Su santidad Francisco sorprendió al mundo al señalar que las personas del mismo sexo tienen derecho a ser una familia: “Son hijos de Dios, tienen el derecho a una familia. Nadie debe ser excluido o sentirse infeliz por ello”, por eso fue contundente en señalar que se debe legislar en favor de las uniones civiles.

Su santidad Francisco sorprendió al mundo al señalar que las personas del mismo sexo tienen derecho a ser una familia: “Son hijos de Dios, tienen el derecho a una familia. Nadie debe ser excluido o sentirse infeliz por ello”, por eso fue contundente en señalar que se debe legislar en favor de las uniones civiles.

“Lo que debemos crear es una ley sobre las uniones civiles. De este modo, los homosexuales tendrían una cobertura legal. Yo me esforcé en ello”, afirma el Papa Francisco en un documental llamado Francesco y dirigido por el nominado al Óscar Evgeny Afineevsky, realizado a través de entrevistas al mismo Pontífice, de la misma manera a Benedicto XVI y familiares de Bergoglio.

Es la primera vez que como Obispo de Roma habla públicamente y de manera tan clara a favor de las uniones civiles. Es también la primera vez que utiliza la palabra “familia” en los gays y lesbianas, pero no se pronuncia respecto a la adopción de las parejas del mismo sexo.

El cambio de actitud del Vaticano hacia las personas homosexuales resultó evidente desde que Francisco, en el primer año de su pontificado, respondió volviendo de Brasil su ya famoso “¿Quién soy yo para juzgarles?”.

Cuando Italia debatía la ley sobre las uniones civiles, aprobada en el 2016, su silencio fue revelador. Sin embargo, el biógrafo papal Austen Ivereigh ha remarcado que las palabras del Papa en el documental son las más claras que ha utilizado desde su elección en el cónclave hace más de siete años.

Los derechos de las personas homosexuales han siempre sido un tabú para la curia romana. El sacerdote jesuita James Martin, empeñado en construir puentes con la comunidad gay, celebró las declaraciones de Francisco como “un gran paso en el camino hacia el apoyo de la Iglesia a la comunidad LGBT” porque “mandan un fuerte mensaje a los lugares donde la Iglesia se ha opuesto a este tipo de leyes”.

Bogotá, D. C, 21 de octubre de 2020

Redacción Ecos Internacional

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El arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio se unió a la celebración de los 18 años del obispo de la Diócesis de Granada en el Ariari, José Figueroa Gómez, a quien consideró como “un hermano, amigo y misionero auténtico, acompañante de la santidad comunitaria”, en los 47 años como sacerdote.

Por Luis Fernando García Forero.- El arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, se unió a la celebración de los 18 años del obispo de la Diócesis de Granada en el Ariari, José Figueroa Gómez, a quien consideró como “un hermano, amigo y misionero auténtico, acompañante de la santidad comunitaria”, en los 47 años como sacerdote.

En diálogo con www.ecospoliticos.com el Arzobispo Primado de Colombia, Rueda Aparicio, calificó a monseñor Figueroa Gómez como su “hermano mayor en el episcopado colombiano” al recordar que lo conoció siendo Vicario de la Diócesis de Barrancabermeja. “En ese tiempo yo era seminarista y celebré con gozo cuando el Papa San Juan Pablo II lo llamó al episcopado y lo envió como misionero al Ariari en la Diócesis de Granada”.

Destaca el Arzobispo Rueda Aparicio que cuando llego al episcopado colombiano, a la Conferencia Episcopal, encontró de nuevo a monseñor Figueroa como un guía que lo recibió con un testimonio y oración.

“Es el primero en llegar al encuentro con Jesús en el sagrario. Allí, en silencio, es la adoración del misionero auténtico, del cristiano genuino, del pastor cercano, del sabio… muy coherente con su vida”, afirmó el arzobispo Rueda Aparicio al señalar que “lo tengo como un referente de mi vida episcopal  y de mi vida cristiana”

Vida pastoral de Monseñor Pepe

Monseñor José Figueroa Gómez nació en Bucaramanga, cursó estudios de secundaria en el Colegio Diego Hernández de Gallego y en el Seminario Menor San Pedro Claver de Barrancabermeja. Siguió el ciclo filosófico en el Seminario Intermisional de Bogotá y en el Seminario Mayor de Tunja.

