Por Luis Fernando García Forero.- En medio de la pandemia del COVID 19, que cada día suma más contagios y que ya está llegando a los 73.000 muertos, un paro con marchas y que desembocó en vandalismo, rodeó este miércoles las principales ciudades de Colombia, todo por el rechazo al proyecto de Reforma Tributaria que presentó el ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, a consideración del Congreso.
La iniciativa ha sido criticada y rechazada no solo por la oposición sino por partidos que han colaborado con el Gobierno y que se han catalogado como independientes: Cambio Radical, Partido Liberal, Partido de la U, pero además, donde la bancada del Centro Democrático, en cabeza del jefe natural, Álvaro Uribe, también la ha criticado.
Desde que el Gobierno empezó a anunciar dicha iniciativa, empezaron las críticas de los sectores políticos, económicos, agremiaciones y toda la sociedad en general.
La mecha de la movilización la prendió no solo la radicación de esa propuesta tributaria a consideración del legislativo, sino la firme decisión del Gobierno de no retirar el proyecto del Congreso, pese a la presión de la mayoría de los sectores políticos, económicos y sociales de la Nación.
El paro y las marchas ni siquiera las detuvo una decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en un auto firmado por la magistrada Nelly Villamizar, que ordenó aplazarlo debido a que no se establecían protocolos específicos de bioseguridad ni inmunidad de rebaño en plena pandemia del coronavirus.
Los trabajadores de Colombia representados en los diferentes sindicatos, profesores, militantes de los partidos políticos, desde muy tempranas horas de la mañana se levantaron con el horizonte en las calles para rechazar la iniciativa gubernamental y exigir el retiro del proyecto tributario por parte del ejecutivo.
El panorama registra toque de queda en Cali, donde hechos totalmente aparte de los orígenes y objetivos de las marchas, terminaron en actos vandálicos con daños y saqueos en establecimientos comerciales y quema de buses. Lo mismo ocurrió en Medellín, los saqueos contagiaron las marchas, mientras que en Soacha, Cundinamarca, por los mismos hechos, también se decretó toque de queda.
En Bogotá, la lluvia no impidió las protestas callejeras en los diferentes sectores de la ciudad en medio de la inoperancia del transporte masivo Transmilenio, que estuvo casi en un 90 por ciento sin servicio.
En las demás ciudades del país, los noticieros de televisión registraron las calles con corredores humanos protestando en forma pacífica por la misma causa y donde los empleados oficiales, los trabajadores y demás organizaciones sociales a voces señalaban: “Es el momento de parar por la vida, la paz, la democracia y el paquetazo de Duque”.
Mientras todo eso se registraba en las calles colombianas, los ponentes de la Reforma Tributaria, se reunían con el equipo económico del Gobierno, donde algunos congresistas insisten la necesidad de establecer una nueva iniciativa, a través de la ponencia, para recortar el articulado y dejar solo aspectos que conlleven a una reactivación económica y social sin tocar a la personas naturales, los pensionados, no incluir el IVA a productos para la supervivencia, entre otros aspectos, que tocan principalmente a la clase media colombiana. La oposición y el Partido Liberal insisten en el retiro del proyecto.
El tire y afloje entre el Gobierno y el Congreso por el proyecto tributario sigue, mientras en las calles se anuncian más protestas que no pararán, posiblemente, si no se retira la iniciativa gubernamental.
Hasta ahora ni la recomendación del expresidente Uribe parece tenerse en cuenta, quien a través de su twitter expresó: “Por favor equipo Ministerio de Hda, esto no se arregla quitando unos temas, no insistan en discutir los 170 artículos, faciliten consenso de pocos artículos, simples, claros, no agresivos, por regla transitorios, que ese acuerdo sea la ponencia. Lean los riesgos a la democracia”.
Bogotá, D. C, 28 de abril de 2021