El exministro de hacienda, José Antonio Ocampo, urgió al Gobierno a que adopte una política de reactivación, ante el informe del Dane, donde revela que el Producto Interno Bruto, creció solo en un 0,3%, lo que demuestra que la economía está en pleno estancamiento.
En su columna de El Tiempo, Ocampo señala que entre los buenos resultados económicos del primer año de la administración Petro se destacan las correcciones de los desequilibrios macroeconómicos en tres aspectos:
“El primero, la reducción del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. El segundo, la disminución del déficit fiscal, incluido el del fondo de estabilización de precios de combustibles. Para financiar el gasto social del Gobierno, este ajuste estuvo acompañado con la reforma tributaria. El tercero y más reciente es la reducción de la inflación, que ya completó cuatro meses”, anotó el exministro y catedrático José Antonio Ocampo.
Agregó sin embargo que hay dos tendencias preocupantes: la primera es la fuerte desaceleración del crecimiento económico. El del primer trimestre fue positivo: un 3 %. Pero, como lo muestra el indicador de seguimiento a la economía del Dane, el conjunto de abril y mayo fue nulo. No sería sorprendente, por lo tanto, que cuando se haga pública la estimación del crecimiento del PIB del segundo trimestre, este haya sido nulo o insignificante.
Señala que los indicadores de opinión muestran, en general, que la tendencia adversa se mantuvo en junio y julio. El índice de industria de Davivienda de julio muestra una caída de ventas, aunque no de producción. La encuesta de opinión del consumidor de Fedesarrollo muestra también una disminución en julio, y su índice de confianza comercial había mostrado una caída en junio y el de confianza industrial, una pequeña mejoría, pero con una disminución de los pedidos.
Ocampo advierte que si se confirman estos comportamientos, el tercer trimestre también sería de crecimiento nulo o muy bajo. “Esto podría implicar que el mercado laboral comenzaría a mostrar resultados adversos, lo que es preocupante, ya que el aumento del empleo, que había sido muy dinámico hasta octubre del año pasado (aumentos anuales del 7 % o más), ha tendido a desacelerarse”.
Dice que la segunda tendencia preocupante es la disminución de las exportaciones de bienes, de casi el 11 % entre los primeros cinco meses de 2022 y el mismo período en 2023. Aunque esto se debe ante todo a la disminución de los precios de los productos tradicionales, especialmente del petróleo, muestra también que las exportaciones no tradicionales se han mantenido constantes e incluso con una tendencia a la baja desde mediados de 2022.
Es enfático en señalar en su escrito que el comportamiento de las exportaciones no tradicionales es preocupante por tres razones diferentes: Primero, frena una de las posibles fuentes de crecimiento. Segundo, puede detener la corrección del déficit en cuenta corriente. Tercero, elimina la fuente esencial para reemplazar el petróleo como producto de exportación del país.
Concluye la columna señalando que “Es urgente, por lo tanto, que se ponga en marcha una ambiciosa estrategia de reactivación, con tres elementos. El primero es una reducción de la tasa de interés del Banco de la República, obedeciendo la decisión de la Corte Constitucional en 1999, la cual señaló que el Banco no puede ignorar el empleo y la actividad económica. El segundo, como lo ha anunciado el ministro Bonilla, es mejorar la ejecución de la inversión pública, en especial de los sectores que se encuentran rezagados, como el transporte, la vivienda social y el sector agropecuario. El tercero es una política ambiciosa para promover las exportaciones no tradicionales, como parte de la política de reindustrialización que coordina el ministro Umaña”.
Bogotá, D. C, 16 de agosto de 2023
Redacción Ecos Economía.