La Teología la inició en el Seminario Mayor de Pamplona y la concluyó en el de Tunja. Obtuvo la Licencia en Teología pastoral en la Universidad Lateranense de Roma. Fue ordenado sacerdote el 9 de Septiembre de 1972, donde inició su vida sacerdotal en la Diócesis de Barrancabermeja.

En su ministerio presbiteral fue Director Espiritual del Seminario Menor San Pedro Claver de Barrancabermeja de 1973 a 1976, de 1979 a 1980, Vicario Parroquial de la Catedral Inmaculada de 1977 a 1978. Párroco del Señor de los Milagros de 1981 a 1982, también de la congregación San José Obrero de 1983 a 1985, en el puerto petrolero donde simultáneamente se desempeñó como Capellán del SENA (1977-1980) y Director Diocesano de Catequesis (1979-1984).

Después de sus estudios en Roma fue nombrado Párroco en la iglesia del Señor de los Milagros (1988), luego pasó a la de La Santísima Trinidad en Sabana de Torres (1989-1991) y a la de la Catedral La Inmaculada en 1992, año que fue nombrado Vicario General  de Barrancabermeja.

El 8 de Agosto de 2002, Su Santidad Juan Pablo II, lo nombró Obispo para la Diócesis de Granada y recibió su ordenación episcopal el 12 de Octubre de 2002.

La labor pastoral de monseñor José Figueroa Gómez, es digna desde todo punto de vista, principalmente en el servicio social y de la atención a las víctimas del conflicto dentro del proceso de reconciliación en la Orinoquía colombiana, que ha sido zona de graves problemas de orden público.

Desde www.ecospoliticos.com felicitamos a monseñor Pepe en sus efemérides y deseamos que Dios lo siga guiando en el camino sacerdotal que día a día conduce a la santidad. Dios lo Bendiga.

Bogotá, D. E, 12 de octubre de 2020

 

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"Por sus esfuerzos para combatir el hambre y mejorar las condiciones para la paz en las áreas de conflicto" al Programa Mundial de Alimentos ONU-PMA- le fue otorgado el premio nobel de la paz 2020.

"Por sus esfuerzos para combatir el hambre y mejorar las condiciones para la paz en las áreas de conflicto" le concedieron el Premio Nobel de la Paz 2020 al Programa Mundial de Alimentos de la ONU- PMA -.

"La comida es la mejor vacuna contra el caos", afirmó la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, al señalar que el PMA, la organización humanitaria más grande del mundo, distribuye alimentos para apoyar proyectos de desarrollo y ayuda a refugiados, desplazados y también hace llegar alimentos a lugares en el mundo donde se presentan situaciones de catástrofes y emergencias.

El comité del premio Nobel destacó que en 2019 el PMA brindó asistencia a cerca de 100 millones de personas en 88 países, por eso el PMA cumple un "papel clave en la cooperación multilateral para hacer de la seguridad alimentaria un instrumento de paz, y ha contribuido a movilizar a los Estados miembros de la ONU para combatir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto".

El PMA que fue fundado en 1961 y tiene  su sede en Roma es financiado por financiado por donaciones. Es el primer organismo en llegar al lugar de una emergencia para brindar asistencia alimentaria a las víctimas de guerras, terremotos, inundaciones, sequías, huracanes y otros desastres naturales.

EL PMA de la ONU cuenta con 5.600 camiones, 20 barcos y 92 aviones que entregan alimentos y dan asistencia de forma constante a los más necesitados en cualquier rincón del mundo.

El vocero de PMA Tomson Phiri se pronunció luego de recibir la noticia y dijo que es un momento de orgullo. "Parte de la belleza de las actividades del PMA se debe a que no solo aportamos alimento para hoy y mañana, sino que también le damos a la gente los conocimientos necesarios para satisfacer sus necesidades después".

Bogotá, D. E, 9 de octubre de 2020

Redacción Ecos Personaje

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En www.ecospoliticos.com expresamos nuestro sentimiento de tristeza y solidaridad a Giovanni Decola Vásquez, nuestro asesor editorial y columnista, así como a Rafael Decola, Carmencita Vásquez y toda su familia, por la pérdida de María Isabel Decola Vásquez. Que Dios la tenga siempre a su lado en el viaje eterno.

En www.ecospoliticos.com expresamos nuestro sentimiento de tristeza y solidaridad a Giovanni Decola Vásquez, nuestro asesor editorial y columnista, así como a Rafael Decola, Carmencita Vásquez y toda su familia, por la pérdida de María Isabel Decola Vásquez. Que Dios la tenga siempre a su lado en el viaje eterno.

