEA” y Verónica Orozco, que hoy protagoniza la novela “La Gloria del Lucho” en el Canal Caracol.

Fue la cultura, vestida de arte que los unió. Que los hizo amigos. Compartían un café, pero también por largas horas hablaban de cultura. De su visión del arte. Una época que los marcó, que se convirtió en una especie de “semilla” para los años que estaban por venir. Luis Fernando Orozco en Bogotá y recorriendo Colombia con su Café Concierto y mi padre en la ciudad de Ipiales viajando por el imponente y majestuoso departamento de Nariño; cargado de historia, patrimonio, cultura y naturaleza. 

Fue en Bogotá, donde echa de menos su ciudad natal, su casa que lo vio nacer, la región donde tenía sus propiedades, así que regresa y se dedica de lleno a sus obligaciones. Era dueño del teatro “Teatro Vela”, donde se observaron  películas en blanco y negro de los años 50. 

Por el número de fotografías que guardo como recuerdo de mi padre, puedo evidenciar que era un hombre de amistades, de paseos a caballo, donde aparecen en diferentes escenarios, diferentes fincas, varias casas de hacienda, los caballos ataviados con lindas monturas, vestidos con chaquetas, ruanas largas a rayas, siempre saludan a la cámara con los sombreros hacia arriba. 

Me parece interesante recrear el tiempo  y los flagelos que perturbaban la paz en el país. La conciencia política del pueblo y el marco histórico en el que se desarrolla esta pequeña narración es la época de la violencia en Colombia, es como se denomina a un periodo histórico entre 1948 y 1960, caracterizado por violencia bipartidista una lucha entre conservadores y liberales. Desencadenada por el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948; dando lugar a una serie de desórdenes en la capital, conocidos como el Bogotazo. 

En el año de 1957, el partido liberal y el partido conservador, formaron una coalición llamada Frente Nacional para poner fin a la violencia. Mediante este acuerdo los dos partidos acordaban apoyar a un único candidato presidencial y se dividían todos los cargos oficiales por igual. Pero la época de la violencia no azoto a nuestro departamento, estuvimos siempre al margen. 

Mi padre era una persona íntegra, fue dedicado, muy sociable, alegre y divertido gozaba plenamente de las pequeñas cosas, además era bien parecido, guapo parecía un nazareno. Disfrutaba de paseos en las piscinas olímpicas, tal vez esto fue en Bogotá, en los ríos, en los termales, le fascinaba nadar. Aparece también esquiando  posiblemente es en el mar Atlántico en Coveñas esto demuestra; que es una persona activa, que intento comprometerse con pasatiempos saludables. 

Julio Horacio, mi padre, era muy amigo de mi tío Alfredo Coral Valencia, en una ocasión fue a buscarlo a la casa, mi madre abre la puerta y mi padre le pregunta? acerca de mi tío; mi madre lo llama y mi papá al verla,  queda maravillado. Ella salió con una pañoleta recogiendo su cabello largo. Mi madre y mi tío, pese a ser hermanos, tenían dos tipos muy diferentes físicamente: mi tío Alfredo rubio de ojos azules, muy parecido a mi abuelito Rafael, mi madre una trigueña muy sexy y atractiva. 

Duraron un tiempo de novios,  Fanny Coral Valencia y Julio Horacio Vela, contrajeron matrimonio el 13 julio de 1963, se fueron a pasar luna de miel a Ecuador. Pasaron fascinados en el viaje todo fue alegría, dicha y felicidad.  Una experiencia agradable que les sucedió fue cuando al llegar a Ambato, mi padre va a visitar a sus primos, de los cuales no había tenido noticias, desde hace muchísimo tiempo y cuando se vieron estuvieron encantados de compartir de abrasarse y de charlar sobre tantos momentos perdidos. El que hace una nueva conexión sobre estos primos es mi hermano Julio Andrés, por coincidencias de la vida, se los presentaron en Ambato, ellos se acordaban de mi mamá, cuando la fue a presentar mi padre. Esta ciudad es interesante ya que cuando era niña, escuchaba a mis abuelitas decir: Que Ambato, es la cuna y la tierra de los tres Juanes: Juan León Mera, Juan Benigno Vela y Juan Montalvo, los tres hombres de letras, escritores famosos de Ecuador. Juan Montalvo estuvo en Ipiales, desterrado, en exilio durante algún tiempo; la primera vez en 1869, la segunda vez de 1871 hasta 1879 y la tercera vez en 1881.  Su pensamiento Liberal, estaba fuertemente marcado por el anticlericalismo y la oposición. 

Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla. Fue ensayista y novelista. Sé por historiadores; que fueron muy amigos de mis antepasados, el Coronel José Francisco Vela Coral le regalo una pluma de oro, compartieron largas tertulias y cuando él, se fue a vivir a Paris, mantuvieron la amistad por medio de cartas y les enviaba regalos a Ipiales. 

Mis padres; prosiguen su viaje y llegan a Riobamba. En esta ciudad, también visitan a otros primos, luego pasan a Guayaquil, Salinas y siguen hacia el sur. 

De regreso, llegan a Chautalá, es una finca tan querida por nosotros , es llena de hermosos recuerdos y las estadías allí, se nos hacen tan cortas. 

Se establecen en la casa de mis abuelitos maternos en Ipiales,  vivieron durante un tiempo  juntos, pero la familia materna se va a vivir a Bogotá. 

La vida sigue y mi padre junto a mi madre forman un hogar muy lindo a los 2 años de casados llega mi hermano Julio Andrés; mi padre en ese momento estaba lleno de júbilo, gozo y alegría, tan indescriptible que sale a gritar a la calle que había sido papá, “soy papá, soy papá” y la gente le coloca de sobrenombre “papá Julio”. Luego viene una niña que soy yo, María Carolina, al año, otra linda niña que es María Claudia y después de algunos años mi hermano Jesús Gabriel Vela Coral.

Un episodio importante para mis padres, es cuando la Mamita Elena, los invita a almorzar y a compartir una tarde placentera,  se reúnen todas las abuelitas, las 6 hermanas, a las que yo, conocí fue a María Angelina y a Josefina; ellas les comentan que estaban muy contentas con el nuevo matrimonio porque “Los Vela Coral” Se volvían a repetir después de cuatro generaciones y eran las mismas familias: bisabuelos, abuelos, padres y nietos. Que había sido una familia de santos, bondadosos, generosos, honestos y guerreros. Fue aquí; en este momento, cuando empiezan a relatar algunas historias sobre ellos: 

Julio Vela Coral, en la vida civil, hermano Luis Gonzaga, nombre religioso de Los Hermanos de las Escuelas Cristianas de LA SALLE y PACIFICO CORAL, es el nombre de su madre y el seudónimo que utiliza para la mayor parte de sus escritos y publicaciones. Su madre Pacifica Del Coral y Herrera inculca en su alma dócil los principios del temor a Dios, el amor a las letras y la grandeza de su alma y de su padre Ramón Vela y Toro le enseño a PERDONAR, le hablo sobre la honradez, la rectitud, la justicia y el amor al trabajo y a la constancia en todas las tareas a realizar. Su padre había dispuesto que estudie medicina, esa era la carrera que había elegido para su querido hijo, el hermano Luis Gonzaga, ya sabía sobre las intenciones de su padre. Se escapa y huye con- un libro de oraciones- a Quito, cuando llega, le escribe una carta pidiéndole mil perdones y despidiéndose para siempre. Vivió 20 años en el Ecuador, donde ejerció el magisterio como profesor y director de varias comunidades, siendo la estancia más productiva el convento de Riobamba. En 1895 viaja a Francia, donde realizo el segundo noviciado, una vez concluido, sus superiores lo restituyen a Colombia es nombrado Director de la Nueva Normal “La Salle” en Santa fe de Bogotá. Se destacó como pedagogo formo en sus aulas numerosos personajes de la Literatura Colombiana, líderes políticos y numerosos literatos destacados entre ellos José Asunción Silva y José Eustaquio Rivera. Sus obras brillan en la Literatura Colombiana: En la fotografía Julio Vela Coral está en el centro.

