Bogotá, D. C, 18 de mayo de 2018. Redacción Ecos. Foto: Semana.- Ya lo sabíamos: Gustavo Petro, así como lo hiciera Gaitán, llena y atiborra plazas. No importa, si éstas fueron liberales o conservadoras en el pasado. Cuando vemos las imágenes de sus múltiples manifestaciones, no se distingue la otrora plaza liberal de Bogotá o Barranquilla, o la otrora conservadora de Pasto o Tunja. Todas las plazas las llena sin dádivas ni mermelada. 

Pero en el cierre de su campaña este jueves 17 de mayo en Bogotá y a menos de 10 días de las elecciones, rompió con todos los pronósticos. No solo llenó la Plaza de Bolívar, también la carrera octava y en la séptima no se podía caminar, sino hasta la avenida Jiménez. 

Y las llena, por una sencilla razón: Gustavo Petro, es el único candidato que está interpretando el querer y la voluntad del pueblo irredento, que yacía silencioso ante tanta desigualdad, pero que hoy emerge con valor y decisión para darle el respaldo, no a un hombre, sino a unas ideas, en donde la libertad, la fraternidad y la igualdad, han dejado de ser meras consignas politiqueras, para convertirse en unas premisas que la Colombia Humana, está llevando a un sitial de honor. 

De ahí que las bases liberales de todo el país, hoy no están acompañando al excelente candidato oficial del Partido Liberal, Humberto De La Calle, sino a Gustavo Petro. Las bases del Polo Democrático y del Partido Verde, en su inmensa mayoría también apoyan a la Colombia Humana. 

Y ante el despliegue de fuerzas que hizo en frente del capitolio, en momentos en que sesionaba el Congreso, muchos parlamentarios, de diferentes partidos políticos, se asomaron por las ventanas, balcones, e inclusive se ubicaron en la azotea. Unos miraban perplejos, otros atónitos y algunos expresaban que Duque y Vargas Lleras son los que tienen ahora miedo. La cosa no está fácil para ambos. Aún más, Vargas Lleras tendrá el desafío inminente, este  domingo 20 de mayo en el cierre de su campaña, de llegar a convocar la marea humana y espontánea que acompañó a Petro en la Plaza de Bolívar.

Petro llenó de elogios a recordadas glorias del Partido Liberal como Rafael Uribe, Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliécer Gaitán y Luis Carlos Galán, pero al que más glorificó y repitió fue al mártir conservador Álvaro Gómez Hurtado. 

Ya no solo los pobres lo ven como su redentor; también, un gran porcentaje de la clase media, los ambientalistas, los animalistas, y como no, también a los que se hastiaron del statu quo, la politiquería y la corrupción en las altas esferas de la nación. 

Dentro de la multitud era unánime el sentimiento de que si a Petro no lo desaparecen o hay fraude, sería el próximo Presidente de Colombia.

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