En homenaje póstumo a la partida de Mary, publicamos la nota de su hija, Amanda Parra, periodista de EL Heraldo y que fue divulgada en ese diario de la Costa Caribe.

“Te amo hasta el último suspiro”

Por Amanda Parra.- “Enséñale a tu papá a usar la lavadora”, me decía mi mamá, mientras me prometía que apenas saliera de la clínica iniciaría con la dieta. “Estoy viendo que me veo mal físicamente, como vieja, ja ja”, escribía por Whatsapp, al mismo tiempo que me informaba que los exámenes que le habían hecho no salieron bien y que, al parecer, sería intubada. Un proceso que duraría entre 7 y 14 días.

Esa videollamada que hicimos el 1 de septiembre en la noche fue la última y sin duda aún resuena en mi mente. Nuestras esperanzas estuvieron puestas en que el milagro de la sanación llegaría a ella y podríamos tenerla en vida, disfrutando de su presencia. María Isabel Decola Vásquez, mi madre, luchó hasta el 20 de septiembre, día en que recibimos la última llamada de la clínica, esa vez para decirnos que ella había partido.

El virus se incrustó tan rápido en su cuerpo que, desde el primer día que llegó a la clínica y salió positiva para Covid-19, fue diagnosticada como paciente de alto riesgo por su asma y sobrepeso. Llegó sola al hospital, pensaba que solo era un “resfriado”.

Mientras esperaba su traslado a otro hospital, nunca dejamos de hablar por teléfono. En el momento en que entró a UCI suspendieron el uso del celular, por lo que su petición especial fue: “Mami, tráeme mi Biblia, con la agenda que uso, lapiceros y una revista. Todo lo que entregue yo, límpienlo después”. Esas largas horas sin saber nada de ella fueron eternas.

Un corazón de oro

Mary, como todos le decían, siempre se preocupó por otros antes que por ella. Mientras estaba canalizada, con oxígeno y sin poder respirar bien, pensaba en su esposo, hijos, nieta y negocio. Su mente estuvo puesta en los días que estaría ausente del trabajo, por lo que me encargó delegar nuevas funciones, comprar cosas y hasta los menús que irían en cada día de la semana.

Porque sí, su restaurante ‘Comida Casera de Mary’, que con tanto empeño, sacrificio y amor creó y que de la mano de mi papá, Fabián, fueron construyendo año tras año, era lo que en medio de su enfermedad nunca dejó de pensar. ¿Cómo haría mi papá sin ella todos esos días en que estaría incapacitada?... Claro que sí podía, pero ella quería dejar todo organizado para hacérselo más fácil a él. Esa era ella, una mujer noble, responsable, líder de su familia.

De sus 52 años, 31 los pasó al lado de mi padre, 23 junto a mí, 20 con mi hermano y casi 2 con su nieta, mi hija. En ese corto, pero fructífero tiempo, dejó huella en muchos corazones que al enterarse de su partida lloraron, sufrieron y sintieron como suya la pérdida. Su servicio, amabilidad, gentileza y sinceridad fueron los valores que la hicieron diferente y querida. Por eso, tantas personas, en medio de la distancia, le rindieron homenaje después de su fallecimiento.

El milagro de Mary

Ante el mal pronóstico que siempre hubo desde su ingreso a la clínica, la oración en familia a través de Zoom nunca faltó.

Desde el 1 hasta el 20 de septiembre, sin falta a las 7:30 p.m., la cita era virtual. No existió otra opción en medio de la pandemia que nos uniera que no fuera a través del celular, para suplicar por la salud de Mary y pedirle a Dios tranquilidad y fortaleza para esperar en Él las buenas noticias.

Mi mamá logró desde la cama de un hospital algo que siempre había querido y era unir a toda la familia, a sus hermanos, primos, tíos, y aferrarnos a la espiritualidad de la oración. Fue un ser que hasta el último suspiro vivió bajo la voluntad de Dios.

“Aunque extraño a mi familia y su amor me alimenta, solo tú señor satisfaces todas nuestras necesidades. Enséñame a descansar y a depender solo de ti, de tu presencia. Te ruego señor, me des la fortaleza y me hagas comprender que es tu voluntad”, escribió de su puño y letra en una súplica que encontramos dentro de su Biblia. La redactó antes de ser intubada.