Sus más reconocidas obras literarias son las siguientes: Recuerdos del Noviciado, Elementos de Literatura, Retazos, “Fe, Esperanza y Caridad”, El Tequendama, El trabajo. 

Por sus numerosos escritos sobre historia, es nombrado como miembro honorifico de la Academia de Historia de Colombia en octubre de 1912. Murió en la ciudad de Bogotá en junio de 1916. 

Las abuelitas comentaban que otro personaje destacado de la familia fue: 

José Francisco Vela Coral el Coronel, mi bisabuelo destacado por su heroísmo, su valentía, fue un estratega militar inigualable, haciendo parte de una fuerza militar inferior a la Ecuatoriana, supo hostilizar al enemigo hasta que llegaran las tropas regulares comandadas por el General Tomás Cipriano de Mosquera, en ese entonces Presidente de Estado Soberano del Cauca quien, derrotó a Juan José Flores Presidente del Ecuador en la batalla de Cuaspud el 5 de diciembre de 1863, definiéndose los límites fronterizos en forma definitiva mediante el tratado de paz de Pinsaquï. 

José Francisco Vela Coral, ocupa los siguientes cargos: 

En agosto de 1876 es nombrado Cónsul de Colombia en Ecuador, por el Dr Venancio Rueda. Jefe de la Legislación de los Estados Unidos de Colombia. 

El 19 de marzo de 1878 fue nombrado Administrador Municipal de Hacienda, cargo para el cual fue reelegido posteriormente. 

En abril de 1881 fue elegido diputado, primer suplente para el periodo 1881- 1883, por el circuito electoral de Obando, a la legislatura del Estado. 

EL 11 de abril de 1883, es electo como diputado principal por el circuito electoral de Obando. 

EL 20 de diciembre de1885, el Presidente del Estado Soberano del Cauca, por su arrojo y valentía le confiere el ascenso de Teniente Coronel efectivo a “Coronel Graduado de las Milicias del Cauca”. 

El 26 de Julio de 1886, el Presidente de Colombia, le escribe una nota personal con motivo de la designación como Jefe Municipal de Obando. Dice así: 

“Satisfactorio es para mí, como le manifesté en mi carta anterior que se hubiere encargado de la jefatura de ese importante municipio, en el que Usted, puede hacer grandes cosas por ser vecino, por tener intereses y sobre todo porque siendo verdadero patriota, hombre honrado y de honor debe contribuir con su contingente y con su influencia a darle tranquilidad y bienestar a esa colectividad. La paz se acentúa diariamente, en la República y se espera con entusiasmo por la mayor parte de las poblaciones, La constitución, que juzgo estará sancionada a la fecha. 

Siendo presidente nuevamente Rafael Núñez, sobrevino la revolución de 1885, hecha por los liberales radicales contra los liberales independientes. El huracán bélico azota nuevamente el suelo patrio y en el ojo del mismo encontramos al Coronel Vela en el sur del país. 

El 9 de febrero de 1885, doscientos liberales radicales atacaron la fuerza del gobierno comandada por el coronel José Francisco Vela Coral, quien contaba con 17 hombres muy bien armados, el combate duro hasta las 9 de la mañana. Finalmente, los rebeldes fueron sometidos por los refuerzos que llegaron desde Pasto, donde las fuerzas de gobierno se habían reorganizado. 

Informe del Gobierno del Estado Soberano del Cauca, fechado el 11 de marzo de 1885 dice: 

“Cumplo con un deber de estricta justicia el hacer honorifica mención al Coronel Francisco Vela Coral, que sólo con 17 de sus hombres sostuvo con valor el Cuartel que fue atacado por 200 radicales, quien se distinguió como un hombre valiente en aquella jornada.” 

No obstante, la tradición escuchada por mis antepasados lo recordaba como un hombre de fuerte carácter, de una gran generosidad y con una enorme capacidad de trabajo; en mi archivo personal se encuentran muchas comunicaciones de particulares y entidades en solicitud de auspicio, de ayuda económica para construir puentes, caminos, acueductos, prestando ayuda a estas necesidades con importantes sumas de dinero para las causas de la patria. 