Aunque su deseo era vivir, se preparó para su final también. Dejó varias cartas escritas donde especificaba cada función que tenía en su negocio, con el fin de ayudar a mi papá y que no se estresara. Además, expresó de manera escrita que esperaba que los resultados de la prueba de coronavirus de él salieran negativos.

“Oren juntos. Dile a Amanda que le pida a Camila la receta que le mandó el médico para que te la tomes y Fabián también, aunque él no tenga síntomas. Lo compras todo de una vez. Te amo hasta el último suspiro”, escribió en una de las cartas, esperando que la recibiéramos antes y no, precisamente, el día de su muerte.

Días fulminantes

Fueron 21 días que se convirtieron en los más largos que habíamos vivido, llenos de mucha ansiedad y expectativa por escuchar el dictamen médico. Una sola vez al día podíamos saber de ella, cómo evolucionaba y los procedimientos que le habían realizado.

Cada mediodía mi corazón latía más fuerte, esperando la llamada del doctor y anhelando escuchar algo positivo.

A la semana, comenzamos a recibir reportes de mejorías en su estado, pudimos enviarle notas de voz para que las enfermeras se las pusieran mientras ella estaba completamente sedada. Una de ellas dijo que era la “primera vez que veía que un paciente en medio de la sedación total temblara mientras escuchaba la nota de voz de una hija”.

La esperanza crecía, pero se complicó. Mi mamá adquirió dos bacterias en el hospital que, además de crearle una sobreinfección en los pulmones, afectó otros sistemas en su organismo. Cada día las noticias eran peores, y aunque escuchábamos a los médicos creíamos en que un ser superior podría sanarla. Orábamos por su sanación, pero no por  aceptar su voluntad, solo contemplábamos tenerla de vuelta.

Parecía imposible de creer que seis semanas antes habíamos grabado un video en el que la entrevistaba y le preguntaba sobre el día en que se enteró de que yo estaba embarazada, donde lucía el talego azul que más le gustaba, su infaltable cola de caballo y un maquillaje tenue que se había hecho ella misma diciéndome que “no podía salir como una loca”. Ese mismo vestido era el que pensábamos ponerle para velarla, hasta que la funeraria dejó saber que no podríamos ponerle ropa porque iría directo al horno crematorio.

Así fue su fallecimiento en medio de la pandemia, de manera virtual, sin poderla acompañar en medio del proceso, a la espera de una agobiante llamada por día reunidos en familia.

Verla fue imposible, pero más aún creer que haciendo parte de un medio de comunicación en el que diariamente somos los encargados de redactar noticias sobre los contagios y muertes por coronavirus, hoy, de este lado de la pantalla, estuviera escribiendo sobre la partida del ser más importante: mi madre.

Ella me enseñó a caminar, a comer, a estudiar, a todo, menos a vivir con su ausencia. Sin su presencia terrenal hay que seguir, continuar su legado y aceptar su temprana partida por el virus que acecha al mundo entero. Ahora, el orgullo de haber vivido con una gran mujer es mi ejemplo a seguir y mi motivación diaria, porque en medio de la agonía llegó la calma.

El virus no se ha marchado, no lo olvidemos, son muchas ausencias las que aún podemos evitar.

Bogotá, D. C, 3 de octubre de 2020

 

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Por Luis Fernando García Forero.- Así lo afirmó el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio al señalar que “la vida está amenazada, devaluada y herida”, por eso hizo un llamado para “volver a amar la vida, toda vida, aun aquella de quienes pretendan arrebatar la nuestra”.

En su mensaje dominical monseñor Rueda Aparicio fue contundente en señalar que “la enfermedad social del odio es contagiosa y destruye la vida, porque produce economía con odio, ciencia, arte y religión con odio, ecología con odio y política con odio”.

Agregó que este es tiempo de sanación para volver a Dios porque la sanación social necesita mujeres y hombres que trabajen, sin desanimarse, por una economía al servicio de la vida de todos, una ciencia buscadora de la verdad, una política comprometida con el bien común y una religión como instrumento de reconciliación y de paz.

Monseñor Rueda Aparicio exhortó a todos los colombianos a cuidar la vida social de las comunidades campesinas, urbanas, afrodescendientes e indígenas, porque la vida  en Colombia es destruida y masacrada.

“Con profundo dolor humano rechazamos toda las formas de atentados contra la vida de mujeres y hombres, en las zonas urbanas y rurales de Colombia. Vemos que además de la pandemia por el Covid 19, nuestras familias son víctimas de una multiforme anticultura de muerte que se cierne amenazante, violenta, asesina y destructora en torno a nuestras casas”.

Destacó que la familia es un tesoro y un regalo de Dios, por eso pidió educar a los hijos y llevarlos por el camino del trabajo, la honradez y el respeto a la vida, saliendo de la indiferencia superando el pesimismo y tomando un nuevo rumbo. Dijo que solo la amistad social supera el odio, da paso al perdón y al diálogo, a la acogida y al asombro por la creación, al cuidado reciproco y a la convivencia en el amor.  

“El señor de la paz nos libere de la absurda enemistad social y la torpe beligerancia que alimenta la polémica estéril en medio de la fosa común de nuestros pueblos”, pidió el Arzobispo de Bogotá.

En su homilía dominical monseñor Rueda Aparicio instó a los colombianos a dejar atrás la vanidad y cambiarla por la fraternidad, la amistad social, familiar y cristiana.

“Por la rivalidad está amenazada la vida de muchos hombres y mujeres en Colombia” puntualizó en su homilía dominical, monseñor Luis José Rueda Aparicio.

Bogotá, D. C, 27 de septiembre de 2020

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El director del máximo organismo de la salud del mundo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhorto a los presidentes de todas las naciones del planeta a "mover cielo y tierra" para "garantizar un acceso equitativo a las pruebas diagnósticos, terapéuticas y futuras vacunas" contra el Covid-19.

Un contundente llamado a los gobernantes del mundo hizo la Organización Mundial de la Salud- OMS- para que cuando se logre anunciar oficialmente la vacuna contra el coronavirus, su acceso sea "equitativo".

El director del máximo organismo de la salud del mundo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a los presidentes de todas las naciones del planeta a "mover cielo y tierra" para "garantizar un acceso equitativo a las pruebas diagnósticos, terapéuticas y futuras vacunas" contra el Covid-19.

Enfatizó Tedros Adhanom que el mundo "solo puede salir de este desafío común con un enfoque común", teniendo en cuenta tres aspectos: “La pandemia debe motivarnos a redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y no convertirse en una excusa para no alcanzarlos. Segundo, debemos prepararnos ahora para la próxima pandemia. Y tercero, debemos garantizar un acceso equitativo a las pruebas diagnósticas, terapéuticas y futuras vacunas", comentó.

Pidió a los gobernantes del mundo utilizar todos los instrumentos a su disposición para disminuir el contagio del coronavirus y salvar vidas hasta y después de tener la vacuna, tras señalar que "cuantos más candidatos de vacuna se prueben, más posibilidades existen de tenerla en forma  segura y eficaz".

Tedros Adhanom pidió apoyar la iniciativa Covax, puesta en marcha junto con la Alianza de Vacunas Gavi y CEPI, que busca un esfuerzo común entre todos los países para que la vacuna tenga el máximo de cobertura en todas las naciones, en especial a las gentes más pobres.

"Esto no es caridad. La ruta más rápida para terminar con la pandemia y acelerar la recuperación económica mundial es asegurar que algunas personas sean vacunadas en todos los países. En algunos países las recientes encuestas de opinión muestran que la abrumadora mayoría de las personas apoyan el acceso equitativo a las vacunas", aseguró.

Agregó que se necesita "un aumento significativo del compromiso político y financiero". "Esto no es solo lo correcto, es lo más inteligente".

Bogotá, D. C, 21 de septiembre de 2020

Redacción Ecos Personaje.

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El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas ONU, Antonio Guterres, afirmó que el brote del coronavirus “sigue fuera de control” e hizo un llamado a la unión de la  comunidad internacional tras afirmar en forma contundente que “el virus es la amenaza número uno de la seguridad global”.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas ONU, Antonio Guterres, señaló que el brote del coronavirus “sigue fuera de control” e hizo un llamado a la unión de la comunidad internacional tras destacar en forma contundente que “el virus es la amenaza número uno de la seguridad global”.

En una conferencia de prensa Guterres dijo que “Muchos ponen sus esperanzas en una vacuna, pero seamos claros: en una pandemia no hay una panacea” e insistió que cuando haya una vacuna sea “asequible” y esté al alcance de todos".