Un suceso familiar de gran trascendencia histórica es cuando el Coronel José Francisco Vela Coral asume la responsabilidad de conservar la “Capilla de la Escala” como tutor y albacea de su hermana menor la distinguida María Dolores Vela Coral, era una niña de 10 añitos; quien había heredado de su madre Celia Del Coral y Rivadeneira una capilla llamada de” La Escala”. Así, que el coronel filántropo y muy piadoso la restauro y construyo un cementerio para que se enterraran los miembros de la familia Vela y al mismo tiempo  para que sirviera en los servicios religiosos a los padres del “Oratorio”. El 5 de abril de 1890, seinaugura la apertura de la Capilla de la Escala, con una solemne celebración, siendo su mayor atractivo y motivo de fe cristiana la escultura de la Virgen de la Escala y los santos a su alrededor. El coronel José Francisco Vela Coral quería mucho a su hermano Julio Vela Coral, el hermano Luis Gonzaga en la vida religiosa, con el que viajaba desde Quito a pasar vacaciones en su casa de Ipiales, organizaba grades comidas con su familia y al hermano Luis Gonzaga no le reservaba un puesto importante, sino que lo colocaba en un altar. 

En el año de 1922, corresponde a la Capilla ser el escenario de un acontecimiento

Histórico de gran relevancia. El libertador Simón Bolívar, después de lograr con éxito en la batalla de Bomboná, donde la intrepidez y la valentía se puso a prueba el 7 de marzo de 1822. Llego a Ipiales en junio del mismo año, donde lo recibieron con entusiasmó y le brindaron diversos agasajos. Josefina Obando vestida de Ninfa, sobre el atrio de la “Capilla de la Escala”  pronunció el discurso de bienvenida al Libertador.

Esta capilla de la Escala, fue el primer sitio espiritualidad donde los habitantes de Ipiales, se arrodillaron ante el Señor. 

El Doctor Arsenio Vela Coral, es el fundador del primer periódico en Ipiales y es considerado como el órgano literario de la” Sociedad Filomática” llamado “La infancia”. Hay una crónica que él la relata en una prosa muy bonita; donde habla sobre unas ninfas que reciben a los héroes y les colocan coronas de laureles, pero básicamente se trata de lo siguiente: El Coronel Francisco Vela Coral, tuvo que enfrentar a Guamialomag a las fuerzas partidistas del Décimo Estado que marcharon desde Túquerres hasta Ipiales.

En retribución el Estado Soberano del Cauca a tanta gesta y hazaña de estos hermanos: José Francisco y Arsenio Vela Coral, los convoca en Popayán, rematan tierras de 3 municipios. Gran parte del municipio de Ipiales, Aldana, Muesas, Cumbal, hasta negreando la cordillera, Casafria, Arvela y San José de Chillanquer. De esta manera adquieren muchas tierras acompañadas de casas de bareque,pajisas, y algunos  semovientes.

Algunas fincas se conservan hasta hoy, otras han sido vendidas, incoradas por las reformas agrarias o expropiadas por el gobierno. 

Terminando con los relatos de las abuelitas, sobre la vida tan destacada de los bisabuelos, prosigo con la biografía de mi padre: era un individuo muy comprometido con su familia, fue un excelente hijo, estaba pendiente de su madre, un excelente esposo, muy cariñoso y le daba gusto y la complacía a mi madre en muchas cosas, conmigo y con mis hermanos fue un excelente papá recuerdo que no se levantaba de la mesa hasta que todos hayamos almorzado ; yo tenía un excelente apetito y comía todo, mi padre tenía la santa paciencia de darle a mi hermana la comida en la boca, hasta que terminaba. 

Algunas veces fuimos mi padre y mis hermanos a la hacienda era un hombre de negocios muy exitoso, sin duda alguna, tenía 100 novillos de engorde la tarea era ardua, cuando tenían que castrarlos en unos patios inmensos de tierra se realizaba esta labor. Le encantaban los caballos, era un caballista por excelencia, tenía muchos, pero sus preferidos eran: “Islero”, “Media noche” y “Vendaval” le gustaba cepillarlos, les daba zanahoria en unos comederos y dulce de panela en la mano, pasaba horas con ellos; esta interacción con los animales demuestra su sensibilidad, el respeto, el cariño y la atención que necesitaban sus caballos. 