Dijo que sobre el avance científico para lograr la vacuna hay mucha desinformación y eso está llevando a la desconfianza a los ciudadanos en el mundo. “Hemos visto alarmantes informes de grandes segmentos de la población en algunos países que indican su reticencia o incluso rechazo a ponerse una vacuna del COVID-19”.

Alto al fuego

La máxima autoridad de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamado a las naciones en conflicto para que establezcan un alto al fuego. Destacó que en su discurso central en la ONU pedirá a los jefes de Estado y de Gobierno hacer lo posible que esa tregua mundial se lleve a cabo.

“Debemos aprovechar todas las oportunidades en las próximas semanas para dar un nuevo empujón colectivo por la paz”, anfatizó Guterres, al destacar que se han visto “esperanzadores pasos hacia la paz” en lugares como Afganistán o Sudán y altos el fuego en Siria, Libia o Ucrania que pueden dar espacio al desarrollo de la diplomacia.

Bogotá, D. C, 16 de septiembre de 2020

Redacción Ecos Internacional.

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El procurador general de la nación Fernando Carrillo Flórez dijo que Colombia está viviendo momentos oscuros en orden público y en materia social, que pueden llevar a naufragar a la institucionalidad colombiana.

El procurador general de la nación Fernando Carrillo Flórez dijo que Colombia está viviendo momentos oscuros en orden público y en materia social, que pueden llevar a naufragar a la institucionalidad colombiana. Exhortó al Gobierno para que lidere consensos y permitan lograr las reformas políticas, económicas y sociales que preserven el Estado Social de Derecho instaurado en la Constitución.

“Esta es una gran prueba de fuego para la democracia, para el Estado de Derecho y si nos seguimos equivocando, pensando en los extremismos y los radicalismos, en esta tormenta tan salvaje que estamos viviendo, no vamos a llegar a puerto seguro, vamos a naufragar”, advirtió el jefe del Ministerio Público Fernando Carrillo Flórez, a través de 6 A M Hoy por Hoy de Caracol Radio y que dirige Gustavo Gómez.

Fue contundente en cuestionar el destino que el Gobierno le está dando a los casi $30 billones destinados para atender la pandemia del coronavirus y  advirtió que en Colombia ya hay más de 8 millones más de pobres, “y uno se pregunta a dónde están llegando los recursos de la pandemia?”, se interrogó el procurador Carrillo Flórez.   

Destacó el jefe del Ministerio Público que “el país necesita en estas horas aciagas grandes acuerdos nacionales. El Gobierno debe interpretar el momento histórico que se está viviendo y convocar a actores sociales y políticos a consensos. Requiere por lo menos intentarlo, suena como utópico por la radicalización  de las posiciones frente a todo, pero es la única fórmula para salir adelante”.  

Reforma no es debilitar la Policía

El Procurador Carrillo Flórez dijo que se adelanta la investigación por los hechos de la fuerza policial y que llevaron no solo la muerte del abogado Javier Ordoñez, sino también a 13 personas más por los hechos vandálicos en las manifestaciones la semana anterior.

Dijo que la alcaldesa de Bogotá al visitarlo en su despacho le entregó 119 denuncias donde hay más o menos 65 hechos donde hubo utilización de arma de fuego, lo que es absolutamente preocupante”, afirmó Carrillo quien señaló que no se puede anticipar a los resultados de dicha investigación, pero agregó que se debe minimizar el daño que se le hace a otra persona utilizando ese tipo de armas y que causaron la muerte al ciudadano Ordoñez.

Al insistir en buscar la necesidad de consensos para resolver cómo pueden salir fortalecidas las instituciones, el procurador Carrillo Flórez fue enfático en manifestar que “Lo mínimo que se quiere es no debilitar la policía y lo mínimo que se quiere es una policía  mucho más civil, más moderna, más humana, más transparente y mucho más dispuesta a responder”.

El jefe del Ministerio Público afirmó que no ha recibido el informe de la necropsia y dijo que esos informes forenses son esenciales. “Además de la carta al Ministro de Defensa se le solicitó al Director de la Policía, por parte de nuestro Procurador Delegado de la Fuerza Pública,  la relación pormenorizada del inventario de todas esas armas que se usaron esa noche, cómo se usaron, de qué munición, de qué tipo de proyectiles, qué explosivos, en fin, de lo que fue ese despliegue, quiénes lo usaron, dónde los reclamaron y qué relación tiene de causalidad con las muertes de ese 9 de septiembre, es decir, definir si hubo uso arbitrario o abusivo de la fuerza o en algunos casos si  fue en legítima defensa”.

Carrillo Flórez dijo que la reforma a la institución policial se ha tratado desde hace 30 años en la Asamblea Nacional Constituyente para que fuera un cuerpo civil. “La policía tiene naturaleza civil y por ende cualquier tipo de relación con lo militar tiene que ser absolutamente excepcional”, afirmó tras destacar que en el caso particular de acciones que se salen de la prestación del servicio, que no tiene una relación de causalidad con el ejercicio, por supuesto no tiene por qué cobijarlo la justicia penal militar. Eso nos remite, a la necesidad de reformas”.

Agregó que la policía es una institución capital para la democracia, por eso dijo que es la hora de armar un espacio, convocar a las fuerzas sociales, políticas, a examinar y definir si debe pertenecer al ministerio del interior o al de  defensa, o como lo han hecho en otros países, creando un Ministerio de Seguridad Ciudadana.

“Darle el tono y naturaleza de carácter civil porque no es una fuerza militar, es una fuerza que debe estar al lado de la ciudadanía, respetando los DH HH, cumpliendo a cabalidad con todos esos compromisos internacionales”, manifestó el Jefe del Ministerio Público, quien fue categórico en afirmar que la policía “no está preparada para manejar la protesta social”.

Bogotá, D. C, 14 de septiembre de 2020

Redacción Ecos Nacional.

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A los 83 años el expresidente del Congreso de la república y uno de los personajes más notables, no solo del Cauca sino de la dirigencia política de Colombia de finales del siglo pasado y principios del presente, Aurelio Hiragorri Hormaza, dejó de existir, le ganó la batalla el COVID-19, dejando una inmensa tristeza y dolor, pero un gran legado para la democracia en Colombia: servir desde el poder de las urnas a los más necesitados y a los servidores públicos de la nación.

Por Luis Fernando García Forero.- A los 83 años el expresidente del Congreso de la República y uno de los personajes más notables, no solo del Cauca sino de la dirigencia política de Colombia de finales del siglo pasado y principios del presente, Aurelio Hiragorri Hormaza, dejó de existir, le ganó la batalla el COVID-19, dejando una inmensa tristeza y dolor, pero un gran legado para la democracia en Colombia: servir desde el poder de las urnas a los más necesitados y a los servidores públicos de la nación.

Gentes vulnerables no solo del Cauca, sino de varias regiones del país, lo recuerdan por su trayectoria política en defensa de los intereses de los más vulnerables, campesinos, afros, raizales, indígenas, así como empleados oficiales, exfuncionarios y trabajadores del Congreso de la República, que lo recuerdan por su carisma y pasividad para escuchar y darle soluciones a los problemas de los más necesitados en el territorio nacional.

Un liberal a capa y espada en las luchas sociales de varios gobiernos para reivindicar a quienes han estado excluidos e inmersos en la pobreza. Al lado de la primera candidatura a la Presidencia de Horacio Serpa Uribe, “Mi amigo y hermano”, como lo cataloga él, fue un alfil en la búsqueda de la paz pero con grandeza cuando al frente de la marcha y toma del Caguán en la zona de distensión, de frente le dijeron a ese grupo subversivo de entonces, que en Colombia no había ningún terreno vedado para el ejercicio de la política.

En su vida en el servicio público alcanzó dos grandes trofeos que concede la democracia: Presidente de la Cámara de Representantes y del Senado de la República. Fue protagonistas de varias reformas políticas, económicas y sociales con la estampida del Partido Liberal en varios Gobiernos principalmente en los mandatos de Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper, entre otros.

Las circunstancias coyunturales en materia política, lo llevaron a retirarse del liberalismo, convirtiéndose en cofundador del partido de la U al lado de los ex presidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.  

Fueron varias las entrevistas las que le concedió a www.ecospoliticos.com desde varias instancias de la coyuntura política en Colombia, centrado siempre en el respeto a la constitución, la ley y el desarrollo de la democracia.   

Ya retirado de la política electoral, Aurelio Hiragorri Hormaza se alejó de los votos, pero no de las gentes por las que luchaba. Visitaba su pasado como legislador con un paso lento, pero firme, por las columnas, pasillos y recintos del Capitolio Nacional, donde a través de una mirada fija, sonrisa y mano extendida, dejaba el recuerdo no solo del congresista, sino de un gran ciudadano que nació para servir.