Fue un buen agricultor, sembraba unas praderas inmensas de cebada, cuando cosechaba la hacía secar en unos trojes, que habían sido conventos franciscanos y lo que no le alcanzaba lo llevaba a su casa de Ipiales, donde la secaba en tres patios, se formaban unas montañas y con mis hermanos jugábamos a subirnos y bajarnos, este producto después de cumplir con el estándar requerido era vendido a BAVARIA. 

Tenía una finca en “La Laguna”, que le compro a su hermana Esperanza Vela de Ramírez,  estaba cerca a unas cuantas cuadras; así que le pasaban dejando leche fresca primero a la Mamita Elena,  y luego le iban a dejar a mi papá. Actualmente es el terminal de transporte de Ipiales. Otra finca es “El Socorro” que está en Puenes, que se la compró a Manuel Vela y que generalmente la tenía cultivada de cebada y trigo. 

Inspirado en los negocios de su padre, crea La Mercantil de la Frontera, que fue una comercializadora de muchos Ítems, quedaba a una cuadra del Colegio de las Franciscanas; cuando yo, salía del colegio, pasaba recogiendo a mi hermana y llegaba donde mi padre y nos decía: siéntense en estas salas, jueguen un rato, me esperan juiciosas, porque voy a entrar a una junta, a lo que respondíamos? Bueno papá. 

Para promocionar y fomentar la adquisición de sus artículos, contrataba desfiles de muñecos en zancos que llevaran los pendones de su negocio, amenizado con música, como una estrategia de mercadeo. Mi madre en muchos diciembres, no tuvo que comprar regalos ella se proveía de “La Mercantil de la Frontera”. 

Mi padre y sus amigos organizaron un viaje a México, en 1970 el Mundial de Futbol, el quería conocer a sus grandes ídolos del futbol: Franz Beckennbauer, Johan Cruyff, Teofilo Cubillas. 

Mario Kempes, entre otros era muy detallista, a mi madre le trajo un vestido bellísimo de mexicana y a nosotros sus hijos nos colmó de regalos. 

Repentinamente mi padre muere en un accidente y el matiz de las cosas es diferente, la mamita Elena le dice: a mi madre,  que mi padre tiene una bodega en el primer piso de la casa madre, una casa bellísima de estilo republicano. Talvez la casa más grande que ha tenido Ipiales, por su construcción, por su huerto. 

Mi madre le contesta bueno, señora Elenita ya mando a María Carolina, cuando llegue mi abuelita me dijo: Mi hijita, aquí tienes la llave dile al tío Aníbal, que te acompañe, tu eres pequeña y no alcanzas la chapa. Así que lo fui a buscar a su habitación, le explique y fuimos los dos, abrió la puerta y empezamos a buscar habían repuestos de carros, llantas viejas, en un guacal encontré una bolsa llena de fotografías, se la pase y nos pusimos a mirar, me dijo sobrina: necesitan aire para que no se vuelvan amarillas; conteste: si tío.  Mi padre,  nunca se podrá haber imaginado que de este paquete, que él había guardado iba ser la base para  hacer su biografía. 

Pasaron los años, la vida se había encargado de mantenerme a distancia de la familia de mi padre, porque viví fuera del país durante 20 años. Cuando llegue estaba otra vez con mi familia, me había casado tenía dos hijos maravillosos y Daniela Santacruz mi hija, hace amistad  en el colegio con Lina María Ramírez la invito a jugar a su casa. La hija de un primo, yo la llevé y le dije: Que más tarde la pasaba recogiendo. Cuando regrese, Julio Omar Ramírez Vela, su papá me saludo, muy atento, y me dijo- sigue entra Carolina pase a su despacho al estudio, se sentó en su escritorio yo, tome asiento en una silla, estábamos frente a frente; comenzó a hablar sobre mi padre cosas bellísimas. De pronto me sumergí en un estasis, nadie me había narrado o contado una historia tan hermosa sobre mi padre, tal vez la charla se prolongó durante 2 horas, los dos perdimos la noción del tiempo. Yo lo escuche muy atenta fui muy receptiva, solo intervine cuando fue necesario. Me decía, que mi padre había sido un magnate y que si él, hubiera vivido lo suficiente, hubiese logrado acumular una de las fortunas más grandes en la familia. Manifestaba que mi padre se reía; le decía: ve esos parientes como se matan trabajando, madrugan a las fincas y sacan la misma producción que yo. Desperté de ese momento maravilloso con una palabra, que pronuncio Julio Omar, cielo!!!!   Es una palabra de cariño, que la utiliza con su esposa.  A los pocos días, Daniela también, invita a jugar a la casa a Lina María. 

Mi padre se había diversificado, tenía varios negocios, mi madre dice: Que tenía mucha suerte, que todo lo que emprendía le salía perfecto. El éxito de mi padre en la hacienda era que el mayordomo, había sido peón concierto regalado a mi abuelo, se lo había donado el papá de Segundo Llama, contaba muchas anécdotas de mi abuelito: él era la persona encargada de ayudarle a asolear el dinero cuando llegaba de vacaciones, tenía sus privilegios en cierta forma fue escalando posición hasta llegar a ser mayordomo, permaneció 40 años desempeñando este cargo. Él era su mano derecha y un buen consejero, pero nos comentaba que mi padre era de carácter, terminante en sus decisiones. Que una vez lo fue a buscar uno de sus hermanos, patrón lo busca, por favor dile que estoy durmiendo, que no me he despertado, todavía…. Pero patrón, si nosotros estuvimos trabajando esta madrugada en el ordeño. Segundo, no refutes, no me contradigas…. Obedece!!!  Si, patrón. 

Retomando las palabras de papa Francisco para mí, María Carolina Vela Coral, reconstruir la vida de mi padre, su personalidad me ha reafirmado en mis valores: “La familia es el primer lugar donde se aprende a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar”. 

Una tarea que emprendí en silencio, pero que ahora se hace visible ante los ojos de mis hermanos, mi madre, de mi familia, del departamento de Nariño, que tiene el encanto peculiar de su naturaleza. Donde sus paisajes, climas y playas tropicales y exóticas, se abrazan con la imponente geografía de la ciudad de Ipiales,  donde se inició este relato.

Gracias por inculcarme los valores del respeto, la dignidad, la humildad y muchos otros. 

No fuiste perfecto, nadie lo es, pero aun así eres mi héroe, eres mi ejemplo a seguir, Un hombre bueno, honrado, trabajador; que hizo todo lo posible por darle la mejor vida a su familia, por hacer feliz a su esposa y a sus hijos. ¡Eres mi gran orgullo, papá! 

Escribiendo estas líneas, pude saber que no eres el hombre indestructible, que creía que eras cuando era pequeña, ahora sé que fuiste humano y eso me hace admirarte aún más. Ahora valoro cada una de tus enseñanzas, disfruto de tus fotos. De lo que pude conocer, desempolvando la historia de la familia Vela.

En una palabra me hiciste una mujer de bien. Un regalo que estoy segura viven y sienten con la misma intensidad en el corazón mis hermanos María Claudia y Jesús Gabriel. 

Gracias a ti, por regalarme la vida junto a mi madre. Tengo de padre a un hombre fuerte, trabajador, inteligente, valiente. Quiero que sepas que te llevo en mis oraciones, En mí ser, Tus hijos, Esposa y Nietos te amamos por siempre… Sé que tú nos amaste de igual manera. Gracias papá. 

Escrito por: María Carolina Vela Coral. 

Bibliografía 

  • Fanny Coral de Vela
  • Julio Omar Ramírez Vela
  • Ley 283 CÓDIGO CIVIL, del estado soberano del Cauca, adoptada por la legislación de 1869. Popayán.
  • Documentos antiguos legajados en 1880. Sobre la familia Vela.
  • Tradiciones y Documentos, Justino Mejía y Mejía. Presbítero. 1977.
  • Horizontes página 1- 18. Roberto Sarasti. 1940.

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