Mi solidaridad con su hijo el exministro Aurelio Hiragorri Valencia y a toda su familia.

Paz en su tumba.

Bogotá, D. C, 7 de septiembre de 2020

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El arzobispo de Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, hizo un contundente llamado a todos los colombianos para que no se siga aplicando justicia “por nuestra mano, no vayamos a eliminar al otro, a quitarle la vida porque me hace estorbo y me hizo el mal” y fue enfático en señalar que se necesitan profetas de la reconciliación para salvar vidas en Colombia.

Por Luis Fernando García Forero.- El arzobispo de Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, hizo un contundente llamado a todos los colombianos para que no se siga aplicando justicia “por nuestra mano, no vayamos a eliminar al otro, a quitarle la vida porque me hace estorbo y me hizo el mal” y fue enfático en señalar que se necesitan profetas de la reconciliación para salvar vidas en Colombia.

El máximo jerarca de la Iglesia Católica en el país, Monseñor Rueda Aparicio, en la homilía dominical, invitó a los feligreses para que en la Semana por la Paz que se inicia a partir de este lunes, se aplique y acepte el perdón y se pueda iniciar el camino del entendimiento.

“Nos estamos acostumbrando a la intolerancia, a rechazar al otro, cuando somos capaces de ser hermanos fraternos y descubrirnos como hijos de Dios, ver en el otro, incluso en el que piensa distinto y en el que se equivoca, ver la figura de Dios nuestro padre, descubrir en él la dignidad. Ese hombre, esa mujer que está por caminos equivocados tiene allá en el fondo la imagen y semejanza de Dios que debo ayudar a construir”, afirmó al arzobispo de Bogotá, monseñor Rueda Aparicio.

Llamó la atención para que en el país se actúe con misericordia, fraternidad y compasión, porque allí se empieza a respetar la vida y encontrar caminos de paz, empezando por la familia, las localidades y las regiones del territorio patrio, corrigiendo el mal comportamiento y actuando como misioneros del diálogo, el respeto y el cuidado de la vida, para vivir en paz.

Monseñor Rueda Aparicio insistió en que “se necesitan profetas de la reconciliación, profetas del diálogo, profetas de la palabra oportuna para salvar la vida del otro. Es lo contrario de la venganza, del desquite, es lo contrario de destruir al que se equivoca”. 

Corrección Fraterna 

El Arzobispo de Bogotá dijo que cuando hay una corrección fraterna se superan dos extremos viciosos: “El desquite, la guerra, la violencia. Me la hizo, me la paga, como se equivoca, entonces lo eliminó del camino porque se convierte para mí en un problema, en enemigo a quien debo destruir. El otro extremo es no corregir, hacernos los de la vista gorda, alcahuetear, dejar pasar porque nos falta fortaleza, sabiduría y espiritualidad para acercarnos y corregir”.

Monseñor Rueda Aparicio pidió que en esta Semana de la Paz se reflexione sobre “la necesidad de aceptar los errores cuando el otro con amabilidad, con humildad, con fraternidad sincera se acerca para decirme que me he equivocado, necesito el don de la paz en mi corazón para poder aceptar que me equivoqué y que Dios, a través de otro, me está mostrando un camino nuevo”.

En la Eucaristía, que estuvo acompañada por monseñor Héctor Fabio Henao, director del secretariado nacional de Pastoral Social, el Arzobispo Rueda Aparicio destacó la labor de esa misión de la Doctrina Social de la Iglesia en las distintas jurisdicciones del país.

“Son misioneros de la reconciliación mostrando cómo se pueden solucionar los conflictos por la vía del diálogo y del perdón. Hemos sido testigos en Colombia de hombres y mujeres que han pedido perdón y lo han recibido de parte de las víctimas cuando el victimario y la víctima se miran a los ojos, se reconocen como hermanos. Ahí hay un signo de la presencia de Dios que los desarma, les quita  todo rencor y el deseo de venganza. Ahí nos encontramos como miembros de la familia del único padre y podremos entonces darnos la mano con un abrazo de sanación y de perdón”, afirmó monseñor Rueda Aparicio al recordar el encuentro que presidió el papa Francisco entre víctimas y victimarios en Villavicencio.

“Allí se produjo un grito de esperanza, paz y reconciliación, que no podemos olvidar”, puntualizó el Arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio.

Bogotá, D. C, 6 de septiembre de 2020

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